El Tribunal Supremo de Delaware en Estados Unidos ha declarado hoy inconstitucional la ley de pena de muerte que regía en ese estado debido a que se dejaba en manos de los jueces y no del jurado la decisión final sobre la condena.
Este fallo deja el futuro de la pena capital en Delaware en manos de una dividida Asamblea General, que recientemente debatió y estuvo muy cerca de abolir este castigo.
El impulsor de ese intento de abolición, el demócrata Sean Lynn, consideró que el fallo judicial de hoy puede implicar el fin de la pena capital en Delaware. “Nuestro objetivo final era que no se ejecutase ninguna condena a muerte en el futuro, si el fallo del Supremo conduce a eso, es lo que debemos considerar”, afirmó.
Por su parte el gobernador de Delaware, el demócrata Jack Markell, “aplaudió” en un comunicado la decisión judicial y mostró su deseo de que las ejecuciones pasen a ser historia en el estado. “El uso de la pena de muerte es un instrumento judicial deficiente que no nos hace más seguros”, dijo el gobernador.
Delaware, junto a Florida y Alabama, eran los únicos estados de EEUU en los que un juez podía emitir una condena a muerte sin tener en cuenta la recomendación del jurado. La decisión se suma a la tomada por el Tribunal Supremo de Estados Unidos , cuando declaró inconstitucional en enero la ley de Florida por el mismo motivo.
En Florida los legisladores aprobaron una nueva ley que sustituyó a la declarada inconstitucional, pero la fuerte oposición a la pena capital en la Asamblea General de Delaware hace poco probable que suceda lo mismo.
Lo que aún no se ha determinado es el futuro de los 13 presos que cumplen condena en el corredor de la muerte de Delaware, ya que el fallo del Supremo no tiene efectos retroactivos. Si Delaware finalmente no restituye la pena de muerte, se convertirá en el vigésimo de los 50 estados del país en abolir ese castigo.