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Nueva York se viste de luto para recordar a las víctimas del 11-S 20 años después

Silencio, flores, banderas de Estados Unidos, rezos y selfis llenaron este sábado el World Trade Center (WTC) de Nueva York, lugar que hace dos décadas se convirtió en la zona cero de los ataques terroristas del 11 de septiembre. Linda Aristondo recuerda perfectamente cómo fue ese trágico día, ya que fue capaz de escapar de la planta 88 del One World Trade North, torre que se derrumbó en el ataque. “Hoy no se trata de mí. Se trata de que todo el mundo recuerde lo que pasó hace 20 años”, recalca la superviviente.

Este 11-S Aristondo entrega bandas blancas en las que se pueden leer las palabras: “Remembrance and healing” (Recuerdo y sanación), una iniciativa de la iglesia de St. Paul. “Esta capilla sobrevivió al atentado. Muchos bomberos, sanitarios y policías vinieron a la iglesia para descansar cuando estaban agotados por trabajar entre los escombros y se les dio comida, agua y podían echarse la siesta en los bancos”, indica la neoyorquina.

David Brandhorst perdió a su hermano, cuñada y sobrino en el vuelo 175 de United Airlines -avión que despegó en Boston, fue secuestrado por cinco miembros de Al Qaida y luego estrellado contra la Torre Sur del World Trade Center-. Para él venir a aquí es importante, aunque no lo hace cada año pues vive en Syracuse, ciudad en el estado de Nueva York que está a unas 4 horas de la Gran Manzana. Lo que más le gusta de conmemorar la vida de sus familiares en el WTC es el sentimiento de unión que siente al estar con otras personas que también perdieron a sus seres queridos aquel día.

Este agosto cientos de supervivientes y familiares de las víctimas de los atentados pidieron al presidente Joe Biden que desclasificara la información hasta ahora confidencial sobre los atentados, ya que sospechan una posible implicación de funcionarios de Arabia Saudí. Y, además, indicaron al mandatario que si no cumplía con esta promesa electoral no era bienvenido al 20 aniversario. “Ha pasado mucho tiempo. El FBI tiene que liberar algunos de los documentos. Tienen que ayudar a las familias a restablecer la restitución”, señala Brandhorst.

Hace unos días Biden firmó una orden ejecutiva que promueve la desclasificación de documentos confidenciales. Medida que obliga a que el Departamento de Justicia y las agencias de inteligencia revisen todos los documentos previos y posteriores al atentado y comiencen con su desclasificación progresiva. No obstante, este proceso podría llevar unos seis meses.

Finalmente, Biden sí que fue a la ceremonia de conmemoración anual del 11-S en la ciudad de Nueva York acompañado de su mujer, la primera dama Jill Biden, así como del expresidente Clinton, de la exprimera dama Hillary Clinton, del exmandatario Barack Obama y de su mujer Michelle Obama. 

Esta es la primera vez desde el 11-S que Estados Unidos celebra el aniversario del atentado sin estar en guerra en Afganistán. Para Thomas Bark el hecho de que su país ya no esté en en este territorio podría ayudar a que se produzca otro ataque terrorista de la mano del Estado Islámico, razón por la que por primera vez en su vida se ha desplazado a Lower Manhattan durante el aniversario para compartir su opinión a través de un cartel en la que se puede leer: “Biden + Taliban = 9/11 forgot” (Biden + Talibanes = al olvido del 11-S).

Pese a que el Monumento Nacional al 11-S -formado por dos agujeros recubiertos con cascadas de agua- solo estaba abierto para los familiares de las víctimas, supervivientes, oficiales y personajes públicos, son cientos los curiosos - algunos con flores y banderas en las manos- que se han acercado a WTC para rendir tributo. Mirna Flores, una guatemalteca asentada en el estado de Maryland desde hace 5 años vino por petición de su hijo de 13 años, Jorge Flores, quien aprendió recientemente en la escuela lo que pasó en este lugar hace 20 años. 

“En clase nos mostraron las imágenes de cómo pasó y me sorprendió mucho”, destaca el adolescente. Por su parte, su madre dice que en el aire se puede respirar un ambiente “triste”, pero a la vez “bonito”, ya que es una forma de conmemorar a las casi tres mil personas que murieron.