Rusia ha decidido hacer efectiva su amenaza y no renovar el acuerdo que, en plena guerra, ha permitido el envío de casi 33 millones de toneladas métricas de cereales a través del mar Negro desde los puertos ucranianos. La ONU ha calificado decisión de Moscú como “un duro golpe para las personas necesitadas de todo el mundo”. El Kremlin alega que no se han cumplido las condiciones para una extensión del ya frágil pacto que expiraba a medianoche, mientras que Kiev se abre a continuar sin la participación rusa.
Con muchas preguntas aún sin respuesta, esto es lo que se sabe hasta ahora.
¿Qué ha pasado?
Este lunes era el último día de funcionamiento del acuerdo que se firmó hace un año, antes de que expirara a medianoche. Todos los ojos estaban puestos en Rusia y su decisión sobre si accedía o no a prorrogarlo, tras amenazar repetidamente con no hacerlo. En los últimos días ha habido conversaciones contra reloj entre bambalinas y el secretario general de la ONU, António Guterres, llegó a enviar la semana pasada una carta al presidente ruso, Vladímir Putin, con una propuesta para mantener la llamada 'Iniciativa de Granos del mar Negro'. El último buque que viajaba bajo el amparo del mismo, el mercante TQ Samsum, abandonó el puerto de Odesa este domingo y llegó este a la zona norte de inspección frente a Estambul.
Finalmente, en su rueda de prensa telefónica diaria, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha anunciado que el pacto se “suspende”, alegando que “la parte que concierne a Rusia en este acuerdo del mar Negro no se ha cumplido hasta ahora”. “Por lo tanto, se pone fin a su validez”, ha agregado. El anuncio del Kremlin se ha producido apenas unas horas después de acusar a Ucrania de atacar el puente de Kerch, que une Crimea con Rusia. Pero el Kremlin ha asegurado que la suspensión no tiene que ver con el ataque que, según fuentes citadas por medios ucranianos, ha sido una operación del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) y la Armada de Ucrania.
En la práctica, la parte rusa se ha opuesto a volver a prorrogarlo. El Centro de Coordinación Conjunta de Estambul, que facilita la aplicación del acuerdo, ha recibido la notificación de Moscú de su retirada inmediata del pacto –que señala que las partes tienen que comunicar su intención de poner fin al mismo–, según ha confirmado una fuente de la ONU a elDiario.es.
Tras su firma en julio de 2022, el pacto desbloqueó las exportaciones y ha permitido enviar decenas de millones de toneladas métricas de cereales y otros productos de manera segura desde Ucrania a los mercados internacionales para evitar una crisis alimentaria mundial agravada por la invasión rusa, tras lo que se dispararon los precios internacionales. Es decir, proporcionó garantías de que los buques no iban a ser atacados al entrar y salir de los puertos ucranianos bloqueados a causa de la guerra.
Moscú ha comunicado a la Organización Marítima Internacional (OMI) que “se revocarán las garantías de seguridad de la navegación emitidas por la parte rusa”, según un extracto de una carta a la que ha tenido acceso la agencia Reuters. Lo mismo ha publicado en un comunicado el Ministerio de Exteriores ruso, que sostiene que su decisión significa la retirada de tales garantías: “La restricción del corredor humanitario marítimo, la restauración del régimen de una zona temporalmente peligrosa en el noroeste del mar Negro y la disolución del Centro de Coordinación Conjunta de Estambul”.
El anuncio de Moscú ha sido condenado en Occidente. “Al bloquear una de las rutas de exportación de cereales más importantes desde Ucrania, Rusia vuelve a convertir el hambre de la gente en un arma”, ha tuiteado el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell. Por su parte, Guterres ha expresado que lamenta “profundamente” la decisión rusa: “En última instancia, la participación en estos acuerdos es una elección. Pero la gente que tiene dificultades en todas partes y los países en desarrollo no tienen elección”.
¿Es definitivo?
Todo apunta a que las negociaciones no se van a detener, pero ahora se abre una nueva etapa y no está claro qué frutos van a dar. Algunas fuentes dicen que las posibilidades de éxito son bajas.
