En la indescifrable telaraña de grupos armados de Siria, la oposición a Bashar al Asad era el único elemento común que justificaba el uso de la palabra insurgente o rebelde. En una capa inferior, estos grupos han librado sus propias guerras internas y de unos contra otros. De hecho, los combates han continuado entre varios de ellos pese al colapso del régimen. Pacificar ahora esos múltiples conflictos es el mayor reto para asegurar una transición pacífica.
Para empezar, estos son algunos de los principales actores presentes en Siria:
- Los islamistas de Hayat Tahrir al Sham (HTS): antigua filial de Al Qaeda en Siria y convertidos en la principal fuerza del país tras dirigir la ofensiva que derrocó a Al Asad. Lideran la transición.
- Las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS): dominadas por milicias kurdas que Turquía considera terroristas y aliadas de Estados Unidos en la lucha contra el Estado Islámico. Controlan buena parte del noreste del país.
- El Ejército Nacional Sirio: milicias apoyadas por Ankara que controlan parte de la frontera norte con Turquía y cuyo principal enemigo son los grupos kurdos. Se coordinó con HTS para la ofensiva final que acabó con Asad.
- La organización terrorista Estado Islámico (conocida por las siglas ISIS) no controla territorio, pero está presente en la zona desértica del centro del país, desde donde lanza sus ataques.
Entre todos ellos se dan guerras evidentes como la del Ejército Nacional Sirio (milicias apoyadas por Turquía) contra las Fuerzas Democráticas de Siria (kurdos) cerca de la frontera con Turquía, y otras menos evidentes, como la de HTS contra las milicias proturcas pese a haber coordinado juntos la ofensiva final contra Al Asad. HTS también ha luchado contra otras fuerzas islamistas como el ISIS o la actual rama de Al Qaeda en Siria.
“Este mapa muestra la dinámica geografía del conflicto en Siria. Diferentes grupos están luchando en sus propias contiendas, además de estar involucrados en una lucha nacional más amplia, porque el conflicto de Siria es en realidad múltiples guerras más pequeñas”, dice Clionadh Raleigh, directora de la organización Armed Conflict Location and Event Data (ACLED), que recoge en una base de datos los incidentes de todas las guerras del mundo.
“El antiguo régimen ha desaparecido del conflicto de Siria, pero quedan muchos actores con nuevas oportunidades de participación y de violencia”, añade.
Las milicias kurdas, en peligro
Tras la caída del régimen de Al Asad, las milicias proturcas y las kurdas (FDS) no han detenido la guerra en el norte del país. Turquía considera a las milicias kurdas como el brazo sirio del PKK turco —que mantiene un enfrentamiento armado contra Ankara desde los años 80 del siglo pasado— y ha alimentado a los insurgentes durante todo el conflicto para expulsar a las FDS (aliadas a su vez de EEUU) de su frontera y minimizar su poder en la zona.
La semana pasada, las FDS —dominadas por milicias kurdas— tuvieron que retirarse de la ciudad de Manbij tras los combates contra los combatientes proturcos en un acuerdo negociado con la mediación de EEUU que, según algunas publicaciones especializadas, mandó un ultimátum a sus aliados kurdos para que se replegaran.
“Si EEUU se retira [con la llegada de Donald Trump en enero], estamos seguros de que las fuerzas kurdas no tendrán apoyo extranjero, lo que las convierte en un objetivo muy fácil para la coalición de rebeldes, especialmente aquellos apoyados por Turquía”, dice a elDiario.es Muaz al Abdullah, investigador de ACLED para Siria. “La previsión es que se mantenga el mismo nivel de hostilidades [entre kurdos y proturcos] hasta comienzos del año que viene. Después habrá una reevaluación, pero la confrontación no parará”, añade.
“La excepción que podría cambiarlo todo sería el comienzo de una comunicación y negociación seria entre las Fuerzas Democráticas de Siria y HTS. Hay pequeñas indicaciones que eso puede pasar y que se estén intentando comunicar”, explica el investigador.
“Por otro lado, la represión por parte de las fuerzas kurdas de las protestas de los últimos días en varias ciudades indica que se trata de una decisión tomada a alto nivel. El mensaje que tomamos de esas fuerzas kurdas claramente es que es un intento de esperar y ver qué ocurre del lado estadounidense”, agrega.
