La disputada Bajmut, una ciudad reducida a ruinas al este de Ucrania, ha adquirido un profundo simbolismo para ambos bandos durante la invasión rusa. Tras meses de intensos combates en una batalla agotadora y de desgaste, Rusia está intentando culminar su asalto para tomar la ciudad mientras Ucrania insiste en que seguirá defendiéndola.
Su captura daría a Moscú una victoria muy buscada durante mucho tiempo tras meses de reveses militares y se cree que podría dar a sus fuerzas la oportunidad de lanzar ataques en más áreas al oeste, si bien se considera que aporta un valor estratégico limitado en la guerra. Para Kiev, que ha mantenido una defensa feroz y continuada, la pérdida de la ciudad supondría, además de una concesión territorial, un golpe, principalmente simbólico.
Estas son algunas claves sobre la batalla:
¿Qué está pasando en Bajmut?
Encabezada por el grupo de mercenarios Wagner, la ofensiva rusa ha logrado avanzar lentamente en las últimas semanas en un intento de rodear Bajmut con un asalto desde el este, el norte y el sur. Se trata de una ciudad situada al noreste de la región de Donetsk que ha sido, desde el pasado verano, foco de una encarnizada y costosísima batalla que ha arrasado la localidad, como muestran numerosas imágenes de edificios calcinados y destruidos. Hay explosiones constantes y combates callejeros en algunas áreas, pero las fuerzas ucranianas todavía controlan la ciudad.
Bajmut es una ciudad relativamente pequeña, donde vivían unas 70.000 personas antes de la guerra –ahora, las autoridades locales calculan que quedan apenas unos 4.000 habitantes–. Sin embargo, hasta ahora ha permanecido fuera del alcance de la ofensiva rusa durante meses en una batalla que ha llegado a encarnar la resistencia decidida de Kiev bajo los bombardeos, de una manera similar a lo que ocurrió con Mariúpol, que terminó cayendo en manos rusas en mayo de 2022.
En todo el país, la línea de frente se ha mantenido más o menos estática en las últimas semanas, a excepción de Bajmut, que ha sido una de las campañas sostenidas más largas de la guerra. En enero, Rusia capturó la localidad cercana de Soledar, la primera victoria en meses en el Donbás, y desde entonces sus fuerzas han estrechado el cerco tomando una serie de pueblos y aldeas alrededor, y poniendo en peligro las carreteras críticas que llevan a la ciudad. Las rutas de reabastecimiento –y también para una retirada si es necesario– en poder de los ucranianos fuera de la ciudad parecen cada vez más limitadas.
elDiario.es habló la semana pasada con vecinos evacuados de Bajmut, de donde cada vez es más complicado escapar. “Aquí ya no se podía vivir”, dijo uno de los desplazados, según informó Gabriela Sánchez, enviada especial a Ucrania.
¿Por qué acapara tanta atención ahora?
El control ucraniano de la ciudad parece cada vez más precario y en los últimos días la lucha parecía estar llegando a su clímax, a medida que crecía la presión sobre Kiev para retirarse con el fin de evitar un cerco y preservar tropas para futuras operaciones.
El viernes pasado, el jefe del grupo Wagner, el multimillonario Yevgeny Prigozhin, dijo que la ciudad estaba casi completamente rodeada por sus unidades, y que las tropas ucranianas solo tenían abierta una ruta de salida. El domingo, Prigozhin, que mantiene un pulso público con el Ministerio de Defensa ruso, volvió a quejarse a los altos mandos militares por la lentitud en la entrega de munición.
La semana pasada, Kiev reconoció que la situación se había deteriorado. El presidente Volodímir Zelenski dijo que la defensa de Bajmut era “la situación más difícil” de la guerra, mientras que un asesor abrió la puerta a una retirada estratégica si el Ejército lo considera necesario. Muchos interpretaron que se estaba preparando el terreno en la opinión pública y la especulación sobre una posible retirada ucraniana aumentó. Pero Kiev no ha indicado públicamente que sus fuerzas tengan la intención de abandonar la ciudad. La viceministra de Defensa, Hanna Maliar, acusó a Moscú de intensificar una “campaña de información” destinada a desmoralizar a los militares ucranianos, mientras que el comandante de las fuerzas terrestres visitó a los soldados en la ciudad a final de semana.
Las autoridades ucranianas han dicho que seguirán defendiendo a Bajmut por ahora. Este lunes, tras una reunión del Estado Mayor, la presidencia de Zelenski informó de que los altos mandos abogaron por continuar la defensa de Bajmut y fortalecer “aún más” las posiciones ucranianas allí. Más tarde, en su discurso nocturno, el presidente dijo que los principales generales acordaron por unanimidad continuar, “no retirarse” y reforzar las defensas ucranianas.
