Las predicciones electorales pronosticaban los resultados de la noche de primarias en el Empire State, con cómodas ventajas para su hijo Donald Trump y su hija adoptiva Hillary Clinton. Pero los márgenes de sus victorias brindan tal impulso en ambas carreras y en la asignación de delegados que incluso los miembros más esperanzados de sus campañas no pudieron anticiparlo.
El mes pasado no fue fácil para ninguno de los dos. Tanto Trump como Clinton vieron cómo su condición de candidato favorito era amenazada por una cadena de victorias electorales y guerras de desgaste entre delegados desatadas por sus oponentes. Pero con las dos victorias trascendentales en Nueva York, Trump y Clinton parecen haber tomado el timón de sus barcos y navegan hacia el nombramiento de sus respectivos partidos.
La victoria de Trump fue anunciada por la agencia AP momentos antes de que se cerrasen las urnas, pero en ese momento no se podía saber lo inmenso que iba a ser dicho triunfo. Trump lleva camino de ganar en todos menos en uno de los 27 condados de Nueva York y probablemente conseguirá la mayoría de los 95 delegados republicanos que están en juego. Esto le ha valido para confirmar que es el único candidato con posibilidades reales de conseguir los 1.237 delegados que necesita para su nombramiento. Con cerca del 95% del voto contabilizado, Trump se coloca líder con un 60,1% del voto, John Kasich se sitúa en segundo lugar con un 25,2% y Ted Cruz –cuyo famoso comentario despectivo sobre los “valores de Nueva York” parece que le han lastrado– queda descolgado con solo el 14,7%.
Clinton hizo aparición en un mitin en Manhattan que celebraba su victoria. “Esta noche, la carrera por el nombramiento demócrata está en la recta final y la victoria está a la vista”. Clinton no llegó a sugerir a su oponente, Brenie Sanders, que abandonara pero añadió: “Sigo adelante porque todavía hay voces que no se han oído. Creo que hay muchas más cosas que nos unen que las que nos dividen”, concluyó. Con más del 95% de los votos escrutados, Clinton supera a Sanders con un 57,6% de los votos frente a un 42,4%. Con cerca de 1.700.000 de votos contabilizados, Clinton saca al senador de Vermont unas 250.000 papeletas.
Los 'outsiders' reivindican su condición
“El político que esta noche gana en casa”. Así despidió la noche electoral Ted Cruz, que trató de comparar su situación a la de Bernie Sanders. “Soy un extraño, Bernie Sanders es un extraño”, dijo. “Ambos con el mismo diagnóstico pero con caminos muy distintos hacia la curación. Millones de americanos han elegido a uno de estos extraños. Ronald Reagan y Jack Kenedy fueron extraños”.
Kasich, el único republicano que quedaba en la pugna, estaba tratando de añadir algún delegado a su pequeña suma y mantener su candidatura para llegar como alternativa viable a la convención. John Weaver, estratega principal del gobernador de Ohio, se mostraba convencido por la mañana de que su campaña podría obtener algún delegado en Nueva York. También apuntó que el colapso de Cruz en Nueva York le auguraba una noche difícil la próxima semana. “Lo que le está pasando a Cruz en Nueva York se corresponde con lo que veremos en los otros estados el 26 de abril... Camina por un carril muy estrecho”.
Sanders sustituyó el tradicional discurso por un tuit: “Gracias a todos los que habéis venido esta noche a Nueva Yok. Por delante tenemos otros cinco Estados que votan la semana que viene”.
Traducido por Cristina Armunia Berges