Las calles de Hamburgo fueron testigo de cómo 12.000 personas se manifestaron este jueves contra la celebración de la cumbre del G20 que reúne a los países más industrializados y emergentes del mundo. La marcha, que comenzó de forma pacífica, desembocó en disturbios entre policía y un sector de los manifestantes.
Según las autoridades, un millar de encapuchados, vestidos de negro se mezclaron en la manifestación bajo el lema 'Bienvenidos al Infierno'. Al requerirles que se identificaran y tras negarse a ello, los efectivos antidisturbios detuvieron la concentración Y usaron cañones de agua a presión para dispersarlos.
Tras los primeros lanzamientos de objetos contra los antidisturbios, la policía informó de la quema de un automóvil y de la agresión sufrida por su portavoz, Timo Zill. Fue a continuación cuando comenzaron los incidentes más graves, con barricadas y la rotura de escaparates y mobiliario urbano.
Los enfrentamientos, que se registraron a lo largo de toda la ciudad, se han saldado con 70 policías heridos, 60 de ellos de carácter leve. No se han ofrecido datos del número de manifestantes que han necesitado atención médica. Los altercados prosiguieron hasta pasada la medianoche, a pesar de que los organizadores dieron por terminada la marcha después de que les resultara imposible frenar al grupo de alborotadores.
20 manifestaciones más
Concentrados en una popular plaza del barrio de St Pauli desde las 17:00 del jueves, la manifestación pacífica tenía como objetivo reivindicar la protección de la democracia y el medio ambiente, intentando llegar a 300 metros del centro de congresos donde se celebrará la cumbre.
Las fuerzas de seguridad pusieron en marcha un dispositivo policial de 19.000 agentes y cerraron el tráfico en las inmediaciones del centro de convenciones en el que se desarrollará la reunión desde este viernes al próximo sábado. Un encuentro que ha dado lugar a la convocatoria de una veintena de manifestaciones por diferentes aspectos que serán tratados durante la cumbre.
El ministro del Interior de Alemania, Thomas de Maizière, ha advertido este jueves de que no se tolerará el menor intento de alterar el desarrollo de las runiones, ya sea mediante manifestaciones violentas o saboteando la cumbre.
“Ningún manifestante, de ninguna organización, puede pretender decidir cómo, cuándo o por dónde deben pasar los líderes del G20”, ha manifestado. La canciller alemana, Angela Merkel, recibe en su país a los jefes de Estado y Gobierno de las principales economías y potencias emergentes del mundo, entre los que se encuentran Trump, Putin y Erdogan, entre otros, a unos meses de las elecciones.