Los carniceros franceses piden ayuda al Gobierno para frenar a los activistas veganos

Los carniceros franceses han pedido protección policial al Gobierno frente a los defensores de los derechos de los animales. Afirman que su seguridad está amenazada y que los veganos tratan de imponer al país su estilo de vida libre de proteínas animales.

En una carta dirigida al ministro del Interior, la Federación de Carniceros Franceses señala que los activistas atacan los comercios con sangre falsa y pintan grafitis en las fachadas. Asegura que el aumento de la cobertura mediática en torno al veganismo está amenazando la seguridad de los carniceros.

La carta asegura que a los 18.000 carniceros de Francia les preocupan las consecuencias de la “excesiva publicidad mediática en torno al estilo de vida vegano”, y que los veganos quieren “imponer su estilo de vida a la inmensa mayoría de la población”. “Confiamos en su labor y en el apoyo de todo el Gobierno para poder frenar lo antes posible la violencia física, verbal y moral”, indica la carta.

En abril, los activistas atacaron siete carnicerías de la región de Hauts-de-France, en el norte del país, y las rociaron con sangre falsa. En el sur de Francia se registraron otros incidentes.

También en el norte del país, un carnicero y un pescadero se encontraron con que alguien había roto los cristales de los escaparates de sus establecimientos, y escrito el eslogan “detener el especismo”.

Los proveedores de carne no son los únicos que se han enfrentado a la ira de los defensores de los derechos de los animales. El año pasado un vendedor de quesos de Lyon denunció que alguien había pintado en la fachada de su tienda las palabras “la leche es violación” y “la leche es asesinato”.

“Condenamos toda clase de violencia”, indica Sébastien Arsac, del grupo pacifista L214, que hace campaña en contra de la explotación animal y que recientemente ha divulgado documentales que han tenido una gran difusión sobre las prácticas en los mataderos franceses.

En declaraciones a los medios de comunicación, ha indicado que las ventas de carne están disminuyendo y que no son los veganos (el 5% de la población) los que amenazan el negocio sino la mitad de la población del país, que se está planteando la posibilidad de reducir el consumo de carne.

Algunas voces han insinuado que los carniceros están utilizando unos cuantos incidentes aislados para hacerse publicidad.

Jean-François Guihard, un carnicero de la Bretaña y presidente de la Federación de Carniceros, señala que no pide que cada una de las carnicerías sea custodiada por un policía pero sí cree que el gobierno debe vigilar a los que llama grupos veganos “extremistas”.

Preguntado por el periódico Le Parisien si está en contra de todos los vegetarianos, Guihard dijo: “Claro que no. Si no quieren comer carne, es su elección. Solo queremos que la gente respete nuestro oficio y a nuestros clientes, que son la mayoría de los franceses. Los vegetarianos son una pequeña minoría”.

Ante la disminución de las ventas de carne, en las últimas semanas los grupos de agricultores han presionado al gobierno centrista de Emmanuel Macron para evitar que se impulsen medidas “anticarne”.

El Parlamento rechazó una propuesta que contemplaba exigir a las escuelas que ofrezcan una comida vegetariana al menos una vez a la semana. Los productores de alimentos de origen animal también han luchado para prohibir el uso de los términos “bistec”, “filete”, “tocino” y “salchicha” para referirse a productos no cárnicos.

Traducido por Emma Reverter