Los controles temporales no deberán exceder un año, en lugar de los dos que se permiten actualmente. Es la principal demanda del Parlamento Europeo, que ha votado este jueves en Bruselas su posición ante las negociaciones sobre el reglamento de Schengen, sujeto a revisión.
El código que regula la zona Schengen permite ahora a los países miembros efectuar controles en sus fronteras durante un tiempo limitado si detectan una grave amenaza para la seguridad o el orden público.
Forman parte de la zona Schengen todos los Estados miembros de la UE –excepto Bulgaria, Croacia, Chipre, Irlanda, Rumanía y Reino Unido–, además de Islandia, Noruega, Suiza y Liechtenstein.
Seis de ellos aplican controles en sus fronteras interiores desde 2015. En el caso de Austria, Alemania, Dinamarca, Suecia, Noruega, sus autoridades aducen las circunstancias excepcionales derivadas de la crisis migratoria, mientras que Francia lo vincula al estado de excepción por la amenaza terrorista.
El periodo inicial para los controles en las fronteras interiores será de sólo dos meses, en vez de los seis meses actuales, y los controles no podrán alargarse durante más de un año, frente a los dos permitidos ahora. Los eurodiputados advierten de que los controles temporales afectan a la libre circulación de personas, por lo que sólo introducirse en circunstancias excepcionales y como último recurso.
De acuerdo con el texto del Parlamento Europeo, los países deberán elaborar una detallada evaluación de los riesgos si pretenden extender los controles más allá de los dos meses iniciales. Para mantener los controles más de seis meses, la Comisión deberá dictaminar si la medida respeta la normas antes de someterla a la decisión del Consejo. El pleno también pide que el Parlamento sea informado a lo largo de todo el proceso.
La ponente del texto legislativo, Tanja Fajon (S&D, Eslovenia), señaló: “Schengen es uno de los grandes logros de la UE. Pero está en riesgo debido a controles ilegales que seis países llevan efectuando desde hace más de tres años, a pesar del límite máximo de dos años. Esto demuestra la ambigüedad de las reglas vigentes y cómo las autoridades nacionales las interpretan y aplican de manera incorrecta. Si queremos salvar Schengen, tenemos que poner fin a esto imponiendo normas claras”.
El texto fue respaldado por 319 eurodiputados, 241 votaron en contra y 78 se abstuvieron. Las conversaciones con los ministros de la UE sobre la formulación final de la norma podrán comenzar una vez que el Consejo fije su propia posición.