“Nuestro objetivo debe seguir siendo promover la seguridad alimentaria mundial y la estabilidad de los precios de los alimentos en todo el mundo. Seguiremos empeñados en encontrar vías de solución. Simplemente hay demasiado en juego”, ha dicho Guterres, que no ha ofrecido detalles de qué puede ocurrir en los próximos días.
El acuerdo se cerró bajo la mediación de la ONU y Turquía, que ha jugado un papel importante en las negociaciones en todo este año y ha calificado el pacto como un “éxito diplomático” que ha pasado a la historia. Este lunes el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha asegurado que a pesar de la declaración de Rusia, cree que Putin “quiere que este puente humanitario continúe”. Según la agencia Anadolu, Erdogan ha expresado su esperanza de que continúe “sin interrupción” y ha asegurado que el ministro de Asuntos Exteriores turco y su homólogo ruso hablarán del acuerdo por teléfono, así como que habrá una llamada con Putin.
En el lado europeo, fuentes comunitarias consideran que el anuncio del Kremlin no cierra por completo la puerta a la reanudación del acuerdo y señalan que desde la Unión Europea están analizando el mensaje de Moscú.
Durante el anuncio, el portavoz del Kremlin ha asegurado que Moscú retomará “la aplicación” del acuerdo en cuanto “se cumpla la parte rusa del acuerdo sobre cereales”. El Ministerio de Exteriores ruso ha señalado que estarán listos para plantearse volver a unirse si reciben “resultados concretos y no promesas y garantías”.
Pero tras las declaraciones de Erdogan, la agencia estatal rusa Tass ha citado a un representante ruso en la ONU que dice que la decisión es definitiva y no se prevén más negociaciones.
¿Qué alega Rusia?
Hace un año, para convencer a Moscú de que aceptara el pacto, también se llegó a un acuerdo en virtud del cual la ONU acordaba ayudar a Rusia a llevar sus exportaciones de alimentos y fertilizantes a mercados extranjeros.
Antes de tomar esta decisión, Rusia había amenazado previamente con abandonar el pacto argumentando que no se han atendido sus demandas de mejorar sus propias exportaciones de cereales y fertilizantes. En el último año, a pesar de las repetidas amenazas, Moscú aceptó ampliar en acuerdo en tres ocasiones, la última vez en mayo, pero solo durante 60 días, en lugar de los 120 que estipulaba el texto. En octubre, suspendió brevemente su participación tras un ataque a su flota en Crimea, y pocos días después volvió a unirse. Según ha podido saber elDiario.es, aquella vez, Moscú notificó la suspensión de su participación, a pesar de que el texto del acuerdo no especifica ese escenario (solo la renovación o la rescisión).
Entre la lista de condiciones sobre lo que considera que son obstáculos a estas exportaciones, planteó la reconexión del Rosselkhozbank (Banco Agrícola Ruso) al sistema de pago Swift, el suministro de piezas de recambio para maquinaria agrícola o la reapertura de la tubería de amoníaco del gasoducto Togliatti-Odesa, cerrada desde el comienzo de la invasión de Ucrania.
Las exportaciones rusas de alimentos y fertilizantes no están sujetas a las sanciones occidentales por la invasión rusa, pero Moscú alega que las restricciones en los pagos, la logística y los seguros representan una barrera para los envíos, recogen medios internacionales como Reuters. Rusia también se queja de que no han llegado suficientes cereales a los países pobres, pero la ONU argumenta que el acuerdo ha beneficiado a esos Estados al ayudar a reducir los precios de los alimentos.
¿Qué dice la ONU?
“Soy consciente de algunos obstáculos que subsisten en el comercio exterior de productos alimenticios y fertilizantes rusos”, ha dicho Guterres este lunes.
El objetivo de la propuesta que presentó en su carta a Putin, según ha explicado su portavoz, era eliminar “los obstáculos que afectan a las transacciones financieras” a través del Banco Agrícola Ruso, “una de las principales preocupaciones expresadas” por Rusia, y permitir al mismo tiempo que continuara el flujo de grano ucraniano a través del mar Negro. El Ministerio de Exteriores ruso ha tachado la propuesta del secretario general como “prácticamente irrealizable e inviable”.
