Claves del acuerdo sobre los submarinos de propulsión nuclear entre Australia, Reino Unido y EEUU

Ben Doherty / Daniel Hurst

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En un acuerdo tripartito con Estados Unidos y el Reino Unido, Australia ha dado a conocer un plan para adquirir una flota de hasta ocho submarinos de propulsión nuclear, cuyo coste se estima en 368.000 millones de dólares de aquí a mediados de la década de 2050. Australia gastará 9.000 millones de dólares en los próximos cuatro años.

A partir de este año, personal militar y civil australiano se integrará en las armadas de Estados Unidos y Reino Unido, incluso en las bases industriales de submarinos de ambos países. A partir de 2027, Reino Unido y Estados Unidos tienen previsto que sus submarinos nucleares roten por la base australiana de HMAS Stirling, cerca de Perth, como parte de un esfuerzo por intensificar la formación de los australianos.

La amenaza china

El aumento del poder naval y la firmeza de China, especialmente en el Mar de China Meridional, ha convencido al Gobierno australiano de que necesita submarinos capaces de operar lejos de sus bases, tanto para disuadir como para atacar en caso de crisis. Se prevé que la actual flota de submarinos convencionales de la clase Collins pierda su ventaja a partir de la década de 2030.

Los submarinos de propulsión nuclear tienen una clara ventaja sobre las embarcaciones diésel-eléctricas de la flota australiana, ya que no necesitan salir a la superficie para recargar sus baterías. Los submarinos nucleares pueden salir de puerto y permanecer bajo el agua durante semanas, evitando ser detectados.

Preocupación por la no proliferación nuclear

El plan Aukus es la primera vez que se utiliza una disposición del Tratado de No Proliferación Nuclear de 1968 para transferir material fisible y tecnología nuclear de un Estado poseedor de armas nucleares a un Estado no poseedor.

El apartado 14 permite que el material fisible utilizado para usos militares no explosivos, como la propulsión naval, quede exento de las inspecciones y la vigilancia del Organismo Internacional de Energía Atómica, el organismo de control nuclear de la ONU. Esto pone nerviosos a los expertos en control de armamento porque sienta un precedente que podría ser utilizado por otros para ocultar uranio altamente enriquecido o plutonio –el núcleo de un arma nuclear– de la supervisión internacional.

James Acton, codirector del programa de política nuclear del think tank Carnegie Endowment for International Peace, sostiene que se ha “causado un daño real y concreto” al régimen de no proliferación. “Mi temor nunca fue que Australia hiciera un mal uso de ese combustible, sino que otros países invocaran Aukus como precedente para retirar el combustible nuclear de las salvaguardias”.

El Ganador del Premio Nobel de la Paz 2017, la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares, dijo que la decisión de Australia de comprar y construir submarinos de propulsión nuclear era a la vez un gran riesgo de proliferación y podría ser visto internacionalmente como un precursor de la adquisición de armas nucleares por parte de Australia.

Ican instó a Australia a firmar el tratado de la ONU sobre la prohibición de las armas nucleares: la prohibición que Ican ha defendido y de la que ahora forman parte 68 Estados de todo el mundo. El Gobierno australiano replica que no tiene intención de buscar armas nucleares, y añade: “El combustible nuclear que recibe Australia no puede utilizarse en armas nucleares sin un procesamiento químico posterior, que requiere unas instalaciones que Australia no tiene y no buscará”.

Cuatro fases

Incorporación de personal y visitas a puerto: Personal militar y civil australiano se incorporará a las armadas de los aliados. Los submarinos nucleares estadounidenses aumentarán sus visitas a puertos australianos y los marineros australianos se unirán a las tripulaciones estadounidenses para formarse.

Rotación de submarinos: A partir de 2027, Reino Unido y Estados Unidos tienen previsto rotar un submarino británico de la clase Astute y hasta cuatro submarinos estadounidenses de la clase Virginia en la base australiana HMAS Stirling.

Venta de submarinos estadounidenses de la clase Virginia: A partir de principios de la década de 2030 y pendiente de la aprobación del Congreso, EEUU tiene previsto vender a Australia tres submarinos de la clase Virginia, con la opción potencial de dos más en caso necesario.

