Un grupo de forenses independientes ha desestimado la investigación del Gobierno de México sobre la desaparición en 2014 de los 43 estudiantes de Magisterio. Los científicos concluyeron que no existen pruebas materiales que sustenten la demanda del fiscal general de que los cuerpos de los jóvenes fuesen incinerados en un vertedero.
Los investigadores del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) revisaron el basurero cercano a la ciudad de Coula, en el Estado mexicano de Guerrero, pero no encontraron evidencias de que se produjera un incendio en la noche que desaparecieron los estudiantes.
El informe del equipo, que se hizo público este martes en México, determina que –pese a los restos mortales de 19 personas encontrados en el vertedero– no hay certeza de que las muestras incluyan los cuerpos de los estudiantes. El veredicto desacredita la versión del Gobierno en el mayor crimen de la historia reciente de América Latina.
La investigación federal infirió que los estudiantes de la escuela de Ayotzinapa fueron asesinados antes de que quemasen sus cuerpos en una hoguera de neumáticos durante 60 horas. Justo después, según esta versión, los sicarios se deshicieron de las cenizas en el río San Juan. El fiscal general, Jesús Murillo Karam, describió el veredicto en su momento como “una verdad histórica”, en un intento de cerrar el caso de un crimen que ha incitado protestas masivas a lo largo del país y ha hecho caer en picado la popularidad del presidente Enrique Peña Nieto.
Sin embargo, el grupo de la EAAF ha determinado que las pruebas científicas no guardan relación con la versión oficial. “Desde un punto de vista científico, y con todas las muestras recopiladas y analizadas, no es posible que los sospechosos quemasen allí mismo a los estudiantes”, declara el informe. Esta investigación es la segunda llevada a cabo de manera independiente y que descarta la resolución del Gobierno. El año pasado, un equipo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (IACHR) concluyó también que la versión oficial de los hechos era inverosímil.
Una “verdad histórica” sin fundamentos
“Las familias de los universitarios han apoyado el informe de la EAAF que ratifica su oposición a la investigación oficial, que acusan de basarse en hipótesis que nunca consideraron plausibles. Los parientes insisten en que sus hijos siguen vivos, a pesar de la falta de pruebas que respalden su versión. ”Esto demuestra lo que siempre hemos dicho y sabido“, asegura Mario González, cuyo hijo César Manuel está entre los desaparecidos. ”La verdad histórica se ha hecho pedazos con este informe“.
Los resultados de la investigación han visto la luz después de un año de búsqueda en el vertedero, a 20 kilómetros de Iguala, donde los estudiantes se hicieron con los autobuses para dirigirse a una protesta antes de verse en medio de un tiroteo con policías municipales corruptos. Las autoridades han alegado que la policía, en confabulación con el crimen organizado, secuestró a los estudiantes y les entregó a los sicarios, quienes los asesinaron y quemaron sus cuerpos.
Los investigadores afirman que encontraron pruebas de incendios recurrentes en el basurero, pero nada indica que una sola hoguera se produjese en la noche que los cuerpos fueron presuntamente quemados. Esos fuegos periódicos hicieron difícil determinar cuándo se produjeron los daños en el vertedero. Además, la temperatura era insuficiente para reducir los desechos humanos a cenizas.
Los restos de las armas, tales como los casquetes, muestran signos de haber sido manipulados, ya que el tipo de munición no se corresponde con las pistolas que declararon los sospechosos. Los científicos de la EAAF afirman haber encontrado abundantes rastros humanos y animales en la muestra, pero reconocen que distinguir entre ambos es a menudo imposible. Al menos 19 personas fueron incineradas en el vertedero, pero ninguna de ellas ha sido identificada con los estudiantes de la escuela de Ayotzinapa.
La posible manipulación de las pruebas
Según los investigadores, Iguala ha dado parte de más de 100 desapariciones y la mayoría de los casos se han descubierto después del secuestro de los jóvenes de Ayotzinapa. Un laboratorio de la Universidad de Innsbruck, en Austria, identificó un resto óseo encontrado en el río San Juan como perteneciente al estudiante Alexander Mora. Mercedes Doretti, miembro del EAAF, describió el hueso como “atípico” al ser más largo que la mayoría de las muestras encontradas en el vertedero y no mostrar daños visibles por el fuego.
En septiembre de 2015, el laboratorio austriaco también identificó unos restos que podrían pertenecer a un segundo joven, Jhosivani Guerrero de la Cruz. Los científicos de la EAAF aseguraron que el examen era insuficiente para determinar si realmente las muestras se correspondían con Guerrero.
Además, el comité de la IACHR publicó un dossier que cuestionaba la teoría del fuego. Los miembros de la investigación revisaron las fotos del satélite y los datos recopilados por la estación meteorológica de Iguala, y no observaron indicios de ningún incendio en la noche del ataque. Además, en el momento de la supuesta incineración de los cuerpos cayeron precipitaciones de 21,8mm.
El Estado de Guerrero, al que pertenece Iguala, ha estado atormentado por la violencia desde el ataque de los estudiantes de Ayotzinapa, a pesar del cambio de Gobierno que tuvo lugar hace tres meses.
Traducción de: Mónica Zas