Todo lo que necesitas saber sobre las elecciones en Alemania
- Los alemanes deciden si Angela Merkel vuelve a ser la canciller del país en unas elecciones en las que parte como favorita para alcanzar un cuarto mandato, más aún tras el debate con Schultz de este domingo
¿De qué estamos hablando y por qué son tan importantes?
El próximo 24 de septiembre se celebrarán elecciones generales en Alemania. Los alemanes elegirán a los nuevos miembros del parlamento (el Bundestag) y decidirán si Angela Merkel sigue siendo la canciller del país (este sería su cuarto mandato).
Merkel ganó las elecciones en 2013 por un amplio margen. Desde 2005, “Mutti” o “mummy” Merkel lidera el principal motor económico de Europa. Los alemanes confían en ella y consideran que es la única que tiene la fuerza suficiente como para dar estabilidad al continente en un contexto de gran volatilidad política.
La recuperación económica del país y los alarmantes acontecimientos en el extranjero han reforzado su liderazgo, especialmente después del referéndum del Brexit en el Reino Unido y de la victoria de Donald Trump en Estados Unidos. Su popularidad se ha recuperado de la caída que sufrió tras la crisis de los refugiados en 2015.
El partido de Merkel, la CDU (Unión Demócrata Cristiana) lidera los sondeos y obtendría el doble de votos que el segundo partido más votado). En Europa se espera que una victoria de la actual canciller propicie, ahora que Emmanuel Macron se ha instalado en el Elíseo, una necesaria reforma de la UE.
¿Qué partidos lideran los sondeos y qué posibilidades tienen?
El CDU, junto a la Unión Socialcristiana (CSU), su partido bávaro hermano, es el principal partido de centroderecha y lidera la coalición que gobierna en la actualidad. Liderado por Merkel, es popular principalmente entre los votantes cristianos, conservadores, de más edad y de zonas rurales. Los sondeos le dan el 40% de los votos.
El Partido Socialdemócrata (SPD) es el principal partido de centroizquierda y el socio minoritario de la actual coalición en el gobierno. Su popularidad se centra principalmente en las áreas industriales en el oeste del país. Lidera el partido el expresidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, cuyo retorno de Bruselas desató una oleada de apoyo que ahora parece haberse reducido. El partido perdió uno de sus feudos en las elecciones regionales celebradas en mayo, Renania del Norte-Westfalia, y en la actualidad obtendría, según los sondeos, el 23-25% de los votos.
Según las encuestas, cuatro partidos más pequeños cruzarían el umbral del 5% (aunque es importante recordar que si no obtienen este resultado todavía podrían hacerse con escaños en el parlamento si ganan en los distritos).
El Die Linke, formado en 2007, es un partido de izquierdas más radical. Es muy popular en la antigua Alemania Oriental, nunca ha integrado una coalición en el gobierno nacional y en estos momentos es el principal partido de la oposición. Todo parece indicar que podría obtener el 9-10% de los votos.
El Partido Democrático Libre (FDP) es el que ha participado por más tiempo en los gobiernos de Alemania, pero en 2013 se quedó fuera del Parlamento federal por primera vez en su historia, ya que no llegó al 5% necesario. Ahora ha vuelto a recuperar la popularidad perdida bajo el liderazgo de Christian Lindner y los sondeos le dan el 8-9% de los votos.
Los Verdes todavía obtienen votos en las ciudades universitarias del oeste del país, pero con un 7-8% ya no tienen la fuerza de principios de los años 2000, cuando gobernaron con el SPD.
Por último, el partido ultranacionalista Alternativa para Alemania (AfD), que celebró la victoria del Brexit y de Trump, podría entrar en el Bundestag por primera vez desde que fue creado hace cuatro años. Este partido, crítico con los inmigrantes y con el Islam, tiene representación en cada uno de los estados en el parlamento pero se ha visto perjudicado por las luchas internas. En el punto más álgido de la crisis de los refugiados obtuvo un apoyo del 15% mientras que ahora los sondeos le dan el 8-9% de los votos.
¿Cómo funciona el sistema y quién elige al canciller?
El sistema electoral alemán, recientemente reformado, es una combinación de representación directa y proporcional. Es un sistema endiabladamente complicado. Los 61,5 millones de electores votan dos veces, una para elegir a un candidato local y otra, a un partido.
