El propietario de una residencia turística en Ciotat, cerca de Marsella (Francia), reclama a una mujer que se bañó en la piscina en burkini el pasado 21 de julio abonar su desinfección, según ha denunciado hoy miércoles en un comunicado el Colectivo francés contra la Islamofobia (CCIF).
Según el CCIF, la mujer estaba alojada junto con su marido y sus tres hijos en una residencia privada con piscina, que tenían una reserva de una semana. El primer día se bañó con sus hijos sin problemas, pero la jornada siguiente fue sacada de la piscina al cabo de una hora por el vigilante, después de que, según el relato de la mujer, que lo denuncia de forma anónima, el sindicato de copropietarios denunciara al dueño que una mujer se había bañado vestida y con velo.
El responsable le prohibió bañarse el resto de su estancia y quiso que la familia abonara los gastos de desinfección completa de la piscina, así como una compensación por el hecho de que, según el propietario, esta hubiera quedado inhabilitada durante dos días a causa del baño de la mujer.
La pareja afectada asegura que la residencia no cambió el agua, pero ha visto cómo se le ha retenido una fianza de 490 euros a la espera de que pague la desinfección.
El CCIF recuerda en su comunicado que la mujer no se bañó con ropa de calle, razón que argumenta el propietario para justificar la necesidad de la desinfección, sino con un traje habilitado para el baño que está confeccionado con un tejido ligero, similar al de los bañadores o al de los monos de neopreno o trajes de natación profesional.
La polémica sobre el burkini saltó en Francia a principios de agosto del año pasado, cuando se conoció la propuesta de la ONG Smile 13 de reservar un parque acuático cercano a Marsella exclusivamente para mujeres, a las que se les pedía acudir con esa prenda o bien cubiertas, y que fue anulada.