El director de casting sostenía con una mano el teléfono móvil mientras hablaba. La otra descansaba sobre el muslo de Reena Saini, según la denuncia presentada en comisaría.
“Estaba haciendo castings para series de televisión”, afirma Saini, de 26 años: “Un día me llamó para una prueba. Cuando llegué me dijo que hablaríamos en su coche porque tenía prisa”.
El coche se quedó atrapado en un atasco en Mumbai. El sobrino del director, Sohan Thakur, estaba sentado en uno de los asientos traseros. Saini afirma que el director de casting la empezó a manosear. “Sentí mucha vergüenza”, indica la aspirante a actriz: “No sabía si lo hacía a propósito o sin querer. Estaba aturdida y asustada”.
Consiguió escabullirse y salir del vehículo. La joven afirma que poco después Thakur la llamó con la advertencia de que no le dijera a nadie lo que había pasado. “Me dijo que si contaba lo sucedido se encargaría de hacerme la vida imposible”, recuerda. “Nadie pensará que eres una chica decente”.
Thakur niega estas acusaciones y en una elaborada respuesta en Facebook afirma que las cámaras de vigilancia demuestran que él dice la verdad y que la demandará por calumnias.
Swara Bhasker es una actriz que ya se ha hecho un hueco en la industria cinematográfica de Mumbai y ha ganado premios. Sin embargo, afirma que en sus inicios un director empezó a mandarle de forma compulsiva mensajes de texto en un rodaje.
Pronto empezó a pedirle encuentros a solas. “Empezó con la excusa de que necesitaba enamorarse del personaje que yo interpretaba”, explica: “Siempre me llamaba con la excusa de que quería hablar sobre una escena de sexo, y yo me presentaba al encuentro y él siempre bebía”.
Una noche, el director llamó borracho a su puerta y le pidió que lo abrazara. Para soportar la situación y continuar en el proyecto, Bhasker pidió a otro miembro del equipo de rodaje que la acompañara a todos sitios.
“Ahora entiendo por qué en los viejos tiempos las actrices se llevaban a sus madres a los rodajes”, exclama.
Muchas mujeres que trabajan en la industria cinematográfica de India han compartido historias de agresiones sexuales y acoso sexual con the Guardian. Todas las entrevistadas indican que en India hace mucho tiempo que es necesario tirar de la manta como han hecho Estados Unidos, el Reino Unido y otros países, que han protagonizado un desenmascaramiento masivo de abusadores sexuales que trabajaban en los medios de comunicación y en la industria del entretenimiento.
Sin embargo, no creen que el principal productor mundial de películas sea sometido a una vigilancia similar en un futuro cercano. Ninguna pudo nombrar a un agresor de la talla del productor de Hollywood Harvey Weisntein, a quien varias mujeres acusan de violación, acusaciones que él niega.
Lo que sí es endémico en Bollywood, afirman, es que los actores que aspiran a determinados papeles o que quieren ser famosos, en general las actrices pero también algunos hombres, se sientan presionados a hacer favores sexuales.
“El diván del casting es un secreto a voces en la industria del cine de la India”, indica Anna MM Vetticad, periodista y escritora.
“Siempre es sutil”, añade Bhasker. “Te insinúan que unas 10.000 chicas aspiran al mismo papel. ¿Qué puedes hacer para que te lo den?”.
Para triunfar, hay que “hacer ciertas cosas”
“Algunas situaciones generan incomodidad y tienes que tomar decisiones ya que te hacen saber que la mujer que quiera triunfar tiene que hacer ciertas cosas”, afirma otra conocida actriz, Tisca Chopra.
Ambas actrices afirman que se negaron a pasar por el “diván del casting” a pesar de que ello les hizo perder contratos. “He perdido algunos papeles”, afirma Blasker. “Sé qué directores no contestarán mis llamadas porque en su día dejé muy claro que no estaba dispuesta a tener este tipo de relación con ellos”.
Vetticad indica que cuando se critica esta mentalidad suele señalarse con el dedo a las mujeres que “han conseguido triunfar gracias a sus méritos en la cama” en vez de “poner el acento en la inmensa presión que sufren las mujeres en una industria que está en manos de los hombres”.
Añade que “los actores, los directores y los productores tienen todo el poder en sus manos para acabar con las carreras de estas mujeres, así que de forma sistemática y agresiva les hacen proposiciones o les hacen saber que hacer favores sexuales te permite avanzar en esta industria”.
“Sin lugar a dudas, tenemos un problema”, reconoce Amit Behl, uno de los responsables de la asociación de artistas de cine y televisión de Mumbai.