SSN-Aukus: Una combinación de diseño submarino británico y tecnología de defensa estadounidense contribuirá al desarrollo del nuevo submarino SSN-Aukus, concebido como el futuro submarino de ataque tanto para el Reino Unido como para Australia. Tanto Australia como el Reino Unido tienen la intención de empezar a construir submarinos SSN-Aukus en sus astilleros nacionales antes de que finalice esta década. El primero de estos podría entrar en servicio en el Reino Unido a finales de la década de 2030, pero la armada australiana recibirá su primer submarino SSN-Aukus construido en Australia a principios de la década de 2040.

Australia iniciará este año las obras de construcción del astillero necesario para construir submarinos de propulsión nuclear en Osborne (Australia Meridional).

Estados Unidos

Joe Biden afirmó que las tres naciones se encontraban en un “punto de inflexión en la historia”. “Al forjar esta nueva asociación, estamos demostrando una vez más cómo las democracias pueden cumplir, no solo con nuestra propia seguridad y prosperidad, sino para el mundo entero”.

El presidente de EEUU subrayó en repetidas ocasiones que los submarinos que formarán parte del acuerdo Aukus serán “de propulsión nuclear, no nucleares”. “Australia es un orgulloso Estado no poseedor de armas nucleares y se ha comprometido a seguir siéndolo. Estos barcos no llevarán armas nucleares de ningún tipo”.

Australia

El primer ministro australiano declaró que el plan Aukus marca “un nuevo capítulo” en la relación entre Australia, Estados Unidos y Reino Unido. “El acuerdo Aukus que confirmamos aquí en San Diego representa la mayor inversión en la capacidad de defensa de Australia de nuestra historia”, declaró Anthony Albanese.

Sin nombrar directamente a China como fuente de preocupación, Albanese dijo que el plan refleja una determinación compartida de garantizar que todos los países puedan “actuar en sus intereses soberanos libres de coerción”.

China

China respondió al anuncio afirmando que el plan de cooperación en materia de submarinos nucleares era “un acto flagrante que constituye un grave riesgo de proliferación nuclear, socava el sistema internacional de no proliferación, alimenta las carreras armamentísticas y perjudica la paz y la estabilidad en la región”.

“La ironía de Aukus es que dos Estados poseedores de armas nucleares que afirman defender el más alto estándar de no proliferación nuclear están transfiriendo toneladas de uranio enriquecido apto para armamento a un Estado no poseedor de armas nucleares, violando claramente el objeto y propósito del TNP [tratado de no proliferación]”, tuiteó la misión de China ante la ONU.

Residuos nucleares

Los reactores nucleares que alimentarán los submarinos SSN-Aukus no se construirán en Australia. Llegarán del Reino Unido o de Estados Unidos en una unidad de potencia soldada y no necesitarán repostar durante su vida útil prevista.

Australia ha declarado que no enriquecerá uranio ni reprocesará el combustible gastado de los submarinos. Pero se ha comprometido a gestionar todos los residuos radiactivos generados por los submarinos dentro de Australia.

“Esto incluye los residuos radiactivos con niveles más bajos de radiactividad generados por las operaciones y el mantenimiento diario de los submarinos”, dice una hoja informativa del Gobierno. “Y residuos radiactivos con niveles más altos de radiactividad, incluido el combustible gastado, que se produce cuando los submarinos son retirados del servicio al final de su vida útil”.

Aún no se ha tomado ninguna decisión sobre la ubicación.

Puestos de trabajo

El Gobierno australiano calcula que el programa de submarinos nucleares necesitará 20.000 puestos de trabajo en los próximos 30 años, dentro de las ADF, la industria nacional de construcción naval y la administración pública. El Gobierno prevé que 8.500 personas trabajarán directamente en la construcción y el mantenimiento de los submarinos en Australia, entre científicos, ingenieros, directores de proyecto, obreros de la construcción, electricistas, instaladores y constructores.

Traducción de Javier Biosca