El jefe de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, Volker Türk, ha pedido que se investiguen las muertes de las más de 300 personas que han sido encontradas desde el viernes pasado hasta este martes en fosas comunes en el complejo médico de Nasser, en la localidad de Jan Yunis, en el sur de Gaza. Los equipos de rescate de la Franja han exhumado este martes otros 35 cadáveres, tras descubrir otras tres fosas comunes en el recinto hospitalario.
Türk ha dicho que son necesarias unas “investigaciones independientes, efectivas y transparentes”, agregando que en ellas deben participar investigadores internacionales “dado el clima de impunidad que prevalece” en este conflicto. Además, ha afirmado estar “horrorizado” por la destrucción de los complejos médicos de Nasser y Al Shifa –este último ubicado en la Ciudad de Gaza, en el norte de la Franja–, ambos asediados y asaltados por las tropas israelíes, y atacados de forma repetida en los pasados seis meses y medio de guerra.
“Los hospitales gozan de una protección muy especial bajo el derecho internacional humanitario. Y el asesinato intencional de civiles, detenidos y otros que no participan en los combates es un crimen de guerra”, ha denunciado el responsable de Derechos Humanos de la ONU.
El complejo de Al Shifa, que era el más importante de Gaza antes de la guerra, quedó destruido después de repetidos ataques y asedios por parte del Ejército israelí, que alegó que sus instalaciones estaban siendo empleadas por el grupo palestino Hamás y sus combatientes. El complejo de Nasser corrió una suerte parecida, después de que las tropas israelíes tuvieran como blanco el hospital y sus alrededores.
Este martes, los equipos de rescate de la Franja han encontrado otros 35 cuerpos en una fosa común en el Hospital Nasser, según la agencia de noticias palestina Wafa. El lunes, la Defensa Civil gazatí anunció que había recuperado un total de 283 cuerpos cadáveres entre el viernes y el lunes, en el reciento hospitalario, y afirmó que algunos de los fallecidos habían sido víctimas de “ejecuciones sumarias durante la incursión terrestre” del Ejército israelí.
Wafa ha informado este marte que la mayoría de los cuerpos encontrados son de ciudadanos “que fueron asesinados por las fuerzas de ocupación durante su irrupción en el complejo y que fueron enterrados de forma colectiva en su interior”. La agencia ha agregado, citando a fuentes palestinas y residentes de Jan Yunis, que cientos de personas permanecen en paradero desconocido después de la retirada de las tropas israelíes de esta ciudad, la principal del sur de la Franja.
El Ejército lanzó su ofensiva terrestre contra Jan Yunis a finales de enero y no se retiró de la zona hasta este mes de abril, cuando anunció el repliegue de la mayoría de las tropas desplegadas en Gaza. Los residentes de Jan Yunis que han regresado a la ciudad se han encontrado con una ciudad devastada e irreconocible, tal y como se puede apreciar en las imágenes.
Muchos de los habitantes de Jan Yunis y otras localidades en las que entraron las fuerzas israelíes huyeron a la zona de Rafah, en el extremo sur de la Franja, fronteriza con Egipto. Allí se refugian más de un millón de palestinos en alojamientos informales y tiendas de campaña. Por ello, Türk ha vuelto a advertir hoy de que una ofensiva contra Rafah “conllevaría el riesgo de más muertes, heridas y desplazamiento a gran escala”.
En los pasados seis meses y medio de guerra, han fallecido en Gaza más de 34.100 personas y 77.000 han resultado heridas, según los últimos datos de las autoridades locales. Dos millones de gazatíes se han visto desplazados de sus hogares, esto es, la gran mayoría de los 2,3 millones de habitantes de la Franja.