La coalición progresista griega Syriza ha acordado este fin de semana, tras tres días de debates, la necesidad de combinar en su ideario la tesis izquierdista que le alzó como partido de gobierno, bajo el liderazgo de Alexis Tsipras, y la admisión de un tercer rescate.
En este sentido y según lo establecido, Syriza admite que el “programa de Salónica”, aunque tenía unos “objetivos que eran justos, también eran muy difíciles a alcanzar a causa de una situación financiera extremadamente difícil”. Mientras que “fue sobrestimada la posibilidad de un incremento de los ingresos públicos”. Y defiende el periodo de negociación con los acreedores y el referendo del 5 de julio de 2015. Así como el compromiso, alcanzado una semana después, que condujo al tercer paquete de rescate.
Asimismo, Syriza destaca el riesgo para la supervivencia de la Unión Europea (UE) que representa, en medio de la crisis, la dominación de las “fuerzas neoliberales”, que alimenta el crecimiento de los partidos antieuropeos ultraderechistas. Y por eso subraya la necesidad de una amplia alianza de las fuerzas progresistas europeas para poner fin a las políticas de austeridad y hacer frente al fortalecimiento de la extrema derecha y al nacionalismo.
Además propone una serie de reformas del Estado griego, como una reforma de la Constitución que fortalezca el papel del Parlamento y una reforma de la administración pública “con el objetivo de ponerla al servicio de la sociedad”.
Las tesis del partido perfilan un programa gubernamental que protegerá los derechos sociales, la creación de empleo y la mejora de la sanidad pública y de la educación.
Críticas y malestar frente a Tsipras
Entre todos los participantes era obvio el malestar por la contradicción entre la ideología de izquierdas del partido y el programa de austeridad, con recortes en las pensiones e incrementos de impuestos que ha aplicado el Gobierno en el último año en el marco del tercer rescate.
Una contradicción que ha provocado en los últimos meses una caída de en casi 15 puntos porcentuales la intención de voto en las encuestas, que, por el momento, no parece aprovechar la oposición conservadora de Nueva Democracia.
Aunque los delegados no cuestionaron el acuerdo del 12 de julio de 2015 y el tercer rescate, muchos criticaron atrasos y errores del Gobierno, mientras todos los ministros y demás altos cargos del partido defendieron con fervor las políticas aplicadas.
Tsipras, en su discurso de clausura de los debates, elogió el diálogo fructuoso de los tres días de debates: “Destacamos nuestros errores y confirmamos nuestro compromiso para hacer salir al país de la crisis con la sociedad en pie”. Y añadió que cuando acabe la segunda evaluación del programa de rescate debe iniciar la negociación para el alivio de la deuda y aseguró a los delegados que el Gobierno ya tiene aliados en este tema.
“Nosotros respetamos nuestros compromisos, exigimos lo mismo de los demás y en esto no estamos solos como al principio. Los que no quieren negociar el alivio de la deuda se sienten solos”, recalcó Tsipras.
Cambios en los estatutos del partido
El Congreso reducirá también el número de miembros del comité central de 201 a 151 con el objetivo de mejorar la eficacia de este órgano.
Los delegados confirmaron asimismo que al menos un tercio los miembros del comité central deben ser mujeres y que el máximo de sus miembros que pueden ocupar cargos gubernamentales es el 25 %.
Además decidieron limitar al mínimo los cambios en el estatuto porque el partido ha decidido organizar en el plazo de un año un congreso extraordinario para reformarlos.