Obama aprobó espiar a Merkel porque quería saber “quién es exactamente”, según un diario alemán

EP

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aprobó explícitamente el espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) a la canciller alemana, Angela Merkel, en 2010, porque quería saber “quién es exactamente esta mujer”, según ha informado este domingo el diario germano Bild am Sonntag que cita a una fuente de la Inteligencia estadounidense conocedora de estas operaciones.

“Obama no detuvo las acciones en aquel momento, las dejó seguir”, afirma una fuente citada por el periódico alemán. La Casa Blanca, incluso, encargó un exhaustivo informe sobre Merkel. El presidente estadounidense no confiaba en la canciller alemana y encomendó a la NSA averiguar “quién es exactamente esta mujer”.

Tras la publicación de las primeras informaciones sobre el espionaje a Merkel, Obama aseguró a la canciller en una conversación telefónica que él no sabía que la NSA estaba espiándola.

Sin embargo, según 'Bild am Sonntag', el director de la NSA, Keith Alexander, informó personalmente a Obama en 2010 de la operación de vigilancia e interceptación de comunicaciones iniciado a la canciller.

Fruto de este espionaje, la NSA accedió a los mensajes de texto que Merkel envió con su anterior teléfono móvil y a las conversaciones telefónicas que mantuvo. No pudo acceder, en cambio, a las comunicaciones que realizó desde la línea segura de la Cancillería.

La Casa Blanca, informada al instante

Los resultados de estas operaciones, a diferencia del 'modus operandi' habitual, eran enviados directamente a la Casa Blanca, en lugar de al cuartel de la NSA, la base militar de Fort Meade, situada en el estado de Maryland.

Los envíos se realizaban desde el cuarto piso de la Embajada de Estados Unidos en Berlín, ubicado en la Puerta de Brandenburgo, donde, con las últimas tecnologías, el personal de la NSA grababa el contenido de las conversaciones y los mensajes de texto de la canciller.

Según revela este domingo el semanario alemán 'Der Spiegel', el Gobierno de Estados Unidos tenía dos equipos de espionaje en Alemania con miembros de la CIA y la NSA, una en Fráncfort y una segunda en Berlín, donde había destinados hasta 18 agentes de la NSA, según documentos internos de dicha agencia.

Al igual que Merkel, su antecesor, el socialdemócrata Gerhard Schroeder, también fue objeto de espionaje por parte de la NSA cuando George W. Bush era el inquilino de la Casa Blanca. En su caso, querían saber “dónde están los alemanes” y si “se puede confiar en Schroeder”, según 'Bild am Sonntag'.

El excanciller socialdemócrata fue una de las voces más críticas con el Gobierno de Bush por la invasión de Irak en 2002 y entabló unas estrechas relaciones con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, lo que despertó recelos en Washington.

Un escándalo internacional

Después de que Der Spiegel publicara documentos filtrados por el exanalista de la CIA Edward Snowden, refugiado en Rusia, que demostraban que Merkel fue espiada por la NSA, la Casa Blanca ha evitado confirmar si vigilaron en el pasado a la canciller, aunque ha reiterado, a través de su portavoz Jay Carney, que “no está vigilando” ni “vigilará” a Merkel.

El ministro de Exteriores alemán, Guido Westerwelle, citó el jueves al embajador de Estados Unidos, el mismo día en el que el diario alemán 'Die Welt' reveló que la NSA espió el teléfono móvil de Merkel de octubre de 2009 a julio de 2013. También vigiló las comunicaciones de 35 líderes mundiales, según desvelo después el periódico británico The Guardian.

Como consecuencia, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ordenó el pasado viernes que se convocara al embajador de EEUU en España, James Costos, con el fin de pedirle explicaciones sobre las informaciones aparecidas que apuntan a que España también fue objetivo del espionaje masivo de comunicaciones de la NSA.

Anteriormente, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff; y sus homólogos mexicano y francés, Enrique Peña Nieto y François Hollande, pidieron explicaciones al Gobierno de Obama sobre el presunto espionaje de sus comunicaciones y, en el caso de Francia, además, de las de decenas de miles de personas.

El Parlamento Europeo ha condenado el espionaje y ha abogado por adoptar medidas como revocar el pacto 'safe harbour' en virtud el cual la Unión Europea comparte datos bancarios con un centenar de empresas estadounidenses, así como detener las negociaciones para firmar un acuerdo comercial bilateral.

En la cumbre del Consejo Europeo, Merkel y Hollande convinieron impulsar un “acuerdo de no espionaje” con Estados Unidos aplicable a sus respectivas agencias de Inteligencia. Un portavoz alemán aseguró que Merkel propondrá extenderlo a los Veintiocho.