Benjamín Netanyahu seguirá siendo jefe de Gobierno israelí tras el acuerdo alcanzado con el centrista Beny Gantz que pondrá fin a más de un año de bloqueo político en el país, según han confirmado a EFE portavoces de los partidos de ambos.
El Likud, el partido de Netanyahu, ha confirmado a través de su cuenta en la red social Twitter que los líderes de ambos partidos “han firmado un acuerdo para establecer un Gobierno de emergencia nacional” que permitirá que Israel tenga Gobierno después de las fallidas negociaciones que llevaron a repetir las elecciones en tres ocasiones en menos de un año.
“Hemos evitado cuartas elecciones”, declaró Gantz en su cuenta de Twitter tras confirmarse el pacto. “Mantendremos la democracia, lucharemos contra el coronavirus y nos ocuparemos de los ciudadanos de Israel. Hay un Gobierno de emergencia nacional”, añadió sobre el nuevo Ejecutivo.
El acuerdo, que prevé que el Gabinete tenga una duración reducida de tres años, contempla que Gantz ocupe la cartera de Defensa durante los 18 meses en los que Netanyahu seguirá como primer ministro, momento en el que pasará a sustituirle al frente del gobierno israelí, según ha informado The Times of Israel.
A falta de que se concreten más detalles, se espera que el resto de los ministerios se repartan entre el Likud de Netanyahu y sus socios, los partidos ultraortodoxos y ultraderechistas, y los parlamentarios de la facción Azul y Blanco de Gantz. También podría incluir a diputados del Partido Laborista.
Gantz, cuya promesa electoral fue sacar del poder a Bibi (Netanyahu), habría accedido al requisito del mandatario de que el Likud tenga mayor participación en la composición del Comité de Nombramientos Judiciales, algo que podría ser decisivo en el juicio por corrupción contra el primer ministro previsto para el próximo mes de mayo.
La noticia del acuerdo llega en plena crisis provocada por la pandemia de coronavirus, cuya gestión ha sido denunciada por una parte de los ciudadanos del país, a pesar de la moderada cifra de fallecidos registrados hasta ahora a causa de la COVID-19 en comparación con el resto del mundo: 171 según la última actualización.
La céntrica plaza de Isaac Rabin, en Tel Aviv, ha sido escenario de una de las concentraciones que ha dejado una imagen más llamativa. Cerca de 2.000 personas –separadas entre ellas por dos metros de distancia– se han unido para protestar contra la corrupción y las “medidas antidemocráticas” que, alegan, el Gobierno de Benjamín Netanyahu adoptó para contener la COVID-19. Los manifestantes –todos con mascarillas– configuraron largas filas, con una distancia prudencial de separación para prevenir contagios en el evento donde mostraron su oposición al Ejecutivo.
VÍDEO: The GuardianThe Guardian