El primer ministro de Israel le ha ofrecido el puesto de ministro de Defensa al político ultranacionalista Avigdor Lieberman, una de las figuras más abiertamente extremistas y divisionistas del país.
Lieberman, un antiguo portero de discoteca procedente de Moldavia, con poca experiencia militar, ha promovido políticas que incluyen el bombardeo de la presa egipcia de Asuán, el derrocamiento de la Autoridad Palestina, la introducción de la pena de muerte por terrorismo así como el traslado de árabes israelíes a territorio palestino.
El primer ministro, Benjamin Netanyahu, está intentando alargar su frágil coalición, la cual tiene una mayoría de un voto. Inicialmente ofreció el acuerdo a la centrista Unión Sionista, encabezada por Isaac Herzog, y después dio marcha atrás y ofreció el cargo a Lieberman y a su partido de extrema derecha Israel Beitenu.
Algunos informes isralíes sugieren que Tony Blair ha estado entre las figuras que han tratado de interceder en el acuerdo para incluir a Herzog en la coalición. Por su parte, Herzog dijo que Netanyahu se enfrentaba a “una histórica elección”: o “embarcarse en un viaje de guerras y funerales” con Lieberman o elegir el camino de “la esperanza para todos los israelíes”.
Con las negociaciones de paz profundamente paralizadas entre Israel y Palestina, la inclusión de Lieberman en el Gobierno podría acabar con cualquier esperanza de reabrir el diálogo todavía más. Netanyahu ya está enfrentándose a las críticas de sus aliados más cercanos –Estados Unidos y los países clave europeos– por no hacer más por reavivar las conversaciones.
El nombramiento es todavía más extraño si se tiene en cuenta que solo hace un mes Netanyahu describió a Lieberman como a un perezoso principiante y “pequeño charlatán” que no estaba preparado para ser un analista militar.
Sorpresa y tensión
Cuando aparecieron las primeras noticias sobre el acuerdo con Lieberman, los políticos israelíes de todo el espectro ideológico expresaron su sorpresa. No obstante, el movimiento fue recibido con los brazos abiertos por las figuras religiosas del país, que celebraron la perspectiva de un gobierno más conservador.
La oferta del Ministerio de Defensa a Lieberman se ha producido después de recientes tensiones entre Netanyahu y otros dirigentes conservadores y el cuerpo militar israelí, en las que estaba involucrado el ministro de Defensa, Moshe Ya'alon, que estaba del lado de los oficiales militares superiores. No está claro qué papel tendría Ya'alon si nombrasen a Lieberman ministro de Defensa.
Aunque no trató directamente ese asunto, Ya'alon lanzó unos comentarios mordaces sobre la dirección que está tomando Israel bajo el mandato de Netanyahu. En declaraciones en una conferencia juvenil en Tel Aviv, manifestó su sorpresa por la “pérdida de orientación moral en cuestiones básicas” de la sociedad israelí, y añadió: “Tenemos que dirigir el país de acuerdo con nuestras conciencias, y no según sople el viento”.
Ya'alon y Netanyahu se han enfrentado en los últimos días por el papel del Ejército en el debate público. Un general de alto rango enfureció este mes a Netanyahu al comparar el ambiente de Israel con la Alemania nazi, mientras que Ya'alon respaldó el derecho del general a expresas sus opiniones.
En marzo, varios líderes militares criticaron a un soldado al que pillaron en un vídeo disparando de muerte en la cabeza a un agresor palestino herido. El soldado está siendo ahora juzgado por homicidio. Aunque Ya'alon ha apoyado a las fuerzas armadas, los extremistas, incluido Lieberman, han apoyado al militar. Netanyahu, por su parte, ha llamado a la familia del soldado para expresar su solidaridad.
Al frente de los ataques contra la designación de Lieberman estaba este jueves por la mañana Benny Begin, diputado del partido de Netanyahu e hijo del exprimer ministro de derechas Menachim Begin. En declaraciones a la radio israelí, ha tachado la medida de “irresponsable”, después de haberla descrito como “delirante”.
El movimiento de Netanyahu ha sorprendido a muchos comentaristas políticos, porque el primer ministro meterá en su gobierno a un duro rival político que rompió con él tras la guerra de Gaza de 2014 –cuando Lieberman era ministro de Exteriores– y porque incumplirá la tradición de poner en ese puesto a un exalto cargo militar.
Cuestionada idoneidad
La elección también ha generado críticas en los titulares de los principales medios israelíes. El periódico de izquierdas Haaretz's dice en su editorial que “es difícil imaginar al primer ministro, Benjamin Netanyahu, tomando una decisión más insensata e irresponsable que nombrar a Avigdor Lieberman ministro de Defensa”. “Por segunda vez desde las últimas elecciones, Netanyahu ha tenido que elegir entre la Unión Sionista y la extrema derecha, y una vez más ha elegido girar a la derecha y formar una coalición ideológica y racista que aspira a consolidar la ocupación, ampliar los asentamientos en los territorios, oprimir a la minoría árabe y socavar la democracia israelí”.
En Yedioth Ahronoth, Nahum Barnea se muestra igual de duro: “En lugar de presentar al mundo, de cara a los grandes retos diplomáticos que nos esperan en otoño, un gobierno más moderado, Netanyahu está presentando al mundo el ejecutivo más extremista que ha habido nunca en este país. Eso es lo que dicen sobre él los propios miembros del gobierno, no solo sus adversarios”.
Una encuesta instantánea publicada por el medio digital Walla señala que muchos israelíes tienen las mismas dudas sobre la idoneidad de Lieberman. El 50% opina que Yaalon debería seguir como ministro de Defensa, y solo el 29% considera que Lieberman es un sustituto adecuado.
Lieberman, de 57 años, adquirió protagonismo como arquitecto de la exitosa campaña de Netanyahu para llegar a primer ministro en 1996, y luego se convirtió en su jefe de gabinete. Es un poderoso fontanero político que vive en un asentamiento en Cisjordania.
En el pasado, Lieberman planteó propuestas legislativas que sus críticos consideraban discriminatorias para la minoría árabe israelí, incluido un intento fallido de obligar a los israelíes a firmar un juramento de lealtad o retirarles la nacionalidad. Ha expresado su escepticismo sobre la búsqueda de la paz con los palestinos, y ahora está defendiendo una propuesta para imponer la pena de muerte a los árabes condenados por terrorismo.
Las duras posturas de Lieberman siempre han alimentado polémicas. Como ministro en la década pasada, pidió el bombardeo de las gasolineras, bancos y centros comerciales de Palestina. Dijo que el expresidente egipcio Hosni Mubarak podía “ir al infierno”. También lideró una iniciativa parlamentaria reciente para prohibir a los partidos árabes presentarse a las elecciones, una medida que el Tribunal Supremo israelí anuló.
Traducción de Cristina Armunia Berges y Jaime Sevilla Lorenzo