Este lunes, Guterres ha detallado el contenido la carta, citando extractos de la misma y deslizando que la ONU ha hecho su parte. Entre otras cosas, subrayó a Putin que el comercio de cereales rusos “ha alcanzado altos volúmenes de exportación y los mercados de fertilizantes se están estabilizando, con las exportaciones rusas a punto de recuperarse por completo, tal y como han declarado la Unión Rusa de Exportadores de Cereales y la Asociación Rusa de Productores de Fertilizantes”.
La carta también esbozaba las medidas de la ONU para facilitar el comercio en medio de las sanciones contra Rusia, como la obtención de licencias de Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea, y la facilitación de aclaraciones y orientaciones al sector privado. Guterres detallaba en la misiva que se ha construido “un mecanismo de pagos a medida para el Banco Agrícola Ruso a través de JP Morgan fuera de Swift”. Sobre el acceso a este sistema, también escribió que Naciones Unidas “ha negociado recientemente con la Comisión Europea una propuesta concreta para permitir que una filial del Banco Agrícola Ruso recupere el acceso a Swift”. “El elemento clave que sustenta la viabilidad política de esta propuesta es que puede aplicarse dentro de la normativa existente. Consideramos que se trata de una apertura política única, derivada de un auténtico deseo de proteger la seguridad alimentaria mundial más allá del 17 de julio”, dijo.
“Me decepciona profundamente que mis propuestas hayan sido desoídas”, ha opinado Guterres tras la decisión rusa.
¿Qué dice Ucrania?
El presidente ucraniano Volodímir Zelenski ha asegurado que el corredor de cereales del mar Negro puede funcionar incluso sin la participación de la parte rusa en los acuerdos. Pero hasta ahora, también reina la incertidumbre en esta cuestión. “La Iniciativa de Cereales del mar Negro puede y debe seguir funcionando. Si es sin Rusia, entonces sin Rusia. El acuerdo sobre la exportación de grano, que es con Turquía y la ONU, sigue siendo válido”, dijo Zelenski en su discurso nocturno. Explicó que he enviado cartas Erdogan y Guterres con una propuesta para continuar el acuerdo “o su análogo en un formato trilateral, como sea mejor”.
Denys Marchuk, subdirector del Consejo Agrario Ucraniano, la principal organización agroindustrial de Ucrania, ha declarado a Reuters que las exportaciones marítimas podrían volver a llevarse a cabo sin el acuerdo ruso: “Si habrá garantías de seguridad por parte de nuestros socios, ¿por qué no llevar a cabo la iniciativa del grano sin la participación de Rusia?”.
Es probable que cualquier reanudación de los envíos sin la bendición de Rusia dependa de las aseguradoras. “Creo que los costes del seguro serán bastante elevados. Sé que Ucrania ha estado hablando de proporcionar cobertura de seguro a los barcos que lleguen a Odessa (quizá con ayuda de la UE), pero no tengo claro que sea viable”, explica a elDiario.es Joseph W. Glauber, investigador principal del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI), con sede en Washington.
¿Qué ha conseguido el acuerdo y por qué es importante?
António Guterres se ha referido al acuerdo como un “salvavidas” para cientos de millones de personas en todo el mundo que se enfrentan al hambre y a la crisis mundial del costo de la vida. “Ellos pagarán el pato”, ha indicado.
Antes de la guerra, Ucrania era uno de los principales exportadores de cereales y el principal exportador mundial de aceite de girasol. Rusia también se encuentra entre los principales exportadores de grano del mundo.
En virtud del pacto, se han exportado por mar 32,9 millones de toneladas métricas de maíz (principalmente), trigo y otros productos como aceite de girasol o cebada. Han llegado a 45 países de tres continentes –Asia, Europa y África–, según la ONU. Los 10 principales destinos que importan los alimentos son China (24%), España (18%), Turquía (10%), Italia (6%), Países Bajos (6%), Egipto (5%), Bangladesh (3%), Israel (3%), Túnez (2%) y Portugal (2%).
La iniciativa también ha permitido que el Programa Mundial de Alimentos (PMA) transporte más de 725.000 toneladas de trigo para ayudar a aliviar el hambre en lugares como Afganistán, Etiopía, Kenia, Somalia, Sudán y Yemen.
