La portada de mañana
Acceder
Sánchez promete una agenda de reformas progresistas y prepara más cambios
La estadística oficial admite una desviación de 32.480 millones en el PIB español
Escrivá no altera la independencia del Banco de España. Opina A. Inurrieta

Qué pasa en Ucrania: Zelenski ordena el mayor cambio en el Gobierno de la guerra mientras Rusia avanza en el este

Mientras mantiene tropas desplegadas en Kursk e intenta mantener a raya el implacable avance del Ejército ruso en el este, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha decidido acometer la remodelación más importante del Gobierno desde el comienzo de la guerra hace 30 meses. Varios ministros han presentado su dimisión, pero un nombre ha acaparado la atención sobre el resto de altos cargos: el del titular de Exteriores, Dmitró Kuleba, un rostro bien conocido en el extranjero.

Kuleba ha sido el principal diplomático de Ucrania durante la invasión rusa, situado al frente de los esfuerzos de Kiev para tejer alianzas y presionar para obtener el apoyo de sus socios internacionales. Según el Financial Times, esta comunicación con los aliados se percibía a menudo como demasiado independiente para el gusto del presidente. Hace un año, en respuesta a los rumores sobre su posible salida del Gobierno, Kuleba respondió que solo se iría en dos circunstancias: si Zelenski se lo pedía o si caía en alguna contradicción importante con la política exterior.

La renuncia del jefe de la diplomacia ucraniana ha sido anunciada por el presidente del Parlamento, Ruslán Stefanchuk. “La Rada Suprema ha recibido una declaración del ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, D.I. Kuleba, sobre su dimisión”, ha escrito Stefanchuk en su cuenta de Facebook. 

El Parlamento ha pospuesto este miércoles el examen de la dimisión de Kuleba, pero ya ha aprobado la salida de los ministros de Justicia, Industrias Estratégicas y Medio Ambiente, así como la vice primera ministra para la Integración Europea. 

Si bien los motivos concretos de las renuncias se desconocen, la reestructuración de la cúpula política ucraniana no ha sido una sorpresa. Se esperaba desde hace tiempo y se ha estado gestando durante meses. Algunas informaciones periodísticas habían apuntado que los reemplazos podrían salpicar incluso al primer ministro, Denís Shmigal. 

El presidente Zelenski había adelantado sus planes para remodelar el Ejecutivo de cara a unos meses difíciles para el país. “El otoño será extremadamente importante para Ucrania. Y nuestras instituciones estatales deben establecerse de tal manera que Ucrania logre todos los resultados que necesitamos, para todos nosotros. Para ello, necesitamos reforzar algunas áreas del Gobierno, y ya se han preparado las decisiones en materia de personal”, dijo el mandatario este martes, en su discurso vespertino. “Espero que ciertas áreas de nuestras políticas exterior e interior tengan un acento ligeramente diferente”.

Relevo de la mitad del Gobierno

El jefe del grupo parlamentario del partido de Zelenski, David Arajamía, indicó este martes que más de la mitad de los integrantes del Ejecutivo serían relevados en las horas siguientes. Adelantó que este miércoles se consumarían todas las dimisiones y este jueves se efectuarán los nuevos nombramientos. 

Es probable que algunos de los miembros del Gobierno que han renunciado sean designados en nuevos puestos, según explica a elDiario.es Olena Halushka, que es parte de la junta de la organización ucraniana Centro de Acción Anticorrupción. “Es importante ver a quién se nombra para las vacantes, ya que hoy el Parlamento sólo ha examinado las dimisiones. Es posible que algunos ministros obtengan carteras adicionales, otros cambien de puesto y otros se marchen”.

A última hora de este miércoles, el partido de Zelenski ha decidido en una reunión que Exteriores estará encabezado por el actual viceministro de la cartera, Andrii Sybiha, y que Kuleba pasará al Ministerio de Desarrollo Regional, según ha detallado Arajamía en Telegram, entre otras rotaciones.

En una rueda de prensa con el primer ministro irlandés este miércoles, Zelenski ha justificado los cambios asegurando que Ucrania “necesita energía nueva”. “Hoy necesitamos energía nueva. Y estos pasos (la remodelación) solo están relacionados con el fortalecimiento de nuestro Estado en diversos sectores. La política internacional y la diplomacia no son una excepción”, ha dicho el presidente. “Hoy no puedo predecir qué harán exactamente algunos ministros. Las respuestas llegarán cuando se les ofrezcan determinados cargos”.