Cerca de la mitad de los escaños del Bundestag se destina a los 299 representantes de las distintas circunscripciones electorales del país. Los electores eligen a cada uno de estos representantes a través de una primera votación (Erststimme), mediante un sistema de mayoría simple.
El resto de escaños se asigna conforme al porcentaje de votos de los partidos que en la segunda votación (Zweitstimme) hayan superado el umbral del 5%. Este porcentaje también sirve para determinar el número total de escaños de cada partido: si un partido consigue el 25% de los votos a nivel nacional, se queda con el 25% de escaños.
En algunas ocasiones, un partido puede conseguir más escaños en la primera votación de los que le corresponden conforme a la segunda. Para compensar este desequilibrio, a los otros partidos se les asigna escaños adicionales. Con ello, el Bundestag, que teóricamente está integrado por 598 representantes puede llegar a tener hasta 800 (en la actualidad tiene 631).
Una vez se ha formado una coalición que gobierna, un proceso que puede durar un mes, el presidente de Alemania (un cargo meramente representativo) designa al canciller; que normalmente es el líder del partido más votado. El Parlamento confirma esta nominación mediante votación secreta.
¿Cuáles son las principales cuestiones y programas de partido?
Merkel es respetada por su gestión económica y también como líder mundial. Su gestión, sorprendentemente progresista, de la crisis de los refugiados y de los inmigrantes, que permitió que 900.000 personas entraran en Alemania en 2015, le hizo perder parte del apoyo de la base de su partido (si bien consiguió atraer a votantes más jóvenes).
Junto con la inmigración, la seguridad es una de las cuestiones que más preocupan a los alemanes después de que el país haya sufrido varios atentados, entre los que destaca el del mercado navideño de Berlín que mató a 12 personas. Merkel ha conseguido recuperar la popularidad perdida y su campaña apuesta por la continuidad.
Su partido ha prometido que antes de 2025 bajará los impuestos y también ha prometido pleno empleo. En cambio, el SPD ha centrado su campaña en la distribución de riqueza y la justicia social (también se opone a un aumento del gasto en defensa que el CDU ha prometido y se propone impulsar si gana).
Die Linke quiere una regulación más estricta del mercado y subir el salario mínimo. El FDP ha prometido bajar los impuestos y avanzar hacia una mayor integración de la UE. La campaña del AfD promete proteger la cultura “tradicional” alemana e implementar medidas para limitar la inmigración, entre las que se incluye la deportación de aquellos solicitantes de asilo que no lo consigan.
¿Cómo podría ser el gobierno que se forme?
Si pudiera elegir con quien gobernar, el CDU formaría coalición con el FDP; el regreso de la coalición negra y amarilla que gobernó durante 16 años bajo el liderazgo de Helmut Kohl. Los sondeos hacen prever que estos dos partidos no conseguirán la mayoría necesaria.
Otra posibilidad sería una coalición negra-verde; aunque es poco probable que consiga la mayoría necesaria y que, cuando han gobernado en un estado, han durado poco. Esto podría propiciar una coalición negra-amarilla y verde (conocida con el nombre de Jamaica), es decir, el CDU, el FDP y los verdes. Este tipo de coalición ha dado buenos resultados en los estados y a nivel local. Sin embargo, si una coalición de este tipo gobernara el país, los verdes se verían obligados a hacer importantes renuncias.
Si el CDU consigue peores resultados de lo previsto y el SPD, en cambio, logra un resultado mejor, serán posibles ciertas coaliciones de centroizquierda, como una roja-roja-verde (SPD, Die Linke y los Verdes, la alianza que en estos momentos está en el ayuntamiento de Berlín) o Roja-amarilla-verde, también conocida como semáforo, integrada por el SPD, el FDP y los verdes. Ambas alianzas son complicadas ya que existen profundas diferencias entre estos partidos.
Por razones obvias, tanto el CDU como el SPD preferirían formar coalición con un partido o varios partidos que fueran mucho más pequeños. Sin embargo, los electores alemanes podrían pedir otra “gran coalición” y unir a los dos principales partidos del país en lo que sería un matrimonio de conveniencia.
Todos los otros partidos han descartado una coalición con el AfD.
Traducido por Emma Reverter