Ocho presuntos miembros del grupo alemán de extrema derecha Reichsbürger irán a juicio en Múnich acusados de conspirar para derrocar de manera violenta al Gobierno. Es el tercero de los juicios de este proceso que se están celebrando en el país.
Entre los acusados figuran una médica de familia, un conocido chef y una astróloga. Los acusan de formar parte de la directiva del complot. Según la Fiscalía, los tres habrían pasado a integrar el gabinete provisional del nuevo gobierno si el plan de asaltar el edificio del Parlamento y derrocar al gobierno hubiera tenido éxito.
La acusación es por pertenencia a organización terrorista y por preparación de actos de alta traición. Según los fiscales, el grupo planeaba secuestrar al canciller, Olaf Scholz, y mostrarlo por televisión para sumar adeptos a su causa.
Los acusados niegan las acusaciones.
El juicio de Múnich se celebra en medio de importantes medidas de seguridad. En un momento de temor por el auge de la extrema derecha alemana tras su éxito en las elecciones al Parlamento europeo, Alemania ha vivido en los últimos tiempos una oleada de detenciones a personas acusadas de espiar, en incidentes separados, para Rusia y para China.
En el centro del supuesto complot como presunto líder de transición del nuevo gobierno, el pseudoaristócrata y agente inmobiliario Heinrich XIII Prince Reuß está siendo juzgado en Fráncfort junto a otros sospechosos de liderar la trama.
Los abogados niegan que sus defendidos sean terroristas y están tratando de que sean percibidos como creyentes en teorías de la conspiración que entraron en contacto por compartir el rechazo a las restricciones impuestas durante el coronavirus. Los abogados del príncipe Reuß sostienen que su defendido niega haber planeado matar a gente o ejercer actos de violencia.
Macrojuicio
El presunto complot se dio a conocer en diciembre de 2022, tras una investigación encubierta de la policía alemana que terminó con redadas antiterroristas en 11 estados de Alemania y países del extranjero.
El juicio, que se celebra en el tribunal de alta seguridad de Múnich, corresponde a lo que se conoce como el ala esotérica del grupo. Según los fiscales, aunque está previsto que termine en enero, podría llevar años hasta que se complete, al igual que el juicio en Stuttgart al grupo conocido como el ala militar; y que el juicio en Fráncfort a las personas que supuestamente formaban el núcleo de la conspiración.
“Tenemos en torno a 900 expedientes de información, y cada día se añaden más y más páginas”, dijo antes del inicio de sesiones Laurent Lafleur, portavoz del tribunal en Múnich. Lafleur explicó que la investigación seguía adelante en paralelo a los juicios. Cada acusado tiene a dos abogados para representarlo en su defensa.
Como se trata de tres juicios en tres lugares distintos, los jueces, fiscales y abogados de los casos (en total, afectan a un total de 26 acusados) están inmersos en un intenso intercambio de información. Es de esperar que los acusados sean trasladados de uno a otro tribunal para prestar declaración, complicando aún más la compleja labor de organización.
“Es un esfuerzo logístico enorme”, en palabras de Lafleur. Según el portavoz, el tribunal ya se ha preparado para disturbios, “ya sean provocados por [miembros de] Reichsbürger o de Querdenker, que podrían acudir al juicio” (los miembros de Querdenker creen en una teoría conspirativa de negación del coronavirus).
Una astróloga como “ministra de transcomunicaciones”
Entre los procesados en Múnich figuran Hildegard Leiding (60 años), integrante del partido de extrema derecha Alternativa por Alemania (AfD) y astróloga. Aparentemente, su misión era convertirse en “ministra de Transcomunicaciones”.
Leiding y un soldador conocido en el mundillo del rock de Baviera habrían empleado “criterios espirituales” en su selección de candidatos para el futuro gobierno. Entre esos candidatos figuran un famoso cocinero austríaco que diseñaría una dieta sana para alimentar al nuevo régimen; y una médica de familia en ejercicio que, de acuerdo con el testimonio de antiguos pacientes, estaba establecida en su comunidad y era “respetada”.
Aparentemente radicalizada durante la pandemia, la médica se había especializado en la ovomancia, un método de predicción del futuro basado en la lectura de huevos. Su misión era convertirse en ministra de Sanidad y había donado a la trama unos 47.000 euros de su propio dinero. Según los fiscales, esas donaciones fueron destinadas en su mayor parte a sesiones de entrenamiento con armas.
Tras su detención, la compañera de consulta puso un letrero en la puerta del consultorio del pueblo de la Baja Sajonia donde las dos atendían. “Una sorpresa completa para mí y para todo el equipo de la consulta”, decía sobre la noticia de la detención por presuntas funciones en una organización terrorista. “Estamos conmocionadas y nos distanciamos de cualquier ideología de extrema derecha de este tipo”, seguía el texto del letrero.
Se calcula que en Alemania hay unos 23.000 integrantes del grupo Reichsbürger, de los que en torno al 10% estaría dispuesto a emplear la violencia y unos 1.000 forman parte del ambiente de la extrema derecha.
Traducción de Francisco de Zárate.