No es la primera vez que se produce un relevo de personal en la cúpula ucraniana en tiempos de guerra –hace justo un año, Oleksi Reznikov fue reemplazado como ministro de Defensa por Rustem Umerov, y en febrero, el general Valeri Zaluzhni fue cesado como comandante en jefe de las fuerzas armadas–. Pero la reorganización en ciernes supone el mayor cambio en el Gobierno desde el inicio de la invasión rusa, y como telón de fondo tiene unos días especialmente letales, con Rusia lanzando ataques masivos que también han provocado graves daños en el sistema energético. 

Según las autoridades del país, más de 50 personas fallecieron y centenares resultaron heridas este martes en un ataque con misiles balísticos en la ciudad de Poltava, en Ucrania central, contra el Instituto Militar de Comunicaciones –las fuerzas terrestres han confirmado que hay soldados entre las víctimas–. Un día después, Moscú ha golpeado Leópolis, al oeste de Ucrania, con un ataque que se ha cobrado siete vidas. 

Avance ruso en el este

La remodelación llega en un momento en el que Kiev está tratando de contener la ofensiva de Moscú en el este, tras varios meses en los que ha perdido terreno en el campo de batalla, mientras intenta consolidar su control sobre la porción de tierra que ha tomado en la región rusa de Kursk. Durante una reunión con estudiantes en la república de Tuvá con ocasión del inicio del año escolar, el presidente ruso, Vladímir Putin, se jactó este lunes del avance de su Ejército en la parte oriental de Ucrania: “Hacía mucho tiempo que no veíamos tal ritmo de avance. Las fuerzas rusas no conquistan ya 200-300 metros de territorio, sino de kilómetros cuadrados”. 

En Donetsk, región del Donbás parcialmente ocupada al este de Ucrania, Rusia está centrando sus ataques en dos focos principales: Toretsk y Pokrovsk. Y ha estado avanzando en ambas. Otro punto caliente es el suroeste de la ciudad de Donetsk, en concreto Vuhledar. En sus alrededores, Moscú ha anunciado este miércoles la toma de un nuevo pueblo, Prechistovka.

“La situación general en el Donbás es muy difícil. Los rusos han logrado avances graduales en varias zonas, y en Pokrovsk y Toretsk, los ucranianos están teniendo dificultades detener al enemigo”, explica a elDiario.es Emil Kastehelmi, analista de inteligencia de fuentes abiertas y experto en historia militar. “Por el momento, los rusos soportan mejor la guerra de desgaste, lo que ha provocado que Ucrania pierda gradualmente posiciones en varias zonas”.

La zona que despierta mayor preocupación es Pokrovsk, un centro logístico clave para el Ejército ucraniano en el este, ya que se encuentra en la intersección de muchas vías férreas y carreteras. Zelenski ha reconocido que la situación aquí, que se ha deteriorado para Kiev en las últimas semanas, es difícil. Las fuerzas rusas han logrado acelerar su avance y acercarse a la urbe, en la que antes de la guerra se calcula que vivían unas 60.000 personas. 

A medida que se aproxima la línea del frente, con los combates a menos de 10 kilómetros, los residentes abandonan sus hogares después de que las autoridades ordenaran la evacuación de la población de la ciudad y los pueblos de los alrededores. Se van en trenes, con sus pertenencias y muchos de ellos con sus mascotas. “Lo dejé todo atrás. Es una pesadilla. Por la noche, temblamos y nos estremecemos con cada explosión. Todo está cerrado: el mercado, las tiendas, las farmacias… llevan mucho tiempo cerradas. Es aterrador; todo el mundo está al límite. Mi ciudad natal está siendo destruida, con casas y vidas perdidas ante mis ojos”, dice Raisa Epshtein, de 83 años y residente del pueblo de Myrnohrad, en un testimonio recogido por Médicos Sin Fronteras, que está colaborando en la evacuación. 

“La dirección de Pokrovsk se enfrenta probablemente a la mayor presión de toda la línea del frente. Al parecer, Ucrania ha enviado allí algunas reservas para evitar una crisis grave, pero aún podemos ver a los rusos avanzando, especialmente en la zona entre Pokrovsk y Kurakhove. En la última semana, Rusia no ha avanzado significativamente hacia la ciudad de Pokrovsk propiamente dicha, sino que se ha concentrado más en ampliar los flancos del saliente”, explica Kastehelmi. Según indicó el propio analista en X, este saliente –término militar que alude a una zona estrecha en la que un ejército ha hecho avanzar su línea de frente hacia territorio enemigo – se ha expandido durante el verano, especialmente en agosto, y han caído pueblos casi a diario. Aporta un dato: en su camino a Pokrovsk, Rusia tomó Novohrodivka, una localidad de unos 14.000 habitantes, en menos de una semana, cuando normalmente, la toma de este tipo de ciudades “ha llevado meses, incluso años”.

