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Polémica por los mensajes del ministro de Sanidad de Boris Johnson entre la escasez de tests y los favores a políticos

Matt Hancock, que fue el ministro de Sanidad de Boris Johnson durante el estallido de la pandemia de COVID, es de nuevo el centro de la polémica en Reino Unido tras la publicación de mensajes en los que parece cuestionar la recomendación médica sobre los tests en las residencias y ayudar a un político de su partido entre la escasez de pruebas, según los whatsapps difundidos por el diario Daily Telegraph y que son ahora parte de una investigación del Parlamento.

Los primeros mensajes son de abril de 2020, cuando habían pasado unas semanas desde las primeras medidas del confinamiento en Reino Unido, no había vacuna ni tratamiento probado y la mayoría de la población era vulnerable al virus mientras los tests y las mascarillas escaseaban hasta para el personal sanitario. En ese mes, el índice de mortalidad por COVID en Inglaterra fue de más de 600 por 100.000 habitantes y el primer ministro Johnson acabó hospitalizado en cuidados intensivos tras contraer el virus.

La gran preocupación de Chris Whitty, el jefe médico de Inglaterra y principal consejero del Gobierno entonces, eran las residencias como foco de infección y muerte. Su primer consejo fue hacer tests a “todos los que entraran en residencias”, según el Telegraph. La respuesta de Hancock, según un mensaje a un asesor, fue que no debían “comprometerse” a hacer tests “en toda la comunidad” de las personas que vivían y trabajaban en residencias y que eso “complicaría las cosas”. Hancock dijo entonces que prefería hacer una criba y tests obligatorios para todos los residentes que volvieran del hospital.

Los mensajes que el Telegraph ha omitido, según Hancock, muestran que el mismo día hubo una reunión donde la conclusión es que no había suficientes tests para todos los residentes y que había que priorizar a los más vulnerables o los que estaban en más riesgo, por ejemplo, por un ingreso hospitalario.

En lo que puede ser más dañino como parte de un patrón de favores a políticos y donantes tories, mensajes posteriores también sugieren que uno de los miembros del partido y entonces líder de la Cámara de los Comunes, Jacob Rees-Mogg, recibió en su casa un test para uno de sus hijos cuando había escasez de pruebas en septiembre de 2020 y aprovechando la ayuda del Gobierno. El mensaje de un asesor de Hancock dice que el test del laboratorio se había “perdido” y que el hijo recibiría uno nuevo en su casa por correo en un momento en que había sobrecarga en el sistema y la mayoría de la población tenía que pagar cientos de libras por cada test privado y a menudo recorrer grandes distancias para conseguirlo (unos meses después en Reino Unido los tests fueron gratuitos para toda la población con o sin síntomas y se podían recoger en farmacias o recibir en casa).

Rees-Mogg, que sigue siendo diputado y ahora tiene un programa en la cadena ultraconservadora GB News, no ha dado explicaciones ni ha contestado a las preguntas de la prensa.

Polémica por las medidas sanitarias

Hancock, que dimitió como ministro en junio de 2021 por saltarse las reglas del confinamiento para estar con su amante y entonces asesora, asegura ahora que la publicación de los mensajes son parte de una “agenda anti-confinamiento” del Telegraph

El diario conservador ha sido activista en sus artículos de opinión y de información -a menudo mezclando ambos- contra las medidas sanitarias que Reino Unido impuso durante 2020 y 2021 para frenar los contagios y reducir las muertes mientras la población estaba desprotegida. Hancock asegura que en este caso concreto de las residencias estaba examinando “todas las opciones” y subraya que las ideas anti-confinamiento que defiende el Telegraph “habrían costado centenares de miles de vidas si se hubieran seguido”. 

El propio Hancock le dio sus mensajes a la periodista que firma el artículo y que le ayudó a escribir un libro sobre la pandemia, que se publicó el año pasado.

Las investigaciones parlamentarias

El Reino Unido es uno de los países que más sufrió durante lo peor de la pandemia. Al menos 216.000 personas han muerto por COVID, según los últimos datos actualizados del Gobierno británico, lo que supone una tasa de mortalidad de 323 muertes por 100.000 habitantes. En España, más de 119.000 personas han muerto por COVID, según los registros del Ministerio de Sanidad. Los datos son difíciles de comparar porque Reino Unido es uno de los países de Europa que más tests ha hecho, con más de 500 millones registrados hasta el día de hoy (España está entre los que menos).

La gestión de la pandemia en Reino Unido es objeto de estudio de varias comisiones parlamentarias. Las dos principales investigaciones centradas en la gestión del Gobierno -una sobre el Reino Unido en general y otra centrada en Escocia- empezarán con las audiencias públicas esta primavera.

Hancock está en el centro de la atención sobre todo por la adjudicación de contratos públicos para comprar tests y mascarillas a empresas de donantes tories con poca o nula experiencia en el sector sanitario. Las empresas con “conexiones políticas” entraban en “una fila VIP” y tenían diez veces más posibilidades de recibir estos contratos millonarios, según publicó en noviembre de 2020 la Oficina Nacional de Auditoría, un órgano independiente de vigilancia que asesora al Parlamento. 

“La manera en la que el Gobierno británico gestionó las ofertas para el suministro de equipos de protección personal y otros contratos de la respuesta contra el COVID parece partidista y sistemáticamente inclinada a favor de quienes tenía acceso político”, dijo la ONG Transparency International en un informe entonces. Su investigación identificó que el 20% de los contratos adjudicados entre febrero y noviembre de 2020 como sospechosos de corrupción.

En enero de 2022, un tribunal dictaminó que el uso de la “fila VIP” era ilegal porque rompía el principio de igualdad y no respondía siempre a una prisa justificada.