El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, ha decidido convocar elecciones anticipadas para el 10 de marzo de 2024 tras la dimisión del primer ministro socialista, António Costa, investigado por corrupción.
En una declaración realizada a última hora de la tarde del jueves, Marcelo Rebelo de Sousa argumentó que la campaña electoral de 2022 “se había personalizado” en torno a António Costa y que era inevitable que se convocaran elecciones con su salida. La solución, dice Rebelo de Sousa, es “devolver la palabra a los portugueses sin miedo ni temor”.
La Asamblea de la República permanecerá en pleno hasta el 15 de enero, garantizando la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado y la actividad legislativa hasta entonces. La principal novedad, ya anticipada, se encuentra en el periodo de espera hasta la disolución de la Asamblea de la República. El hecho de que la disolución no se produzca todavía significa que Portugal contará el 1 de enero con unos Presupuestos Generales del Estado que incluyen recortes fiscales y subidas salariales.
Esta era una de las principales preocupaciones del Presidente, ya que sin un presupuesto aprobado, el país tendría limitada la gestión presupuestaria hasta que el nuevo Gobierno fuera elegido y presentara una propuesta, algo que podría retrasar la entrada en vigor de un presupuesto para el segundo semestre del año. A Marcelo Rebelo de Sousa también le preocupa la capacidad del país para aplicar sin demora todo el Plan de Recuperación y Resiliencia.
En su reacción al discurso del Presidente, el Partido Socialista (PS) afirma que tiene “el deber de ser una voz de estabilidad, confianza y credibilidad” sometiéndose a las elecciones. El líder del PSD, principal partido de la oposición, aseguró que está preparado para las elecciones, defendiendo la “inevitabilidad” de acudir a las urnas anticipadamente, garantizando que el partido de centroderecha acude a los comicios “con humildad” y “mucha ambición” de ser una alternativa.
Este calendario también da tiempo al Partido Socialista (PS) para elegir un nuevo secretario general en un congreso anticipado para elegir al sucesor de António Costa.
Según ha sabido elDiario.es de una fuente próxima al diputado, Pedro Nuno Santos va a presentar su candidatura a secretario general del Partido Socialista. Pedro Nuno Santos es el ex ministro de Infraestructuras, considerado el rostro del ala izquierda de los socialistas y una figura que puede llegar más fácilmente a acuerdos con los partidos situados a la izquierda del PS. Es probable que Santos anuncie su candidatura el lunes, durante su programa semanal de análisis político en la televisión SIC Notícias.
Entre el ala más moderada, parece haber consenso en torno al nombre del actual ministro del Interior, José Luís Carneiro. Carneiro ha sondeado a ilustres militantes del partido y parece contar con un consenso en la línea de la continuidad de António Costa.
En la reunión del miércoles con Marcelo Rebelo de Sousa, el Presidente del Partido Socialista, Carlos César, intentó demostrar que los socialistas tenían el personal necesario para garantizar la continuidad de la legislatura, sin necesidad de nuevas elecciones. El presidente de la República la calificó de “solución débil” y no quiso faltar a su palabra. Desde el inicio de la legislatura, Rebelo de Sousa ha indicado que convocaría elecciones anticipadas si António Costa dejaba la Presidencia del Gobierno.
Uno de los principales temores del Presidente tiene que ver con el previsible crecimiento de la influencia del partido de extrema derecha Chega. El líder de Chega, André Ventura, ya ha admitido que no aceptará acuerdos postelectorales con los demás partidos de derechas si no entra en el gobierno. De momento, cualquier escenario de mayoría absoluta parece descartado, siendo Chega necesario si se forma una mayoría por la derecha.
Hasta la disolución anunciada, el Gobierno seguirá trabajando. En el Consejo de Ministros del jueves, aprobó una subida del salario mínimo nacional a 820 euros el año que viene.
Mientras tanto, continúa la investigación del caso judicial conocido como “Operación Influencer”. El jueves, António Costa exoneró a su jefe de gabinete, Vítor Escária, después de que se descubrieran 75.800 euros en el despacho de Escária escondidos en libros y cajas de botellas de vino. A pesar de la gran cantidad de dinero escondida, su abogado afirma que “este dinero no tiene nada que ver con las acusaciones en curso”.
Las últimas elecciones en Portugal se celebraron en enero de 2022 y Costa obtuvo mayoría absoluta pese a que las encuestas auguraban un empate técnico con los conservadores. Desde el final de la dictadura, solo cinco de 15 primeros ministros han logrado llegar al final de su mandato.
El último sondeo publicado por Aximage en octubre mostraba al Partido Socialista en primera posición, con un 29% de intención de voto, seguido de cerca por el Partido Social Demócrata (centroderecha), con un 25%. La mayor subida, según esta encuesta, es la del partido de extrema derecha Chega, con cerca del 15% de intención de voto, lo que supondría doblar su apoyo.
En 2015, el Partido Socialista (PS) logró el apoyo de las formaciones a su izquierda (Bloco de Esquerda y comunistas) en un acuerdo inaudito en 42 años de democracia que permitió a Costa convertirse en primer ministro del país pese haber quedado en segunda posición. En 2019 no hubo pacto de legislatura entre las mismas formaciones, pero Costa pudo gobernar con acuerdos puntuales con sus socios. El acuerdo, sin embargo, se rompió en octubre de 2021 por desavenencias en la aprobación de presupuestos.
A primera hora de la mañana del martes, inspectores de policía registraron la residencia oficial del primer ministro en Lisboa y varios ministerios. En total, han sido detenidas cinco personas: el alcalde socialista de la ciudad portuaria de Sines –donde están previstos proyectos de hidrógeno verde y un centro de datos–, dos empresarios locales y dos hombres próximos al círculo del mandatario socialista: Lacerda Machado, consultor conocido por ser “el mejor amigo de Costa”, y el jefe de gabinete del primer ministro, Vítor Escária. “La dignidad de las funciones del primer ministro no es compatible con ninguna sospecha sobre su integridad”, señaló Costa al anunciar su dimisión.