Estados Unidos está investigando la divulgación de decenas de documentos clasificados que han circulado en redes sociales y de los que se ha hecho eco la prensa. Esto es lo que se sabe:
¿En qué consiste la filtración?
La filtración afecta a lo que parecen ser documentos clasificados de los servicios de inteligencia estadounidenses –algunos de ellos 'top secret' [altamente secretos]–, algunos de los cuales están relacionados con la guerra de Ucrania. Otros dan pistas de hasta qué punto Estados Unidos ha comprometido la toma de decisiones de Rusia, mientras que otros contienen material derivado del espionaje a aliados.
A diferencia de otras filtraciones recientes –incluido el material publicado por el contratista de la NSA Edward Snowden y la exsoldado del Ejército estadounidense y denunciante Chelsea Manning–, los archivos parecen ser copias impresas de lo que parecen ser materiales informativos y diapositivas.
Imágenes de supuestos documentos clasificados de los servicios de inteligencia estadounidenses empezaron a aparecer en servidores de redes sociales asociados a comunidades de jugadores de videojuegos, incluida una sección de la plataforma de mensajería instantánea Discord que albergaba debates sobre Ucrania. Un usuario aún no identificado empezó a compartir el material transcribiéndolo y, desde hace unos meses, publicando fotografías de los documentos, algunos de ellos encima de una revista de caza.
Los papeles fotografiados tenían pliegues, lo que hace suponer que, dado el estado de los documentos, fueron guardados en un bolsillo y sacados de una localización segura, lo que hace pensar en alguien con cierto grado de acceso.
¿Son auténticos?
La filtración está siendo tratada con seriedad por las agencias de inteligencia estadounidenses, que han iniciado investigaciones al respecto. El Departamento de Defensa estadounidense ha emitido un comunicado en el que afirma que “sigue revisando y analizando la validez de los documentos fotografiados que circulan por las redes sociales y que parecen contener material sensible y altamente clasificado”.
Sin embargo, parte del material que ha aparecido en los canales rusos aparenta haber sido alterado, sobre todo la estimación de las bajas en el conflicto de Ucrania en ambos bandos, que por lo visto fue manipulada para minimizar las pérdidas rusas y amplificar las ucranianas.
Los detalles de otros documentos han sido cuestionados por otros países, incluida una afirmación de que soldados franceses han estado involucrados en operaciones en Ucrania.
Esto podría sugerir varias cosas. En primer lugar, los servicios de inteligencia no son infalibles y podrían reflejar únicamente lo que las agencias estadounidenses creen saber. Los desmentidos de otros países mencionados en el material pueden deberse simplemente a que mienten por vergüenza. Al menos parte del material –como parece creíble– puede haber sido manipulado con fines de desinformación.
Sobre este último punto, Chris Meagher, uno de los principales portavoces del Pentágono, ha pedido cautela a la hora de “divulgar o amplificar cualquiera de estos documentos”, añadiendo que “parece que las diapositivas han sido manipuladas”.
¿Cuáles son las principales lecciones?
Aunque los detalles más llamativos se refieren a la preparación y la capacidad de resistencia militar de Ucrania, por no hablar de la información de febrero sobre la escasez de suministros de armas, incluidos misiles de defensa antiaérea, la filtración refuerza varias cuestiones clave.
La primera es que Estados Unidos espía agresivamente tanto a sus aliados como a sus adversarios. En segundo lugar, el material subraya la eficacia con la que Estados Unidos ha penetrado en la planificación política y militar rusa, hasta el punto de que parece ser capaz de alertar a Ucrania sobre los próximos ataques con misiles y sus objetivos.
Si bien algunos han hecho hincapié el hecho de que EEUU espía a aliados como Israel y Corea del Sur, esto se sabe desde hace mucho tiempo y estaba descrito en detalle en los documentos filtrados por Edward Snowden. Sin embargo, lo más interesante a este respecto es el hecho de que Estados Unidos estuviera espiando al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, lo que sugiere un deseo de Washington de vigilar a Kiev incluso cuando le ha estado suministrando miles de millones de dólares en sistemas de armamento.
Los detalles de las infiltraciones estadounidenses en el Ministerio de Defensa ruso y otros círculos de toma de decisiones también salieron a la luz en el período previo a la guerra de Ucrania, cuando la inteligencia estadounidense estaba extremadamente bien informada de los planes rusos.
