Un kamikaze perteneciente al ISIS fue el responsable de la explosión que mató este martes a 10 personas –la mayoría de ellas alemanas– cerca de los principales lugares turísticos de Estambul, según las autoridades turcas. “Hemos determinado que el autor del atentado era extranjero y miembro de Daesh”, ha anunciado el primer ministro del país, Ahmet DavutoÄlu. “Turquía no va a dar ni un paso atrás en su lucha contra Daesh. Daremos con esta organización terrorista, con los asaltantes y con todos sus contactos y recibirán el castigo que merecen”, ha manifestado.
Nueve de las víctimas eran alemanas, según informaron a the Guardian fuentes del Gobierno turco, mientras que el Ministerio de Exteriores de Perú indicó que un hombre de esa nacionalidad también murió y que una mujer peruana está entre las 15 personas heridas. Antes de eso, las autoridades turcas informaron de que el terrorista era de origen sirio y nació en 1988. También explicaron que está en marcha una investigación para determinar su origen, aunque DavutoÄlu solo dijo que era extranjero. El atentado ocurrió en una plaza en el distrito de Sultanahmet, una zona habitualmente llena de turistas muy cerca de la mezquita de Santa Sofía y de la Mezquita Azul. En las primeras horas no hubo ninguna reivindicación del atentado.
Este fue el último de una avalancha de ataques que ha sufrido Turquía en los últimos meses, mientras las autoridades tratan de contener los daños procedentes de la guerra civil de la vecina Siria y una creciente insurgencia de las guerrillas separatistas kurdas. El verano pasado, el ISIS atacó a un grupo de activistas kurdos en la ciudad de Suruc en un atentado suicida en el que murieron 33 personas. En octubre, la capital, Ankara, sufrió el peor atentado terrorista en suelo turco: 102 personas que estaban en una concentración pacífica murieron en un ataque suicida.
“Condeno el ataque terrorista de Estambul, provocado, según se ha valorado, por un kamikaze de origen sirio”, manifestó el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en un discurso en la televisión. “Por desgracia tenemos 10 muertos, incluidos extranjeros y ciudadanos turcos, y también hay 15 heridos”, agregó. La Policía acordonó la zona y el Gobierno prohibió que se retransmitieran imágenes.
Ramadan, que tiene una joyería cerca del lugar del atentado, cuenta: “Estábamos sentados dentro del local cuando oímos una gran explosión que rompió las ventanas. Cuando salimos afuera, la Policía ya estaba acordonando el lugar”. “Es terrible. La situación ya era mala, pero esto solo empeorará las cosas para el turismo. No he perdido a ningún amigo, pero todas las personas de Estambul son nuestros amigos y es muy triste ver que ocurre algo como esto”, añade. Una mujer que trabaja en una tienda de antigüedades cercana relata a Reuters: “La explosión fue muy fuerte. Temblamos mucho. Corrimos y vimos trozos de cuerpos humanos”.
En un discurso típicamente desafiante, Erdogan cargó contra varios académicos y escritores extranjeros, entre ellos Noam Chomsky, por criticar a su gobierno. “Elige un lado: o estás con el Gobierno turco o estás con los terroristas”, dijo.
Las señas de identidad del ISIS
El analista de seguridad Metin Gürcan considera que los indicios apuntan a la autoría del ISIS: “La elección del lugar, las nacionalidades atacadas, la forma en la que se ejecutó el atentado y los esfuerzos inmediatos del Gobierno para frenar la difusión de cualquier información señalan al ISIS como principal sospechoso”. Cree que este atentado provocará que la comunidad internacional presione más a Turquía para que aumente sus esfuerzos en la lucha contra el ISIS y les dé prioridad por encima de su enfrentamiento con el ilegal Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
“Uno de los retos para Turquía en los próximos días es cómo organizar sus recursos de inteligencia y seguridad para luchar de manera más eficiente contra ataques terroristas inspirados por el ISIS”, reflexiona Gürcan. El analista critica a los servicios de inteligencia turcos por no haber logrado desmantelar las redes del ISIS que se cree que están detrás de los atentados suicidas que se produjeron en Suruç y Ankara el año pasado, a pesar de que el Gobierno conoce su existencia.
También apunta que es crucial catalogar más claramente como terroristas en términos legales a las franquicias del ISIS, ya que, en su opinión, Turquía necesita urgentemente desarrollar un programa de desradicalización para luchar contra las redes salafistas y la violencia de inspiración salafista. “Es necesario que la definición esté muy clara y que las fuerzas de seguridad puedan lanzar operaciones más serias contra esas células. Hay que mejorar drásticamente la búsqueda y persecución de células durmientes”, añade.
Turquía comparte frontera con Siria y acoge a más de dos millones de refugiados de ese país, pero hasta hace poco también era lugar de paso para los terroristas del ISIS que viajaban para luchar en el conflicto. En las últimas semanas, las autoridades turcas han detenido a varios sospechosos de ser miembros del ISIS que, según las autoridades, estaban planeando atentados en Estambul.
La escisión kurda de los Halcones de la Libertad del Kurdistán reivindicó la autoría del atentado contra el segundo aeropuerto internacional de Estambul que el pasado 23 de diciembre mató a un trabajador de limpieza y dañó varios aviones. El Partido-Frente Revolucionario Liberación del Pueblo, una formación clandestina de izquierdas, también ha perpetrado una serie de atentados –la mayoría de pequeña escala– en los últimos meses.
Traducción de: Jaime Sevilla