La Unión Europea ha recibido con alivio el compromiso de Portugal de mantener el programa de ajustes y ha alertado que su incumplimiento puede “neutralizar” los esfuerzos hechos hasta ahora y “prolongar las dificultades”. En un comunicado difundido esta noche, la Comisión Europea, tras conocerse el veto del Tribunal Constitucional luso a varias de las medidas de austeridad adoptadas por el Gobierno, expresa su deseo de que se tomen las “medidas necesarias” para adaptar el presupuesto al objetivo fiscal marcado por el propio Gobierno y apoyado por la “troika” comunitaria.
“La continua y decidida implementación del programa (de ajuste) es la mejor manera de restablecer el crecimiento económico sostenido y mejorar las oportunidades de empleo en Portugal”, dice el comunicado.
La Comisión Europea agrega que seguirá trabajando de forma “constructiva” con las autoridades portuguesas “dentro de los parámetros acordados para aliviar las consecuencias sociales de la crisis”, aconseja un “firme consenso” para aplicar el programa de ajuste y considera “esencial” la “unidad” en su apoyo por parte de las “instituciones políticas claves” del país.
El Gobierno portugués anunció ayer nuevos recortes de gasto social para compensar el veto del Tribunal Constitucional a varias de sus medidas de austeridad.
En un discurso televisado a la nación, el primer ministro Pedro Passos Coelho, incidió en que Portugal no puede dejar de cumplir con los compromisos suscritos con los organismos internacionales a cambio de su ayuda financiera y prometió que hará “todo lo posible” para evitar un segundo rescate.
Para cumplir los objetivos acordados con la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) pese al impacto presupuestario del fallo del Contitucional (superior a los mil millones de euros), el líder conservador pedirá de inmediato a sus ministros planes de reducción del gasto y “acelerará” la reestructuración del Estado.
En ese sentido, anticipó que aplicará durante este mismo año “medidas de contención del gasto público, sobre todo en las áreas de Seguridad Social, Sanidad, Educación y en empresas públicas”.
En su comunicado, la Comisión Europea da la bienvenida a la confirmación por parte del Gobierno del primer ministro, Pedro Passos Coelho, de su “compromiso con el programa de ajuste, incluidos sus objetivos fiscales y su calendario”.
“Cualquier desviación de los objetivos del programa o su renegociación, neutralizaría de hecho los esfuerzos realizados hasta ahora y alcanzados por los ciudadanos portugueses, es decir, la creciente confianza de los inversores en Portugal, y prolongar las dificultades del ajuste”, precisa el comunicado.
Agrega que la Comisión Europea “confía de esta manera en que el Gobierno portugués identificará rápidamente las medidas necesarias para adaptar el presupuesto de 2013 respetando el objetivo fiscal revisado” por el Gobierno portugués y “apoyado por la 'troika' en la séptima revisión del programa”.
La Comisión señala que la “decidida” aplicación del programa de ajuste es una “condición previa” para que se mantenga la asistencia financiera que “facilitará el regreso de Portugal a los mercados financieros y el logro de los objetivos del programa”.
“La Comisión apoya que se tome pronto una decisión al respecto”, señala en su comunicado.
Críticas al Constitucional
Passos Coelho también ha responsabilizado al Tribunal Constitucional, que el viernes invalidó la suspensión de una de las pagas extras de jubilados y pensionistas y otros recortes sociales, de poner en riesgo la recuperación financiera del país y las negociaciones para alargar los plazos de devolución del rescate que pidió en 2011.
Según Passos Coelho, la decisión de la máxima instancia judicial lusa implicará que Portugal no reciba el desembolso de unos 2.000 millones de euros correspondiente al séptimo tramo trimestral de su rescate porque la evaluación realizada el mes pasado ya no “está terminada” y habrá que “hablar” con la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional).
El Gobierno luso cuenta con mayoría absoluta parlamentaria, ha recordado, y seguirá empeñado en cumplir todos los compromisos del país, sanear sus finanzas y superar la crisis económica, ha asegurado. Pero la tarea será “más difícil” con la sentencia del Constitucional, y no solo para el Ejecutivo, ha subrayado, sino también para todos los portugueses.
El primer ministro considera que Portugal no ha salido aún de la “emergencia financiera” en que se encontraba cuando el actual Gobierno llegó al poder, con las elecciones anticipadas de junio de 2011, y tiene por delante “un camino largo y difícil” para recuperar la credibilidad y confianza de sus socios y acreedores.
En su discurso de casi media hora, ha insistido en que el país no puede quedarse “de brazos cruzados” o en espera de que Europa le solucione sus problemas porque eso agravaría aún mas la situación y limitaría su capacidad de elección.