Los consejeros delegados millonarios de algunas de las empresas estadounidenses con los trabajadores peor pagados del país recibieron un incremento medio de su salario del 29% en 2020, mientras que sus trabajadores experimentaron un descenso del 2%, según un informe de The Institute for Policy Studies publicado este martes.
El Instituto ha calculado que la remuneración media de los consejeros delegados de las 100 empresas con el salario medio más bajo de sus trabajadores incluidas en el índice S&P 500 (uno de los índices bursátiles más importantes de Estados Unidos) fue en 2020 de 15,3 millones de dólares
Por su parte, el salario medio de los trabajadores fue de 28.187 dólares. Esto significa que los primeros ejecutivos vieron un aumento de su sueldo del 29% en comparación con 2019, mientras que los trabajadores vieron una disminución del 2%. Para todas las 100 empresas, la mediana del salario de los trabajadores estuvo por debajo de los 50.000 dólares en 2020.
El aumento de la compensación para los ejecutivos se produjo en un contexto en el que las empresas les dieron fuertes bonificaciones y a su vez perdonaron los objetivos de rendimiento durante la pandemia. Ello permitió a los directivos lucrarse mientras sus empleados de bajos salarios eran trabajadores esenciales.
El consejero delegado de Hilton, Christopher Nassetta, recibió un paquete de compensación valorado en 55,9 millones de dólares en 2020, el más alto de todos los consejeros delegados analizados en el informe, mientras que el salario medio en la empresa fue de 28.608 dólares, por debajo de los 43.695 dólares de 2019.
Dado que la pandemia afectó a los resultados esperados de la empresa y, por tanto, a la compensación esperada de Nassetta, el consejo de administración de la compañía reestructuró sus adjudicaciones de acciones para dar a su CEO una amplia remuneración en 2020, según el informe.
Otros consejeros delegados también recibieron un trato amable por parte de sus respectivos consejos de administración. El consejo de Chipotle eliminó los malos resultados financieros de la empresa desde el pico del confinamiento y excluyó los costes relacionados con la COVID-19 a la hora de calcular la compensación del CEO Brian Niccol. Niccol recibió 38 millones de dólares el año pasado, lo que supone 2.898 veces más que el salario medio de los trabajadores de la empresa, que es de 13.127 dólares.
David Gibbs, consejero delegado de Yum Brands, empresa matriz de KFC, Pizza Hut y Taco Bell, acabó recibiendo una bonificación de 1,4 millones de dólares en efectivo y una concesión de acciones valorada en más de 880.000 dólares después de que la empresa cambiara sus criterios de rendimiento. La bonificación fue más del doble de los 900.000 dólares de su salario al que Gibbs anunció que renunciaría para financiar bonificaciones únicas de 1.000 dólares a los directores generales de los restaurantes de su empresa el pasado mes de marzo. Según el informe, la remuneración de Gibbs en 2020 fue de 14,6 millones de dólares, mientras que el salario medio de la empresa fue de 11.377 dólares.
La propuesta de Bernie Sanders
Los autores del informe han instado a apoyar un proyecto de ley presentado en marzo por el senador Bernie Sanders, llamado Tax Excessive CEO Pay Act (Ley de Impuestos a la Remuneración Excesiva de los CEO), que incentivaría a las empresas a reducir la brecha salarial entre los trabajadores y los altos ejecutivos mediante la imposición de una tasa de impuestos a las empresas con brechas elevadas.
Las empresas que cotizan en bolsa están obligadas a informar a la Comisión de Bolsa y Valores de la relación entre la remuneración de sus consejeros delegados y la mediana de los trabajadores, como parte de la Ley Dodd-Frank de Reforma de Wall Street y Protección del Consumidor de 2010.
“Durante la pandemia, millones de personas están luchando por poner comida en la mesa y un puñado de multimillonarios se enriquecen”, dijo Sanders en marzo al presentar el proyecto de ley. “¿Es esa la América que queremos? No lo creo”.
Una tasa impositiva de este tipo ya existe en Portland (Oregón), donde la ciudad tiene un recargo fiscal del 10% para las empresas que pagan a sus consejeros delegados entre 100 y 250 veces más que a sus trabajadores medios y un recargo del 25% para las empresas cuyo ratio es superior a 250. En 2019, el impuesto recaudó 2,4 millones de dólares de 153 empresas que reconocieron la obligación tributaria.
Los votantes de San Francisco aprobaron el año pasado una medida electoral de un impuesto similar basado en el ratio salarial, que comenzará en 2022. La ciudad espera que el impuesto genere hasta 140 millones de dólares en ingresos.
Traducido por Lara Lema