Actualmente, la situación en el campo de batalla no está clara. Las fuerzas rusas aún no han rodeado la ciudad. Según algunas informaciones, durante el fin de semana, brigadas de asalto ucranianas atacaron y parecieron hacer retroceder a las fuerzas rusas. La inteligencia británica dice que las fuerzas ucranianas probablemente estabilizaron su perímetro defensivo tras los anteriores avances rusos en el norte de la ciudad en los últimos días. Las fuerzas ucranianas se están concentrando en mantener las partes central y occidental de la ciudad, y los combates más intensos se han producido en las dos principales rutas de suministro hacia Bajmut, según The Wall Street Journal.
Analistas militares destacados como Michael Kofman, experto en el Ejército ruso, llevan tiempo anticipando que es muy probable que Ucrania tenga que retirarse eventualmente de Bajmut. Este domingo, antes del discurso de Zelenski, los expertos del think tank con sede en Washington Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) sugirieron que era posible que ya estuviera en marcha una retirada táctica limitada de la orilla oriental del río Bajmutka, aunque dijeron que era pronto para saber si la intención era una retirada completa. Creen que las fuerzas rusas han capturado la parte oriental, al este del río.
A su juicio, es improbable que las fuerzas ucranianas se retiren de Bajmut de una sola vez y puede que sigan una retirada “gradual para agotar a las fuerzas rusas mediante una guerra urbana continuada”. Este lunes, los expertos publicaron que los rusos aún no han obligado a las tropas ucranianas a retirarse. Según explica el ISW, las fuerzas de Moscú han intentado forzar un “movimiento de giro” destinado a obligar a los ucranianos a abandonar posiciones defensivas preparadas –a diferencia del cerco, que pretende atrapar y destruir a las tropas–.
¿Por qué se habla de batalla de desgaste?
Numerosas voces han repetido que la ciudad no es intrínsecamente importante desde el punto de vista estratégico: una clave para entender lo que está ocurriendo en Bajmut es que su defensa está degradando las fuerzas de ambas partes. La lucha en este enclave se ha convertido durante meses en una extenuante batalla de desgaste con combates de ida y vuelta que ha sido descrita con adjetivos como “salvaje” o “infernal”.
Se da por hecho que ambos bandos han sufrido un alto número de bajas, aunque la cifra de soldados muertos y heridos es muy difícil de verificar –y ninguna de las partes divulga sus propias pérdidas–. El Secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, Oleksiy Danilov, dice que las bajas militares rusas en Bajmut equivalen a una baja ucraniana por cada siete bajas rusas.
Prigozhin describió Bajmut como una “picadora de carne”, con el objetivo declarado de “destruir al Ejército ucraniano y reducir su potencial de combate”. El subcomandante de la Guardia Nacional de Ucrania ha explicado que la tarea de las fuerzas en Bajmut es “infligir tantas pérdidas al enemigo” como sea posible.
elDiario.es habló con soldados a unos 25 kilómetros de la ciudad que, agotados y hastiados, describieron una batalla peligrosa: “Los rusos disparan a todo lo que se mueve. Nunca sabes si vas a volver”. Informa Gabriela Sánchez.
“Es una guerra de zombis. Nos están tirando carne de cañón”, dijo un militar ucraniano al Wall Street Journal, que recoge en un reportaje reciente cómo Wagner ha empleado la táctica de enviar oleada tras oleada de soldados a una muerte casi segura para ganar unos cientos de metros, echando mano de convictos reclutados en cárceles rusas. El ISW señala que, ahora, Wagner también ha comprometido a sus mejores soldados en la lucha, y “son ellos los que están siendo eliminados junto con los reclutas”. También, según su análisis, están luchando unidades aerotransportadas rusas, así como tropas de menor calidad.
El diario ucraniano Kyiv Independent ha hablado con soldados de infantería que cuentan cómo batallones poco preparados y mal entrenados habían sido arrojados al frente para sobrevivir como pudieran con escaso apoyo de vehículos blindados, morteros, artillería, drones e información táctica. “Le dije al comandante jefe que encontrara las fuerzas apropiadas para ayudar a los chicos en Bajmut”, aseguró Zelenski este lunes.
¿Qué frutos está dando esta estrategia?
Analistas occidentales creen que los costos asociados a los combates superan con creces cualquier ventaja operativa que los rusos puedan obtener al tomar Bajmut. Los expertos del ISW han sostenido hasta ahora que, a pesar de que los costos han sido significativos para Kiev, la defensa ucraniana de Bajmut ha sido una operación “estratégicamente sólida” para obligar a las fuerzas rusas a ampliar la mano de obra y el equipo en costosos asaltos para capturar una ciudad de importancia operativa limitada, y creen que Kiev ya ha logrado este objetivo.
“En Bajmut, los rusos perdieron tantas fuerzas, soldados y equipo, que esta ciudad ya cumplió su función”, dijo el analista militar ucraniano Oleh Zhdanov a The Associated Press la semana pasada. También considera que la localidad “ya no tiene importancia estratégica u operativa”.
Este lunes, Zelenski aseguró que Bajmut “ha dado y está dando uno de los mayores resultados durante esta guerra, durante toda la batalla por Donbás”. No es habitual que el presidente ucraniano comparta la opinión de sus altos mandos militares como hizo este lunes: sus declaraciones se producen en un momento en el que algunas voces, sobre todo en Occidente, están cuestionando la conveniencia de mantener la ciudad a pesar de los costes.