Aunque las revelaciones sobre el grado de vigilancia estadounidense de Rusia son llamativas, el país no habrá sido ajeno a ello, aunque los documentos podrían dar pistas sobre la forma exacta en que Estados Unidos tiene a Moscú en el punto de mira.
Los documentos muestran el nivel de penetración de EEUU en el Ministerio de Defensa ruso, el GRU (el servicio de inteligencia militar) y el grupo paramilitar Wagner, en gran medida a través de comunicaciones interceptadas y fuentes de inteligencia humana, que ahora podrían estar en peligro.
¿Cómo afectará a Ucrania?
La mayor parte de la atención se ha centrado en los documentos relativos a Ucrania. Aunque las autoridades ucranianas han intentado restar importancia a su contenido, sugiriendo que podría tratarse de desinformación y señalando que no contienen planes de batalla concretos para su ofensiva de primavera, el material refleja en líneas generales lo que muchos han sospechado: que las bajas ucranianas pueden ser mayores de lo reconocido, y que Kiev ha estado utilizando munición para diferentes sistemas en ocasiones a un ritmo vertiginoso, lo que plantea dudas sobre la duración del combate.
En un documento de finales de febrero se cuestionaba que “la capacidad de Ucrania para proporcionar defensa aérea de medio alcance para proteger [las líneas del frente] se reducirá completamente para el 23 de mayo”. “Se evaluó que UKR [Ucrania] soportaría 2-3 oleadas de ataques más” de misiles y drones rusos.
Es probable que el mayor daño se produzca en los detalles, por ejemplo, en las cadencias de fuego de los sistemas proporcionados por Estados Unidos, como los sistemas de artillería y de cohetes de artillería de alta movilidad guiados con precisión (Himars) que, de ser precisos, serían militarmente útiles para los estrategas rusos.
Los documento, además, detallan el entrenamiento y la asistencia de Estados Unidos y la OTAN, que también serían útiles para Moscú, incluyendo el estado de la defensa aérea, el tamaño de los batallones y la preparación para el combate en un momento clave de la guerra.
¿Qué nos dicen sobre el espionaje estadounidense a sus aliados?
Aunque Washington se sintió muy avergonzado por las revelaciones sobre lo extendido que está el espionaje hacia sus aliados –las revelaciones de Snowden identificaron a 35 países amigos como objetivo, incluida la entonces canciller alemana, Angela Merkel–, el material sugiere que la práctica sigue estando muy generalizada.
Un documento revela cómo Estados Unidos escuchó una conversación entre dos altos cargos de seguridad nacional surcoreanos en la que hablaban de la preocupación por una petición estadounidense de munición para Ucrania que violaría la política de Corea del Sur de no suministrar ayuda letal a países en guerra. Según el documento, uno de ellos sugirió sortear la política de neutralidad vendiendo la munición a Polonia para que la hiciera llegar a Ucrania.
Más intrigante es el material relativo a Israel que contiene la insinuación, obtenida de interceptaciones de comunicaciones, de que la dirección del Mossad, el servicio de espionaje exterior del país, “abogó por que miembros del Mossad y ciudadanos israelíes protestaran [contra] las reformas judiciales propuestas por el nuevo Gobierno israelí, incluyendo varios llamamientos explícitos a la acción que criticaban al Gobierno israelí”. Israel ha negado las afirmaciones, remarcando que el Mossad está obligado a ser políticamente neutral.
¿Y China?
No es de extrañar que también se analice la posición de China en relación con la guerra en Ucrania, sobre todo tras la reunión entre Vladímir Putin y Xi Jinping en Moscú, incluyendo cuáles serían probablemente las líneas rojas de Pekín en relación con el envío de armas a Rusia. Un documento sugiere que un ataque ucraniano contra Rusia con armas de la OTAN podría arrastrar a Pekín al conflicto.
¿Hasta qué punto será perjudicial la filtración?
Quizá menos de lo que suponemos. Los analistas señalan que este tipo de filtraciones pueden ser un arma de doble filo. Aunque Rusia intentará sin duda utilizarla para sembrar la discordia, el mero nivel al que EEUU ha penetrado en los círculos rusos de toma de decisiones subraya –una vez más– los fallos de la planificación e inteligencia militar rusa, en este caso su eficacia en contrainteligencia.
Aunque a los aliados no les guste que les recuerden que EEUU les espía de forma rutinaria, la cosa se calmará. Y desde el punto de vista de Ucrania, la filtración puede fomentar un reabastecimiento de armas clave mejor y más rápido.