elDiario.es

1 de abril de 2024 19:13 h

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Un páramo de edificios destrozados, escombros y cuerpos sin vida esparcidos por el suelo. Es el rastro de destrucción que han dejado las fuerzas israelíes tras abandonar Al Shifa, en Ciudad de Gaza, que una vez fue el hospital de referencia más grande, más avanzado y mejor equipado del enclave palestino. Las imágenes difundidas tras la retirada muestran cómo gran parte del importante complejo médico ha quedado reducido a un conjunto de ruinas durante el último asedio israelí, con edificios calcinados a los que les faltan trozos de pared, mientras los gazatíes cargan cadáveres envueltos en mantas y se congregan en el lugar para comprobar los daños y buscar sus pertenencias.

El Ejército de Benjamin Netanyahu ha anunciado la retirada de sus tropas este lunes tras dos semanas de asalto a este hospital del norte del territorio, que ha quedado fuera de servicio. Según el Gobierno de Gaza, al menos 400 personas han muerto en Al Shifa y sus alrededores, entre ellos una doctora y su hijo, también médico. Las autoridades de la Franja, controlada por Hamás, dicen que han encontrado cuerpos con signos de haber sido ejecutados, calcinados y en descomposición en el centro. El recuento de víctimas mortales en el entorno del hospital podría llevar días.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) denunció la semana pasada que el acceso al hospital era imposible y, según la información con la que contaban, varios trabajadores de la salud habían sido arrestados y detenidos. “Repito: los hospitales deben respetarse y protegerse; no deben utilizarse como campos de batalla”, ha escrito este lunes Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, en la red social X (antes Twitter).

Israel asegura haber “eliminado” a unos 200 “terroristas” y detenido a 500 “afiliados a organizaciones terroristas”. “Las fuerzas encontraron grandes cantidades de armas y documentos de inteligencia por todo el hospital, se enfrentaron a terroristas en combates cuerpo a cuerpo y entablaron combate evitando dañar al personal médico y a los pacientes”, dice en un comunicado del Ejército israelí. Hamás y los médicos han negado cualquier presencia armada en los hospitales, que han sido uno de los blancos de la ofensiva israelí que ya casi dura seis meses, con miles de palestinos buscando refugio de los bombardeos israelíes en su interior y fuerzas israelíes irrumpiendo en las instalaciones en repetidas ocasiones.

Según las autoridades gazatíes, 32.845 personas han perdido la vida desde el 7 de octubre, día en el que Hamás perpetró sus atentados contra comunidades israelíes, dejando unos 1.200 muertos y secuestrando a más de 200 personas.