Algunos expertos han expresado dudas sobre cómo la resistencia en Bajmut puede acabar pasando factura a la capacidad de Kiev para montar una ofensiva en los próximos meses. Kofman aseguró a su vuelta de una visita reciente a Bajmut que la situación era difícil. “Desde la escasez de munición de artillería, las líneas de comunicación cada vez más disputadas y una batalla de desgaste en un terreno desfavorable, esta lucha no juega a favor de Ucrania como fuerza”.
“Creo que la tenaz defensa de Bajmut logró mucho, agotando mano de obra y municiones rusas”, dijo Kofman en Twitter. “Pero las estrategias pueden llegar a puntos de rendimientos decrecientes, y dado que Ucrania está tratando de conseguir recursos para una ofensiva, podría impedir el éxito de una operación más importante”.
En la misma línea se expresaba el analista militar Rob Lee, quien también ha estado en la localidad. “La proporción de pérdidas empeoró para Ucrania una vez que perdió el control de los flancos de Bajmut. Las condiciones son menos favorables para defender Bajmut que Vuhledar [localidad en Donetsk]/otros lugares y Kiev necesita tantas fuerzas como sea posible para su ofensiva estratégicamente crítica”.
¿Entonces, qué importancia tiene Bajmut?
Si bien se cuestiona el valor estratégico de la ciudad en sí, Bajmut tiene una importancia principalmente simbólica para ambos lados. A Moscú su captura le permitiría reivindicar una victoria después de meses de reveses en el campo de batalla con las retiradas de Járkov, en el noreste, y Jersón, en el sur. Kiev se ha referido a ella como “fortaleza Bajmut”, presentando la batalla no solo como una defensa de la ciudad ante el ataque ruso, sino de todo el Donbás y Ucrania, mientras intenta consolidar el apoyo de sus aliados occidentales.
Durante su invasión, las tropas de Vladímir Putin han intentado apoderarse de la totalidad de las regiones Lugansk y Donetsk, el territorio que reclaman los separatistas prorrusos y componen el Donbás, cuya anexión fue anunciada por Rusia en un movimiento condenado internacionalmente.
La ofensiva oriental de Rusia capturó casi todo Lugansk durante el verano, pero Donetsk escapó al mismo destino, y el Ejército ruso volcó recursos en Bajmut. Se considera que, para tomar lo que queda de Donetsk, las fuerzas rusas deben atravesar Bajmut para intentar acceder a ciudades más grandes controladas por Ucrania, como Kramatorsk y Sloviansk.
Rusia la considera un trampolín para hacerse con el Donbás. El ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, ha asegurado este martes que la toma de Bajmut permitiría a las fuerzas de Moscú montar operaciones ofensivas más profundas en el este.
Sin embargo, los investigadores del ISW creen que, tras la ofensiva en Bajmut, es probable que el Ejército ruso tenga dificultades para mantener cualquier operación ofensiva posterior durante algunos meses. Según indican, en la actualidad, las fuerzas rusas no cuentan con la mano de obra y el equipamiento necesarios para mantener operaciones a escala para una nueva ofensiva hacia los bastiones ucranianos Kramatorsk y Sloviansk, y “mucho menos para una campaña de varios años para capturar toda la región de Donetsk”.
Varias voces han apuntado a que es poco probable que una captura rusa sirva como un punto de inflexión en el conflicto. El Secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, dijo este lunes que “la ciudad tiene una importancia más simbólica que operativa y estratégica” y que su caída no significaría necesariamente que Moscú “cambie el rumbo” en la guerra.
Austin también aseguró que si las fuerzas ucranianas decidían reposicionarse al oeste de Bajmut, no lo consideraría un “revés estratégico”. “Creo que seguirá siendo disputada, y francamente, como hemos visto en el pasado, los ucranianos tienden a contraatacar cuando se presenta la oportunidad. Así que está por ver cómo acabará esto”.
Según informó en enero la CNN, EEUU y Occidente instaron a Ucrania a cambiar su foco en Bajmut y dar prioridad en su lugar a una posible ofensiva en el sur.
El analista Zhdanov ha señalado que una retirada de las fuerzas ucranianas de Bajmut “no afectará el curso de la guerra de ninguna manera” debido a las posiciones en la cercana Chasiv Yar, al oeste, en cuyas inmediaciones hay una colina.
Los expertos del ISW recuerdan que cuando culminó la ofensiva rusa para capturar Severodonetsk y Lisichansk, en Lugansk, en julio de 2022, las fuerzas ucranianas tomaron la iniciativa y llevaron a cabo operaciones de contraofensiva unos meses más tarde que resultaron en la recuperación de grandes franjas de territorio. Creen que los elevados costes en mano de obra y equipos invertidos por Rusia en Bajmut “beneficiarán a las probables próximas contraofensivas ucranianas”.