Un combatiente kurdo que estuvo luchando en el norte de Siria alrededor de un año y medio, y que hoy reside en Europa tiene pocas esperanzas en ese acuerdo entre FDS y HTS. “HTS no son combatientes por la libertad que hayan logrado la victoria gloriosa en base a sus elevados valores humanos. A medida que sea más fuerte, atacará a todo el que no se someta a sus normas. Me da la sensación que tienen algún tipo de acuerdo con Europa y EEUU para moderarse”, dice a elDiario.es.
“Si el conflicto sigue creciendo y llega a Irán, entonces Occidente necesitará y protegerá a las Fuerzas Democráticas de Siria, pero si el conflicto no llega a tanto, las FDS tendrán que luchar por su propia supervivencia”, añade el excombatiente, que ejerció como francotirador.
“Los deseos turcos de interferir en el gobierno local provienen de sueños perdidos del imperio [otomano]. Ahora Siria se convierte en el campo de batalla para todos. Dicen que cuando el toro ha caído aumenta el número de cuchillos. Con el dictador desaparecido, todo el mundo busca su trozo de carne”, denuncia.
El comandante general de las Fuerzas Democráticas de Siria, Mazloum Abdi, ha solicitado “detener todas las operaciones militares en todo el territorio sirio como paso esencial para allanar el camino hacia un diálogo constructivo que conduzca a la construcción de una nueva Siria”.
HTS vs milicias proturcas y otros islamistas
Los otros dos pesos pesados en la transición siria también han tenido numerosos enfrentamientos en los últimos cuatro años. Pero, “no son confrontaciones ideológicas, sino batallas para consolidar poder e influencia”, aclara Al Abdullah. HTS y las milicias proturcas, sin embargo, se coordinaron durante la ofensiva que derrocó al régimen de Al Asad.
“Para HTS, las milicias apoyadas por Turquía son una amenaza a su proyecto en el noroeste de Siria. Esos choques solo sirven para mandar un mensaje y demostrar que no aceptarán amenazas de esos grupos. Son actos de dominación en la línea del frente en las que cada grupo posteriormente vuelve a sus zonas de control sin producir cambios en el frente”, explica el experto.
En este sentido, HTS también ha luchado contra grupos islamistas de ideología similar. “Querían acumular poder en el norte de Siria y eliminar cualquier posible amenaza a su poder en el noroeste. En esta línea hemos visto confrontaciones contra Hurras al Din, la rama oficial de Al Qaeda en Siria”, sostiene Al Abdullah.
Otro ejemplo es el de la milicia salafista Jaish al Islam: expulsada por el Gobierno de Al Asad del sur de Siria, se instaló en el norte, donde tuvo muchos choques con HTS. “Jaish al Islam se convirtió en parte del Ejército Nacional Sirio y una pequeña parte de esas confrontaciones son viejas venganzas”, añade el experto.
“Es posible que se mantengan vivas las viejas rivalidades y enemistades. Lo único que podría cambiar esto sería un acuerdo real entre HTS y las milicias apoyadas por Turquía. Y el único actor que puede influir notablemente en esto es Turquía. Pueden hacer que se fusionen y conviertan en un solo actor o alcanzar cualquier tipo de acuerdo”, dice Al Abdullah.
“La visita a Damasco del jefe de la Inteligencia turca puede ser una señal en este sentido. Los intereses de Turquía se resumen ahora en el tema kurdo y no necesariamente seguirá apoyando a sus fuerzas en enfrentamientos contra HTS. Le interesa tener una Siria fuerte para eliminar la amenaza kurda”, añade.
La amenaza de ISIS
En los últimos cuatro años, los únicos enfrentamientos relevantes contra la organización terrorista Estado Islámico se han producido con el régimen de Al Asad y las Fuerzas Democráticas de Siria. El resto de grupos armados no han tenido choques importantes con los yihadistas.
“No había frente de batalla directo entre ISIS y otros insurgentes como HTS. ISIS como actor no controla ninguna área, pero sigue una táctica de guerrilla desde sus posiciones en el desierto, desde donde dirigen la mayoría de sus ataques. También han confiado en el desierto como bases secretas para iniciar sus ataques contra Al Asad”, sostiene Al Abdullah.
EEUU tiene alrededor de 900 soldados desplagados en posiciones de las Fuerzas Democráticas de Siria, la alianza entre ambos se ha basado en la lucha contra ISIS. El comandante general de las FDS ha señalado que sus miembros han tenido que desviar su atención sobre ISIS para defenderse de los ataques de las milicias proturcas y espera que Washington ejerza presión para que acaben los ataques. Las Fuerzas Democráticas de Siria piden ejercer su rol en el proceso de transición y solicitan un Estado descentralizado con autonomía para cada región.