El izquierdista que está a punto de convertirse contra todas las expectativas en nuevo primer ministro de Kosovo cree que la decisión de suspender temporalmente la adhesión a la UE de nuevos miembros de los Balcanes tomada recientemente por Bruselas es condenable. Dice que es una prueba más de que los líderes occidentales han olvidado las lecciones que dejaron las dos guerras mundiales y que su actitud ante el fascismo y el populismo denota un cierto retroceso político.
Albin Kurti cree también que la decisión tomada perjudica las posibilidades de que Kosovo y Serbia alcancen un acuerdo. Serbia se ha negado a reconocer la independencia de Kosovo, lograda tras la guerra que terminó en 1999 [España tampoco reconoce a Kosovo como Estado]. En ausencia de incentivos para acercarse a la Unión Europea, se esfuma de nuevo la expectativa de que eso suceda.
Francia generó alarma en los gobiernos de la región con su anuncio, durante la última cumbre europea, del bloqueo a que Macedonia del Norte y Albania comiencen a negociar su adhesión a la Unión Europa, un movimiento que termina también con las posibilidades de que Serbia lo logre en un futuro próximo. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha insistido en que Europa necesita centrarse en sus reformas internas antes de plantear el ingreso de nuevos miembros.
Kurti señala a The Guardian que “la Unión Europea se creó en respuesta al fascismo, pero ahora huye asustada ante populistas y fascistas”.
En lo que supone una fuerte crítica a las posiciones de Macron, agrega que “no se puede afirmar que primero se necesitan reformas internas en la Unión y que la ampliación vendrá después”. “Tienen que ir de la mano. Europa es un proyecto histórico de tamaña importancia que nadie puede reclamar autorías, direcciones o liderazgos. Desde que [el presidente saliente de la Comisión Europea] Jean-Claude Juncker afirmó que no habría nuevas adhesiones en los próximos cinco años, la situación en los Balcanes empeoró de manera evidente”, añade.
El primer ministro kosovar considera que “la Unión Europea es importante para los Balcanes, pero los Balcanes son muy importantes para la UE”. “Berlín y París deberían saberlo y es triste para todos que lo olviden. En un par de décadas los historiadores escribirán que no hubo dos guerras mundiales, sino una guerra mundial con dos episodios, donde todo comenzó en Sarajevo”, sostiene.
El movimiento nacionalista de izquierdas albanés liderado por Kurti, Vetëvendosje (Autodeterminación) se ha convertido en el partido más votado del país tras las elecciones anticipadas celebradas en septiembre.
Encarcelado durante 18 meses por la policía serbia durante el momento más intenso de los enfrentamientos con Kosovo en 1999, Kurti, de 44 años, está a punto de asumir el poder con un programa que promete terminar con el neoliberalismo aplicado en el país a lo largo de las dos últimas décadas.
Kurti negocia con el partido LDK, de centroderecha, segundo en las elecciones, para llegar a un acuerdo que le permita gobernar. Ha prometido que un 30% de los cargos serán ejercidos por mujeres y cree que el entendimiento no tardará más de un mes en materializarse. Sus prioridades son el empleo y la justicia. El acuerdo con Serbia no le urge.
Tras años de procesos judiciales fallidos contra la corrupción, ha prometido terminar con lo que denomina “la captura judicial” por parte del Estado. Dice que está interesado en aprobar normas que obliguen a demostrar el origen del dinero que se posee al estilo de las ya existentes en el Reino Unido y un sistema de verificación dirigido por un fiscal general con amplios poderes. “Tenemos que formar nuestro propio Elliot Ness y tiene que convertirse en la persona más famosa del país”, dijo. “Tenemos casi 200 fiscales, pero a unos les falta formación, a otros valor y a algunos no tienen ni formación ni valor. Tienen que librarse del Estado”.
En un contexto de deuda y migración crecientes, Kurti también afirma estar decidido a terminar con la carencia de habilidades laborales que afecta al mercado laboral, para lo que debe reforzar la educación técnica. Pretende también reducir la dependencia de la industria local de astronómicas tasas de interés decididas por bancos en manos extranjeras. “Tenemos que conseguir que el país sea habitable y convencer a cada vez más ciudadanos para que se queden”. Pero Kurti va a recibir presión internacional para llegar a un acuerdo con Serbia. Estados Unidos acaba de nombrar un enviado especial para que ambos países retomen el diálogo.
Autodeterminación y conflicto con Serbia
Kurti advierte que las tarifas aduaneras a la importación que su predecesor impuso a Serbia, algunas hasta del 100%, sólo desaparecerán si se conceden medidas equivalentes al comercio de Kosovo con Serbia. Afirma que Belgrado también debe detener su campaña internacional de presión para que países que ya han reconocido a Kosovo cambien de opinión. “Si quieren dialogar, tienen que ser explícitos a la hora de terminar con las calumnias sobre nuestro derecho a tener un Estado propio”, explicó.
Serbia se ha opuesto, por ejemplo, a que Kosovo forme parte de Interpol, de la Unesco y del Consejo de Europa. “Serbia debería afrontar su propio pasado en lugar de mirar a Kosovo y Albania a través de prismáticos militares. Serbia necesita realizar un esfuerzo de introspección”, sostiene.
Kurti explica que su programa, de tres etapas, comenzará con un diálogo de abajo hacia arriba con los serbios que viven en Kosovo sobre aquellos más prácticos de la cooperación más alcance, por ejemplo en materia agrícola. Le seguirá una revisión del impacto en la vida diaria de los 33 acuerdos firmados con Serbia desde 2010 bajo el auspicio de la Unión Europea y terminará en un encuentro con Josep Borrell, próximo responsable de la política exterior de la Unión Europea. “No podemos permitirnos un nuevo fracaso en el diálogo. Debe basarse en principios firmes”, sentencia Kurti. Borrell ha prometido que su primer viaje fuera de la Unión será a Kosovo.
Kurti se opone frontalmente a cualquier intercambio de tierras con Serbia, una idea propuesta este mismo año por el presidente serbio, Aleksandar Vucic y compartida por Hashim Thaci, Presidente de Kosovo. “Se dibuje la frontera que se dibuje, habrá serbios o albaneses del otro lado, y pretenden que puede hacerse de manera pacífica”. Los serbios temen que la agenda real de Kurti pase por buscar algún tipo de confederación con Albania que margine a la minoría serbia del norte de Kosovo.
Serbia ya ha condenado y calificado como provocadora la decisión de Kurti de reunirse con diplomáticos de terceros países en la sede de su partido y ante una bandera de Albania. Ha expresado en el pasado que la bandera de Kosovo es una bandera impuesta que no contiene elementos rojos y negros ni un águila “como si declarásemos nuestra independencia de Albania y no de Serbia”, ironiza.
Pero se ha comprometido a, como primer ministro, mantener y respetar la bandera oficial de Kosovo. “Tengo tareas más importantes por delante en este momento que la de redecorar la oficina”.