Cada año, decenas de miles de jóvenes aspirantes a actor o a actriz llegan a Mumbai con la esperanza de seguir los pasos de estrellas como Deepika Padukone o Aamir Khan.
“En lo relativo a conocer las leyes y sus derechos, estamos hablando de jóvenes que proceden de pequeñas localidades y que tienen grandes sueños, así que el riesgo de sufrir explotación es elevado”, indica Behl.
Al igual que en otros países, en India el acoso sexual es una constante en el trabajo y es un problema todavía más grave en industrias como la del cine, ya que al ser un sector poco regulado y donde impera la confidencialidad, unido al hecho de que sobran candidatos, los que dan trabajo tienen un poder enorme. “Se trata de un sector donde impera la inseguridad y hay muchos abusos por este factor”, concluye.
De hecho, este año un grupo de mujeres del sector decidió actuar después de que llegara a sus oídos una acusación chocante.
En febrero, en el Estado de Kerala, la capital de Mollywood, la industria del cine en el idioma malabar, una conocida actriz fue obligada a entrar en un coche, donde fue víctima de agresiones sexuales durante horas. Más tarde los agresores la dejaron tirada en la carretera.
Los actores se escudan unos a otros
En julio, la policía llevó a cabo una operación espectacular y detuvo a un destacado actor de Mollywood conocido como Dileep, acusado de haber organizado el secuestro y las agresiones. Él se ha declarado inocente.
Padmapriya, una actriz de Mollywood que ha ganado importantes premios, quedó horrorizada por la agresión y también por la reacción de la industria: “Todos los actores conocidos quedaron con él y le aseguraron que todo iba a terminar bien”.
Algunos personajes conocidos de la industria atacaron a la víctima e insinuaron que mentía o que había fingido la agresión para promocionarse. “Esto nos generó una gran frustración”, señala Padmapriya, que como muchos indios se identifica con un solo nombre.
Lo que en un inicio solo fueron una serie de posts en Facebook en apoyo a la actriz dio paso a un movimiento sin precedentes: la creación de una asociación de mujeres de la industria del cine en Kerala que tiene por objetivo luchar contra el machismo y el acoso sexual.
“Nuestra compañera fue nuestra fuente de inspiración pero durante la primera reunión ni siquiera hablamos de su caso, de hecho hablamos de nuestras experiencias personales”, indica Padmapriya: “Unas hablaron de sus experiencias en el diván del casting y otras, como yo, de cómo nos marginaron por ser mujeres”.
“Nos percatamos de que el problema no se limita a lo que le pasó a nuestra compañera sino que es mucho más profundo”, afirma.
En noviembre, la asociación se registró oficialmente. Su objetivo es defender los derechos de las mujeres, pero también proporcionar asesoramiento legal y un mecanismo formal de reparación cuando se produzcan denuncias de acoso o agresión sexual.
En los últimos cinco años, la sociedad india ha tomado conciencia de estos delitos contra las mujeres y los está denunciando, y esto también ha empezado a afectar a la industria del cine. “La gente ha empezado a hablar de estos abusos de forma mucho más abierta, se queja y expresa su enfado en las redes sociales, y denuncia estos hechos ante la policía”, afirma Behl.
En los dos últimos años, su organización ha recibido más de cincuenta quejas formales por acoso sexual, en comparación con las doce recibidas en los tres años anteriores.
En India existen las mismas redes de susurros que hacían circular advertencias sobre Weinstein en Estados Unidos. Bhasker puede nombrar una docena de hombres conocidos en Bollywood y considerados “acosadores en serie”.
Un industria alejada de la lucha social
Cree que es poco probable que sean desenmascarados en un futuro cercano. La industria del cine india huye de la polémica. “No es una industria que destaque por haber defendido grandes causas”, señala Bhasker.
Padmavati es una película sobre una legendaria reina hindú cuyo estreno ha quedado suspendido indefinidamente después de que generara protestas y amenazas de muerte contra los actores. “Los productores no quieren ir a juicio. No pelean. Es una industria que evita los enfrentamientos”.
“¿Por qué, en un contexto como éste, personas que podrían perder millones de rupias se solidarizarían con una chica sin poder? Más bien dirán 'lo siento, cariño. Vete a casa'. No es un contexto que propicie comportamientos solidarios”.
Las actrices que denuncian a sus agresores también tienen que lidiar con una cultura que culpa a las víctimas, y que mira con admiración y reverencia a las estrellas femeninas pero también con recelo.
“Es una industria en la que las actrices se tienen que poner determinados vestidos o hacer escenas íntimas”, señala Padmapriya. “Así que la gente asume que si estás dispuesto a hacer todo esto, ¿qué reparos tienes?”.
Traducido por Emma Reverter