Cada año, casi 100 millones de personas se ven empujadas a condiciones de extrema pobreza por culpa de las deudas que acumulan por sus gastos sanitarios.
Un informe publicado este miércoles por la Organización Mundial de la Salud y el Banco Mundial halló que las personas más pobres y más vulnerables son las que normalmente se ven obligadas a elegir entre los cuidados sanitarios y otras necesidades domésticas, como por ejemplo comida y educación. Estas personas se ven forzadas a subsistir con poco más de un euro y medio al día.
Los investigadores descubrieron que más de 122 millones de personas de todo el mundo se ven obligadas a vivir con poco más de dos euros y medio al día (el punto que marca “la pobreza moderada”) por culpa de los gastos relativos a cuidados sanitarios. Desde el año 2000, este número se ha incrementado en 1,8 millones cada año.
Un total de 800 millones de personas gasta más del 10% de su presupuesto familiar en gastos sanitarios “en efectivo”, es decir, aquellos que no están cubiertos por ningún seguro. Casi 180 millones de personas gastan un cuarto o más, población que aumenta en una tasa de casi el 5% cada año. Las mujeres son las que se ven más afectadas.
“Solo el 17% de las mujeres de la quinta parte más pobre de los hogares tiene un acceso adecuado a los servicios de salud materna e infantil comparado con el 74% que sí tiene acceso de la quinta parte más rica de los hogares”, explica Timothy Evans, director principal de salud, nutrición y población del Grupo del Banco Mundial.
No es un problema de países pobres
“Esto sigue siendo un problema no solo en las zonas pobres del mundo, sino en países con todo tipo de ingresos. En el Banco Mundial pensamos que esto es moral y económicamente fallido e insostenible”, asegura.
“La cobertura sanitaria universal no es una cuestión que tenga que ver solo con mejorar la salud. La realidad es que mientras millones de personas sigan empobreciéndose por sus gastos sanitarios, no alcanzaremos nuestro objetivo de desarrollo colectivo sostenible para acabar con la pobreza extrema para el año 2030”.
La OMS y el Banco Mundial quieren que todo el mundo, independientemente de sus circunstancias, reciba la atención sanitaria necesaria sin que eso signifique que se corra el riesgo de pasar dificultades económicas.
Aunque la cobertura sanitaria universal es un propósito clave dentro de los objetivos sobre desarrollo sostenible de la ONU, los activistas sostienen que, sin un compromiso sólido por parte de los gobiernos, conseguirlo no es posible.
“Si fuese una de sus prioridades, todos los países tienen a su disposición recursos para lograrlo. Es por eso por lo que queremos ver mayores esfuerzos en cuanto atención primaria de salud porque los que más están sufriendo son las personas más pobres”, apunta desde Oxfam la asesora de políticas sanitarias, Anna Marriott.
Las zonas rurales, las más afectadas
“Se destinan demasiados fondos a hospitales de atención terciaria en zonas urbanas que tienden a beneficiar más a las personas que disfrutan de una mejor posición que a los pobres, y las zonas rurales están descuidadas, haciendo que la gente quede abandonada a su propia suerte”, insiste.
“Lo que necesitamos de verdad es un compromiso absoluto para abordar la desigualdad en salud. Es cuatro veces más probable que consigas un paquete básico de asistencia sanitaria si eres rico”, concluye.
Según el informe, Asia tiene la mayor tasa de personas que se encuentran bajo el umbral de pobreza por culpa de los costes sanitarios “en efectivo”. Se estima que un 72% de aquellos que gastan el 25% de su presupuesto doméstico en cuidados médicos vive en Asia.
África ha presenciado el incremento más rápido de personas que gastan al menos un 10% de su presupuesto en salud.
El problema del acceso asequible a la sanidad no se limita a los países en desarrollo. En Europa, América Latina y zonas de Asia, con altos niveles de acceso a servicios sanitarios, un número cada vez mayor de personas está gastando al menos un 10% de su presupuesto familiar en costes médicos.
Traducido por Cristina Armunia Berges