Cientos de personas se concentraron este miércoles a escasos metros de una de las torres del presidente estadounidense, Donald Trump, en la Quinta Avenida de Nueva York, para denunciar la decisión de la fiscalía del estado de Kentucky de desestimar la acusación de asesinato contra los policías involucrados en la muerte de la mujer negra Breonna Taylor. Han imputado a un agente por cargos menores que no están relacionados directamente con la muerte de la joven.
Según el fiscal, después de una “investigación exhaustiva”, su equipo determinó que los agentes que dispararon contra Taylor cuando se encontraba en su apartamento, en marzo pasado, en Louisville (Kentucky) no violaron la ley estatal, porque lo hicieron en respuesta a los disparos del novio de la joven, Kenneth Walker, que tenía licencia de armas.
Indignación con la decisión del fiscal
“No dejaremos de luchar hasta que las mujeres negras no consigan su liberación”, aseguró uno de los oradores que tomó el micrófono en un improvisado escenario en el que varios activistas mostraron su indignación por la decisión del fiscal general de Kentucky, Daniel Cameron.
Para los convocantes de la protesta, integrantes del movimiento antirracista Black Lives Matter, el sistema estadounidense “está diseñado contra la existencia de la comunidad negra” por lo que es necesario “seguir luchando hasta derribarlo”. La policía protegió con vallas los accesos a la Torre Trump, antigua residencia del presidente, y redobló su presencia en la zona.
“Un asesinato es un asesinato” o “Breonna se merece algo mejor” eran algunos de los carteles que portaban los presentes, que repitieron algunos de los lemas que se hicieron famosos durante las protestas que estallaron en mayo tras el asesinato del también negro George Floyd, a manos de un policía blanco.
Manifestaciones en Louisville
Asimismo, cientos de personas se concentraron en el barrio neoyorquino de Brooklyn y en otras muchas localidades del país tras conocerse la noticia. En Lousiville, donde se registraron los hechos, varias marchas y protestas ocuparon el centro de la ciudad. Las autoridades de Louisville han declarado un toque de queda a partir de las 9 de la noche y la red de transporte público cerrará para limitar el impacto de las protestas.
La policía de dicha localidad realizó detenciones durante la tarde, mientras que imágenes en redes sociales mostraban la llegada a la ciudad de grupos de ultraderecha armados, algo que en el pasado ha desembocado en altercados violentos y varias muertes.
La muerte de Taylor, junto con la de George Floyd en Mineápolis en mayo pasado, desencadenaron una ola nacional de protestas que exigía justicia racial y el fin del uso excesivo de la fuerza por parte de los agentes del orden.