Según informa la ONU, el acuerdo ha contribuido a la reducción sostenida de los precios mundiales de los alimentos, que ahora están más de un 23% por debajo de los máximos históricos alcanzados en marzo del año pasado.
Pese a los logros, la aplicación del pacto ha sufrido varios reveses en el último año. La cantidad de cereales enviados por mes ha caído de un máximo de 4,2 millones de toneladas métricas en octubre a 1,3 millones de toneladas métricas en mayo, el volumen más bajo desde que se cerró el acuerdo. Las inspecciones conjuntas destinadas a garantizar que los barcos solo transporten alimentos también se han ralentizado con el paso de los meses. No se ha autorizado la participación de nuevos barcos desde fines de junio, según Naciones Unidas. Desde finales de abril, tampoco se ha permitido que ningún buque se desplace al puerto de Yuzhny/Pivdennyi, uno de los tres incluidos en el acuerdo.
Hasta ahora no ha habido exportaciones de amoniaco, que dependerían de la reanudación del gasoducto de Togliatti (Rusia) a Yuzhny/Pivdennyi.
¿Qué consecuencias puede tener?
La ONU ha advertido de que, de deshacerse el acuerdo, se puede producir un probable aumento de los precios mundiales de los alimentos y los fertilizantes.
Preocupa especialmente la situación de los países empobrecidos. Para las naciones y las personas de renta baja, los alimentos “serán menos asequibles”, dijo a la prensa la semana pasada Arif Husain, economista jefe del Programa Mundial de Alimentos, citado por la agencia AP. El Comité Internacional de Rescate (IRC) ha alertado este lunes de que la expiración del pacto puede “poner en peligro” la seguridad alimentaria mundial. “Aproximadamente el 80% del grano de África Oriental se importa de Rusia y Ucrania. Más de 50 millones de personas en África Oriental se enfrentan al hambre en niveles de crisis y los precios de los alimentos han subido casi un 40% este año. Cualquier interrupción del suministro mundial de alimentos en un momento de gran necesidad podría tener consecuencias devastadoras”, sostuvo.
Los precios mundiales de los alimentos básicos han subido este lunes, aunque el aumento ha sido limitado.
La Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España (Accoe) ha selañado que la suspensión del acuerdo puede ser “un golpe bastante duro” para nuestro país, ya que Ucrania es un importante suministrador de cereal, según informa EFE.
Glauber recuerda que el comercio del mar Negro se ha ralentizado desde principios de mayo. Ucrania puede enviar sus alimentos por vía terrestre o fluvial a través de Europa, pero esas rutas admiten cantidades menores que los envíos marítimos y ha generado enfado en los países vecinos.
A juicio del experto, el cierre del mar Negro puede ejercer más presión sobre el “aumento de las exportaciones a través de Occidente –los llamados 'carriles de la solidaridad'–, lo que probablemente aumentará las tensiones con los vecinos ucranianos de Europa del Este”. “Aunque la UE ha restringido la venta de grano ucraniano en Europa del Este, los productos agrícolas de Ucrania compiten por el almacenamiento, los vagones de ferrocarril, las barcazas y las instalaciones portuarias, lo que aumenta los costes de transporte y reduce los precios internos para los productores de esos países”, asegura el investigador.
Según indica, las repercusiones se dejarán sentir especialmente en Ucrania, “donde los elevados costes de envío a través de Occidente se traducirán en bajos precios agrícolas para los productores ucranianos”. La producción de cereales ya es entre im 35 y un 40% inferior a los niveles de antes de la guerra. agrega. “El cierre del mar Negro desincentivará aún más las plantaciones”, predice.
A corto plazo, no obstante, cree que el impacto en los mercados mundiales debería ser “relativamente menor”. “La oferta mundial de trigo es suficiente y los precios llevan casi un año por debajo de los niveles de antes de la guerra. Las cosechas de trigo de invierno del hemisferio norte parecen bastante buenas (con la excepción de EEUU y España)”, explica. A largo plazo, el impacto puede implicar que el papel de Ucrania como importante proveedor mundial “se verá fuertemente disminuido: ”Esto significa que la reconstitución de las existencias mundiales llevará tiempo y que los precios probablemente seguirán siendo volátiles“.