Disputa entre la tripulación de un barco y las autoridades de inmigración de Estados Unidos después de que más de 100 ciudadanos de Bahamas fueran desembarcados del ferry en el que pensaban viajar hacia Florida, desesperados por escapar de la devastación provocada por el huracán Dorian.
En Freeport, la principal ciudad de la isla Gran Bahama, la tripulación del buque Balearia pidió a 119 bahameños que pretendían viajar a EEUU sin visado que desembarcaran porque, “en una llamada de último minuto”, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EEUU (CBP, por sus siglas en inglés) había comunicado que no se les permitiría ingresar al país cuando llegasen a Fort Laudardale, en Florida.
Según las normas de la CBP, los pasajeros sin visado son legalmente admisibles por motivos humanitarios, siempre y cuando lleven un informe policial confirmando que no tienen antecedentes penales. Sin embargo, fueron personas con esa documentación las que se vieron obligadas a desembarcar después de que las autoridades migratorias estadounidenses recibieran el listado de pasajeros en la noche del domingo. Según varios tripulantes, les hicieron bajar del barco porque Estados Unidos no autorizaba su ingreso.
La CBP contraatacó el lunes. Su director en funciones, Mark Morgan, dijo que simplemente había habido una “confusión” sobre la posibilidad de entrar en EEUU para las personas que huyen de las Bahamas. “Aceptaremos a cualquiera que necesite venir aquí por razones humanitarias”, dijo durante una rueda de prensa en la Casa Blanca, añadiendo que las personas con antecedentes penales graves serían automáticamente descalificadas.
Stephen Silvestri, responsable en funciones de la CBP en el puerto Everglades de Fort Lauderdale, habló con un reportero a bordo del ferry para la cadena de televisión de Miami WSVN: “Si esa gente se hubiera quedado en el barco y hubiera llegado, los habríamos investigado y procesado para entrar en EEUU, habríamos trabajado dentro de nuestras leyes y protocolos, habríamos hecho lo que tenemos que hacer para facilitarles las cosas”.
“Creo que desembarcarlos fue una decisión empresarial de Balearia”, dijo también Silvestri. “Ninguna agencia del Gobierno les obligó a a abandonar el barco”.
Balearia Caribbean, la naviera, no ha respondido a la petición de información. En un comunicado difundido el lunes por la tarde por la cadena WSVN, la compañía explicó que “embarcó a los pasajeros entendiendo que podían viajar a EEUU sin visado, pero que después fue advertida de que para viajar a Fort Lauderdale necesitaban una autorización previa y personal emitida por las autoridades de inmigración en Nassau [la capital de Bahamas]”.
“Lamentamos y pedimos disculpas por los inconvenientes y dificultades sufridos por los 119 pasajeros residentes en la isla de Gran Bahama que no pudieron ser trasladados”, señaló también la compañía.
El domingo, la mayoría de los pasajeros pasó horas en el abarrotado muelle de Freeport tratando de conseguir un sitio en la embarcación con capacidad para 1.000 personas. “Dijeron que habían recibido una llamada de la CBP y que la CBP les había dicho que todos los que no tuvieran visa de los EEUU y que solo viajaran con el informe de la policía tenían que bajarse”, comentó a WSVN Renard Oliver, uno de los evacuados de Gran Bahama que intentaba llegar a Florida con sus dos hijas pequeñas. “Es un poco frustrante, en el último minuto... es doloroso ver llorar a mis hijas”.
El sábado, 1.500 evacuados de Gran Bahama llegaron a Palm Beach, en Florida, a bordo del Grand Celebration, un barco operado por la naviera Paradise Cruise Line. Según la CBP, la diferencia es que la naviera Paradise coordinó el viaje con el gobierno de las Bahamas y con las autoridades estadounidenses en Nassau. “La CBP confía en que las empresas de transporte se comprometan en garantizar la seguridad y el bienestar de cualquier persona que haya sufrido la devastación de esta tragedia y eso exige una comunicación transparente y una planificación de los recursos necesarios para recibir cualquier llegada”, informó en un comunicado del lunes la CBP.
Miles de personas han sido evacuadas a Nassau o a Estados Unidos desde que la semana pasada el huracán de categoría 5 azotó las islas del noroeste de las Bahamas, con vientos de más de 320 kilómetros por hora y olas de más de 6 metros. A las labores de traslado que comenzaron inmediatamente después de la tormenta decenas de operadores privados de embarcaciones y aeronaves se han sumado aviones de transporte militar despegando desde Abaco y desde Gran Bahama.
A la hora del almuerzo del lunes, el senador estadounidense por Florida Marco Rubio apoyó con un tuit los actos de la CBP diciendo que daba la impresión de que Balearia “no había coordinado por adelantado y eligió irse en vez de esperar unas horas para completar el proceso”. Rubio recorrió las islas más afectadas la semana pasada junto a Ron DeSantis y a Rick Scott, el actual gobernador de Florida y el anterior (Scott es hoy compañero de Rubio en el Senado). Los tres están pidiendo a la Administración Trump que suspenda ciertos requisitos para el visado de entrada a EEUU de los ciudadanos de Bahamas.
En una serie de tuits, el director en funciones de la CBP Mark Morgan dijo que los requisitos de documentación de visados no habían cambiado. Los funcionarios de inmigración en los puntos de entrada, explicó, tienen la facultad discrecional de “conceder excepciones condicionales, por razones humanitarias o médicas, y caso por caso”.
Traducido por Francisco de Zárate