Según dice el experto a este medio, “es probable que si los rusos quieren realmente capturar Pokrovsk, les lleve una cantidad significativa de tiempo y fuerzas”. “También existe la posibilidad de que Ucrania sea capaz de contener las ofensivas rusas y Pokrovsk permanezca en manos ucranianas durante un tiempo prolongado”, agrega el experto. A su juicio, no se puede decir todavía que Moscú vaya a tomar definitivamente la ciudad, aunque haya estado atacando en su dirección. “Si finalmente consiguieran tomarla, significaría que los rusos tendrían un importante punto de apoyo en la parte occidental de Donetsk, lo que complicaría aún más las propias ambiciones políticas de Ucrania de volver a las fronteras de 1991”.

Para explicar cómo se ha llegado a esta situación en el Donbás, Kastehelmi repite lo que ya parece un mantra: “Ucrania tiene problemas con la mano de obra, la munición y el equipamiento”, mientras que Rusia, sin embargo, parece “tener suficientes tropas y material para seguir presionando en un amplio frente desde Kupiansk (noreste) hasta Vuhledar (sureste), lo que pone a prueba a las unidades ucranianas, ”especialmente cuando una parte significativa de su reserva está ligada a la ofensiva en Kursk“.

La ofensiva ucraniana en Kursk

A principios de agosto, las fuerzas ucranianas lanzaron una arriesgada ofensiva sorpresa en esta región rusa fronteriza. El avance se ha ralentizado. La semana pasada, el jefe del Ejército afirmó que controlan casi 1.300 kilómetros cuadrados de territorio ruso, que comprende 100 localidades, en su mayoría pequeñas aldeas, pero también la ciudad de Sudzha. En una entrevista con la cadena estadounidense NBC, Zelenski ha asegurado que planea retener indefinidamente este terreno con la mirada puesta en la mesa de negociaciones. “No necesitamos sus tierras. No queremos llevar nuestro estilo de vida ucraniano allí”, dijo. Pero aseguró que Ucrania “mantendrá” el territorio ya que es parte integral de su “plan de victoria” para poner fin a la guerra, añadiendo que presentará la propuesta a sus socios internacionales.

Rusia ha estado tratando de expulsar a las fuerzas ucranianas de Kursk. Kiev diseñó esta operación en parte para intentar inclinar la balanza a su favor presionando a Moscú para que envíe soldados de otras partes del frente. Pero el rápido avance ruso hacia Pokrovsk ha desencadenado una lluvia de críticas contra el liderazgo político y militar de Ucrania y preguntas sobre la decisión de lanzar la ofensiva en territorio ruso. Este lunes, Zelenski reiteró que la operación en Kursk “cumple su cometido y se desarrolla según lo previsto”.

“Se ha conseguido mucho en el espacio informativo, ya que los ucranianos han sido capaces de centrar la atención en los éxitos ucranianos, en lugar de en los problemas. Pudieron demostrar a los ucranianos y a todos los países occidentales que Ucrania aún puede tomar la iniciativa, que aún puede efectuar maniobras rápidas y sorprendentes y que capturar tierras rusas no significa una escalada directa, aunque se haga con equipamiento occidental. Además, ahora tienen una nueva moneda de cambio para posibles negociaciones futuras”, dice Emil Kastehelmi. “Sin embargo, no han capturado mucho terreno muy significativo, después de todo. Los rusos pudieron detener el avance en algunas zonas clave, como Korenevo. Por el momento, los ucranianos controlan una masa de tierra relativamente grande, pero no muy significativa, en la región fronteriza de Kursk, que parecen esforzarse por ampliar”. 

Según añade, estas ofensivas tienen un coste de oportunidad. “Dar prioridad a una ofensiva sobre el refuerzo de las partes amenazadas del frente puede provocar pérdidas territoriales. No estoy muy convencido de que la operación fuera una buena idea, pero aún es posible que los ucranianos tengan preparadas más sorpresas”, dice.

En un artículo publicado en Foreign Affairs, los destacados analistas Michael Kofman y Rob Lee escudriñan los riesgos de la apuesta ucraniana en Kursk. Sostienen que la ofensiva aún no ha logrado atraer a fuerzas rusas significativas de las partes orientales de Ucrania, y que sigue sin estar claro “cómo los líderes ucranianos pretenden traducir este éxito táctico en ganancias estratégicas o políticas”. Creen que la incursión en Kursk “debilita el ya tambaleante frente ucraniano”, donde el Ejército de Zelenski ya se había visto “desbordado” y las líneas defensivas se habían debilitado en Donetsk tras la ofensiva rusa en Járkov.