Haber nacido en Libia, Sudán, Somalia, Siria, Irak, Yemen o Irán y, a su vez, contar con un pasaporte europeo, no significa que no vayas a tener problemas a la hora de entrar en Estados Unidos. Desde que Donald Trump firmase su último decreto anti-inmigración, miles de ciudadanos europeos temen que se les prohíba viajar al país norteamericano, por haber nacido en uno de estos siete países. Y aunque todavía existe mucha confusión sobre la aplicación de la norma, algunos posibles afectados reclaman atención sobre temas que consideran mucho más urgentes.
Es el caso de Tamim El Dalati, un productor y periodista hispano-sirio, preocupado por que se acabe ignorando el conflicto bélico que sufre su país de origen. “Porque en Siria hay una guerra”. “Siria tiene problemas más importantes que el veto de Trump”, asegura. De hecho, según El Dalati, “que el presidente de EEUU haya decidido vetar la entrada a sirios, iraquíes o somalíes es solo una barrera más”.
“Con Obama ya era complicado entrar en EEUU”, insiste El Dalati. “Lo único que ha ocurrido estos días es que se ha verbalizado una realidad previa”. Algo con lo que también está de acuerdo el abogado sirio Wassim Rabah: “Siempre ha sido muy complicado. Antes, ser árabe ya era un problema”.
Además, según El Dalati, “un refugiado sirio no va donde él quiere, sino donde le dejan”. Y en este sentido, Rabah (que abandonó su país por motivos académicos, hace ya doce años) lo tiene claro: “Nos importa más que se busque y se encuentre una solución a la guerra de Siria”.
“EEUU no es ni será nuestro primer destino”, remata El Dalati. El puñado de compatriotas que se quedarán a las puertas de Estados Unidos por la orden de Trump no es nada comparado con los miles que cruzan estos días Europa ateridos de frío.