La hazaña del ministro francés de colarse de vuelta en la alta política tras abandonar un partido tradicional y de postularse con una plataforma independiente está inspirando a imitadores en otras partes del continente. El ministro de Exteriores austriaco de 30 años, Sebastian Kurz, anunció el domingo que piensa frenar el proceso de selección electoral de su partido, el OVP, que él mismo preside, para reemplazarlo por una lista de candidatos independientes equilibrada en materia de género y respaldada por el partido.
Los medios describen este movimiento como el final del orden político de Austria tal y como se conoce desde la posguerra. Todo esto se produce después de que altos cargos del partido de centro derecha apoyasen por unanimidad a Kurz como líder interino del partido. A la vez le concedieron la autoridad para remodelar el partido a su imagen y semejanza.
Kurz, que en diciembre de 2013 se convirtió en el ministro de Exteriores más joven del mundo, dijo en una rueda de prensa en Viena: “Hemos decidido que vamos a empezar un nuevo movimiento. Valoramos las fuerzas existentes dentro del partido pero al mismo tiempo queremos atraer a más personas”.
El OVP ha sido un fijo en la política austriaca desde su puesta en marcha en 1945. Seis de los 14 cancilleres de posguerra del país ha sido de este partido y actualmente gobierna como socio minoritario en una coalición con SPO. El ascenso de Kurz al liderazgo del partido se produjo por la renuncia de Reinhold Mitterlehner la semana pasada, el vicecanciller y líder del partido que fracasó a la hora de sofocar las luchas internas de la organización.
El próximo 15 de octubre se celebrarán elecciones. Las encuestas más recientes muestran de manera sistemática que el partido populista de la Libertad, liderado por Heinz-Christina Strache, tiene una estrecha ventaja sobre los socialdemócratas liderados por el canciller Christian Kern, y que el Partido Popular de Kurz se sitúa en tercer lugar. Como Kurz cuenta con un buen índice de popularidad, sus partidarios esperan que con él a los mandos, el partido consiga remontar en las encuestas.
Nacido en 1986, Kurz se unió a las juventudes del OVP en 2003, cuando el partido lideraba una coalición con la extrema derecha del FPO, fundado por antiguos nazis y liderado en aquella época por el difunto Jörg Haider. Resucitar tal coalición probablemente sea un tema menos tabú para el vienés Kurz que lo que los observadores internacionales puedan imaginarse.
En cuanto a cuestiones políticas, también es más probable que Kurz comparta más puntos comunes que diferencias con el FPO. El ministro de Exteriores es popular entre los votantes de derechas austriacos por presionar a los estados vecinos a cerrar la ruta de los Balcanes a los refugiados en marzo de 2016, así como por su férrea postura sobre la adhesión de Turquía a la Unión Europea.
A pesar de que muchos interpretan los movimientos de Kurz como un efecto imitación del movimiento En Marche! de Macron, lo cierto es que el político austriaco felicitó al exmiembro del Partido Socialista francés por derrotar a “las políticas de izquierdas” en un tuit. Para sus críticos, gestos como este dejan en evidencia que el 'movimiento' de Kurz no es más que un Partido Popular con un envoltorio nuevo y con mejores relaciones públicas.
Aunque ya se han propuesto algunos nombres importantes como posibles candidatos para la lista de Kurz –entre los que se encuentran Irmgard Griss, un antiguo juez que quedó tercero en la votación presidencial del año pasado y Sepp Schellhorn, un importante hostelero y miembro del partido liberal Neos– por el momento ninguno ha sido confirmado.
A principios de este mes, el líder de Neos Matthias Strolz atacó a Kurz en Twitter, diciéndole que era un “sinvergüenza y un conspirador”.
También hay preguntas sobre cómo de factible es su plan político: mientras que los estatutos del partido ya permiten que personas que no son miembros del partido sean incluidos en las listas de candidatos, prohíbe que miembros de otros partidos lo sean.
En Austria, Kurz tiene una reputación como político astuto y líder poco convencional, pero también de insensible conocedor de los trucos del marketing. Para las elecciones presidenciales de Austria en 2010 hizo campaña en la ciudad con coches renombrados como “Geilomobils” –geil significa tanto “guay” como “cachondo” en alemán.
Traducido por Cristina Armunia Berges