Barack Obama hará un llamamiento moderado pero claro esta semana para que Reino Unido permanezca en la Unión Europea. Utilizará su estatus de firme aliado de Gran Bretaña para defender que la prosperidad y el poder del país mermarán irremediablemente fuera de la Unión.
El presidente hará su llamamiento, que se considera decisivo para la campaña contraria al Brexit, en un artículo publicado en un periódico y en una rueda de prensa en Downing Street este viernes por la tarde.
La importancia de Reino Unido como una figura clave para el club de la Unión Europea será subrayada simbólicamente el próximo lunes cuando Obama se reúna con David Cameron, Angela Merkel, Matteo Renzi y François Hollande en Hannover. Durante el encuentro se debatirá sobre Siria, Libia y la crisis migratoria. El mensaje implícito es que un Reino Unido fuera de la UE no habría sido invitado a un cónclave de nivel transatlántico.
Durante la muy esperada intervención de Obama se confía en que no solo exponga los aspectos más positivos de la influencia de Gran Bretaña en Europa, sino también que explique que es una fantasía plantearse que Estados Unidos pueda firmar acuerdos comerciales con Reino Unido si está fuera de la Unión.
El apoyo de Obama –durante una visita de cuatro días– llega al final de la semana más difícil para la campaña favorable al Brexit, en la que han intervenido personajes prestigiosos y el Ministerio de Hacienda ha informado sobre los costes del Brexit. Además, ha tenido lugar la controvertida aparición del director de la campaña Vote Leave Dominic Cummings en la comisión parlamentaria de Hacienda.
Hay una creciente confianza en Downing Street de que la corriente intelectual ha cambiado, aunque todavía no las encuestas. Una fuente de Downing Street que trabaja en el corazón de la campaña dijo: “Estamos arrollándoles con argumentos y estamos arrollándoles en la campaña. Cada vez está mas claro que la campaña del Brexit no tiene recursos suficientes, y es simplemente incapaz de aportar un argumento sobre lo que supondría la salida”.
“Tenemos a Obama de nuestro lado y a quien tienen ellos es a Marine Le Pen”, comparó. La misma fuente de Downing Street dijo que el apoyo de Obama a la permanencia en la UE sería como el que puede dar un amigo.
La muy preparada intervención de Obama –que está acompañado por su mujer Michelle e incluso visitará a la reina por su cumpleaños– llega como parte de una corta y gris reunión bilateral en la cual las dos partes evitarán mostrarse como camaradas. Parte de las conversaciones se centrarán en el retroceso de la paz siria en Ginebra y en la reticencia del nuevo Gobierno libio a permitir que las tropas occidentales entren al país para prevenir la consolidación del Estado Islámico en Sirte, al norte del país. También se espera discutir la organización del ataque a Mosul, un baluarte de ISIS en Irak, asalto que podría tener lugar al comienzo de la posible presidencia de Hillary Clinton. Downing Street, como Obama, trabaja con la hipótesis de que Clinton ganará en noviembre.
Como es costumbre, los dos líderes también debatirán la manera en que Europa y EEUU pueden mejorar la relación de sus servicios de inteligencia sobre los movimientos de los yihadistas. La percepción es que Estados Unidos siempre ha sido reacia a compartir este tipo de informaciones con los organismos de la Unión Europea.
La reunión bilateral será el primer gran encuentro entre Cameron y Obama desde que el presidente norteamericano, en una sincera entrevista en la revista the Atlantic, aseguró que Cameron se había distraído de la crisis libia que siguió a la caída de Muamar Gadafi en 2011. Los comentarios de Obama fueron recibidos como una gran ofensa en del nº 10 de Downing Street y, desde entonces, figuras clave de la Casa Blanca, como el consejero adjunto de Seguridad Nacional Ben Rhodes, ha subrayado que fue el equipo de Obama el que falló al no ver “las trampas” en la intervención en Libia.
Será una intervención muy mediática
Pero el interés de los medios se centrará en el tono del discurso de Obama sobre el Brexit, e interesará especialmente el artículo que publique en the Daily Telegraph, elegido por ser el periódico de calidad más euroescéptico. Obama argumentará que la Unión Europea es una de las piedras angulares construidas después de la Segunda Guerra Mundial, que ha hecho que el mundo sea más seguro y próspero. También defenderá que Reino Unido verá disminuida su influencia en el mundo si deja la Unión.
No es habitual en Obama hacer amenazas, pero autoridades estadounidenses hicieron hincapié en 2015 a través de su representante comercial Michael Froman que Estados Unidos “no es particularmente favorable a acuerdos de libre comercio con países individuales”. “Creo que está absolutamente claro que Gran Bretaña tiene una mejor posición sobre la mesa siendo parte de la Unión Europea, que forma parte de una entidad económica mayor”, ha asegurado Froman.
Es la opinión también del excomisario de comercio de la Unión Europea Lord Mandelson, un convencido europeísta. Para él, la razón de que la intervención de Obama perjudique tanto a la campaña del Brexit es porque (los euroescépticos) “pretenden quedarse en mitad del Atlántico liberados de Europa y más cerca de EEUU. Pero la realidad es que están ofreciendo una ridícula fantasía de libre comercio que se extendería desde Albania hasta Bosnia. El centro de la campaña tiene que ver con la prosperidad y economía y, cuando más sea así, más pierde la campaña del Brexit”.
“Obama es el hombre perfecto para aquellos que no tienen clara su opinión o no están muy interesados con todo el proceso”, explica Froman. “Él puede captar su atención. Con un poco de suerte Boris Johnson se volverá loco de nuevo y dirá que todo esto es parte de una conspiración de la CIA”.
Pero Obama necesitará ser cauto sobre los beneficios del TTIP, un acuerdo duramente criticado por la izquierda británica, también por Jeremy Corbyn, el líder laborista.
Las encuestas muestran que Obama mantiene su carisma en Europa, pero esto no ha impedido que la derecha conservadora –irónica y habitualmente la más apasionada seguidora del acuerdo transatlántico– está haciendo todo lo que puede por deslegitimar la imperial intervención de Obama de antemano.
Preocupación, seguridad o estrategia económica
En una encuesta de YouGov encargada por CapX y muy citada por euroescépticos como Tim Montgomerie, solo el 4% dice que creen que Obama se opone al Brexit porque se preocupa por Gran Bretaña. Algo más del 50% cree que Obama se opone al Brexit por una razón práctica, razón que le interesa principalmente porque es más fácil hacer tratos con un solo bloque. Otro 24% cree que Obama piensa que la pertenencia de Reino Unido a la UE es lo correcto para la seguridad global y el 14% ve en su defensa un favor personal para David Cameron.
Este cinismo quizá refleje la falta de interés que Obama tiene en Europa y Oriente Medio. Rhodes, en una entrevista reciente, admitió: “Lo que ha hecho es negarse a permitir que su presidencia sea arrastrada a las arenas movedizas de Oriente Medio. Ha encontrado la manera de que Oriente Medio no sea la suma total de la política exterior americana”.
Pero significativamente Rhodes enumeró el giro hacia Asia, al cambio climático y a la normalización con Irán y Cuba como sus grandes logros en el extranjero. No habló de sus relaciones con Europa.
Traducido por Cristina Armunia Berges