Facebook se niega a decir por qué parece estar escogiendo y eliminando los perfiles de algunos líderes políticos a petición del gobierno de Estados Unidos. Esto ha sucedido después de que la red social haya eliminado las cuentas del líder checheno Ramzán Kadírov.
La compañía de Silicon Valley eliminó sus perfiles tanto de Instagram como de Facebook después de que EEUU le impusiese sanciones económicas y la prohibición de viajar por las denuncias que le acusan de violar los derechos humanos. Facebook contó en el New York Times que tenía una “obligación legal” de desactivar sus cuentas después de que se confirmase que la persona que estaba detrás de las mismas aparecía en una lista de sancionados por parte de EEUU.
Esta obligación legal no parece haberse efectuado contra otras importantes figuras que también aparecen en esta lista sancionadora. Entre ellas se encuentra el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro; el de Siria, Bashar al-Asad; y el congresista de Guatemala Julio Antonio Juárez.
Facebook se ha negado a explicar por qué ha eliminado algunas cuentas y no otras bajo la legislación sancionadora de EEUU. “Operamos bajo las restricciones que imponen las leyes de EEUU, que varían según las circunstancias”, ha dicho un portavoz de la compañía a the Guardian.
“Seguiremos trabajando con las autoridades de Gobierno pertinentes para asegurarnos de que cumplimos con nuestras obligaciones legales y para analizar las diferentes opciones que se nos ofrecen para cumplir la ley de una manera en la que prime la libre expresión en nuestra plataforma y mantenga a la gente a salvo”, apunta.
Los grupos que defienden las libertades civiles están preocupados por este caso. Temen que las sanciones económicas impuestas por EEUU, al servicio de la política exterior de Washington, estén siendo utilizadas para censurar el discurso político.
¿Quién medió en este caso?
La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) es la encargada de aplicar las sanciones económicas y estas suelen imponerse a sujetos que suponen una amenaza para la seguridad nacional de EEUU. Estas sanciones suelen responder a violaciones de los derechos humanos y participación en el tráfico de drogas, armas o terrorismo.
Las empresas estadounidenses o las personas a título individual tienen prohibido suministrar bienes, tecnología o servicios a las personas que aparecen en la lista de sanciones y a las personas que intencionadamente violan la ley se les imponen multas o penas de cárcel.
“Claramente, la ley está dirigida a actividades económicas y se está aplicando de una manera completamente diferente para reprimir la libertad de expresión”, asegura Jennifer Granick, abogada de la American Civil Liberties Union.
El hecho de que Facebook no haya tomado medidas sobre otras personas sancionadas hace pensar que la compañía está sometida a presiones del Gobierno en secreto. La compañía, que utiliza una política de verificación de nombres en su plataforma, fácilmente podría utilizar un programa informático de selección para asegurarse de que no presta servicio a personas o compañías sancionadas por la OFAC.
“Se trata de un cumplimiento de manual”, explica un abogado especializado en sanciones económicas. “Cada vez que conseguimos un nuevo cliente comprobamos si existen sanciones contra él. Si los abogados de Washington son capaces de hacer esto, una de las compañías tecnológicas más importantes del mundo sería sin duda capaz de hacerlo”.
“Realmente parece que Facebook está eligiendo aceptar la ley, algo que sugiere que hay participación del gobierno detrás”, añade Jillian York, director para la libertad de expresión internacional de la Fundación Frontera Electrónica (EFF).
Kadírov es un aliado de Vladímir Putin y fue añadido a la lista de sancionados junto a otras cuatro personas rusas en diciembre. El presidente checheno ha sido acusado de ejecuciones extrajudiciales y otros abusos contra los derechos humanos. Publicó un vídeo en Instagram burlándose del Gobierno de EEUU después de que se publicase la lista.
Sin embargo, que Facebook no sea capaz de explicar por qué sí ha eliminado esta cuenta es un recordatorio del poder que ejerce la plataforma a través de sus decisiones en cuanto a moderación. Estas decisiones pueden tener un efecto espeluznante sobre la libertad de expresión.
Tras las reuniones con el gobierno de Israel el pasado mes de septiembre, Facebook ha suspendido las cuentas de muchos periodistas y activistas palestinos después de que las autoridades israelíes les denunciasen por “incitación” (a la violencia). Sin embargo, las cuentas que utilizan un lenguaje violento similar contra los palestinos siguen en gran medida funcionando, según The Intercept.
En Myanmar, Facebook también ha sido acusado de censurar documentación sobre abusos de los derechos humanos contra la minoría musulmana rohingya. Esta población ha sido perseguida por el Ejército hasta tal punto que la ONU ha calificado lo sucedido de genocidio.
En Líbano, miembros de Hizbolá han sido elegidos para ocupar escaños en el parlamento. Sin embargo, como Facebook utiliza la clasificación de organizaciones terroristas del Departamento de Estado de EEUU, la red social impide que estos políticos puedan hacerse un perfil en su plataforma.
“Una vez más, nos enfrentamos a una falta de transparencia y a una aplicación desigual de las normas”, concluye la profesora adjunta de estudios sobre la información de UCLA, que investiga la moderación de los contenidos comerciales.
Traducido por Cristina Armunia Berges