La historia detrás del baile de boda más difícil e inspirador de Ucrania

Daniel Boffey

Leópolis (Ucrania) —
10 de mayo de 2022 22:56 h

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“Al principio, eran lágrimas de felicidad”, explica Oksana Balandina, de 23 años, sobre su primer baile de casada que una enfermera de un hospital de Ucrania grabó en vídeo y que ahora se ha compartido en redes sociales en todo el mundo.

Hace seis semanas, Oksana pisó una mina cuando volvía a casa con su novio, Viktor Vasyliv, que tiene su misma edad. Habían corrido el riesgo de ir a buscar provisiones para vecinos ancianos de su calle en Lisichansk, una ciudad situada en el sudeste de Ucrania y que está en primera línea de fuego del conflicto bélico.

Oksana, enfermera de pediatría y madre de una niña de cinco años, Diana, y de un niño de siete, Illia, tuvo la suerte, según los médicos, de sobrevivir a la explosión, pero perdió las dos piernas y cuatro dedos de la mano izquierda. 

En una conversación con The Guardian, agachado al lado de la silla de ruedas de su mujer, Viktor - que es carpintero- explica que Oksana ha tenido momentos de total desesperación en los que ha gritado que quería morir. Sin embargo hoy, mientras se toma un café en un vaso desechable y toma el sol delante del hospital municipal de Leópolis, Oksana, que sonríe con facilidad, afirma sentirse más fuerte y estar agradecida mientras retira pétalos de flores de la mejilla de su marido.

La joven cree que, en parte, su cambio de actitud se debe a las muestras de apoyo de personas desconocidas de todo el mundo que se han emocionado con las imágenes de un vídeo que se compartió en las redes sociales hace dos semanas. Muestran cómo Viktor coge en brazos a su novia, vestida de blanco, y la abraza con fuerza mientras ella apoya su cabeza sobre el hombro de su marido y bailan al ritmo de la música que suena en un ordenador portátil.

Oksana publicó el vídeo en la red social TikTok y desde entonces ha colgado otros, más cortos, en los que se la puede ver haciendo ejercicios de rehabilitación al compás de la música. Los vídeos se han visto miles de veces y han generado las muestras de apoyo que, según Viktor, han sido muy valiosas para su esposa durante estas duras semanas.

“El baile fue una completa sorpresa”, explica ella. “Habíamos vuelto al hospital desde el registro civil y Natalia y Olesia [voluntarias del hospital] habían traído un vestido y un ordenador portátil para la música. Natalia nos preguntó: '¿Qué clase de boda es esta sin un baile?'. Fue un momento de pura alegría y felicidad”, añade sobre su respuesta cuando Viktor la cogió en brazos: “Luego llegó el baño de realidad. Nunca me imaginé que mi primer baile de casada fuera a pasar en estas circunstancias”.

Por supuesto, los momentos duros han sido incontables, sobre todo cuando ha tenido que explicar a sus hijos lo que le ha pasado. Los niños se han quedado con su abuelo en la región de Poltava, en el este del país.

Oksana y Viktor esperan que ella pueda hacer la rehabilitación en un hospital especializado de algún país de la Unión Europea. Hace semanas que no ven a los niños. 

“Miré y mis pies no estaban ahí”

La pareja señala que el recuerdo de ese día y la dureza de su vida en Ucrania son difíciles de superar. El relato evidencia la extraordinaria fortaleza de Oksana.

“Volvíamos a casa, hay un arroyo al fondo de nuestro jardín, así que quisimos tomar un atajo y cogimos un camino de tierra”, cuenta Oksana. “Conocíamos muy bien este camino. Yo iba delante y mi marido y un amigo detrás, y vi un misil no muy lejos de nosotros, me giré hacia Viktor y le grité: 'Cariño, mira'. Me miró y de repente salí volando por los aires, escuché un fuerte ruido en mis oídos. Miré mis pies y no estaban allí. Solo los huesos”. Viktor corrió hacia ella. Estaba sin aliento, presa del pánico, dice. “Primero pensé que todo había terminado”, recuerda. “Entonces, empezó a moverse. Me gritó que llamara a la ambulancia. Pero se negaron a acercarse porque tenían miedo de las minas. Dijeron que era necesario desminar la zona”, recuerda.

El amigo de la pareja llamó por teléfono al padrastro de Oksana. “Así que entre todos la llevamos hasta la ambulancia”, dice Viktor: “Oksana, a pesar de estar en estado de shock, estuvo al frente de la situación en todo momento. Me sacudió para que yo también saliera del estado de shock en el que estaba, fue ella quien me dijo que llamara a la ambulancia. No sé cuándo habría reaccionado si ella no me hubiera ayudado. Luego nos ayudó la técnica auxiliar de la ambulancia”, relata.

“La auxiliar de la ambulancia era una chica joven e inexperta. Al parecer, nunca había visto algo así. Así que la ayudé. Conocía mejor mis venas. Pedí oxígeno, pero no tenían”, explica Oksana. “Cuando llegamos al hospital, vi a mi madre. La vi y grité 'mamá', y perdí el conocimiento”, dice.

Oksana sí recuerda breves fragmentos de las conversaciones de los médicos que intentaban salvar su vida. “Cuando íbamos de camino al hospital, los auxiliares de la ambulancia decían: 'Si al menos pudiera llegar al hospital'. Cuando llegamos al hospital, los médicos decían: 'Si consiguiera salir con vida de la operación'. Pero, cuando pasó el efecto de la anestesia y recuperé el sentido común, me di cuenta de todo lo que había perdido. Pensé que ya no me quedaba nada. Me entró el pánico, no quería vivir, no quería que mis hijos me vieran así”.

Comentarios que dan felicidad

Oksana fue trasladada de Lisichansk a la ciudad de Dnipro, situada 322 kilómetros más al oeste. “Los médicos hicieron una gran labor. Me ayudaron mucho”, dice. “Me di cuenta de que mi vida no había terminado. Tengo que seguir adelante y necesito seguir adelante por el bien de mis hijos”, cuenta.

Viktor añade: “Oksana estaba muy deprimida, gritaba que no quería vivir. Pero en Dnipro la trataron unos médicos de rehabilitación increíbles. Fueron su fuente de inspiración. También la actividad en TikTok. Empezó a publicar algunos vídeos, recibió muchos comentarios positivos que le subieron la moral”.

Viktor le propuso matrimonio el 27 de abril y se casaron al día siguiente. “Publiqué los vídeos solo para mí”, explica Oksana. “En ningún momento pensé en hacerme viral, solo quería documentar el proceso de recuperación. Cómo va la rehabilitación... y más adelante, cuando con suerte tenga prótesis, cómo voy aprendiendo a caminar con ellas”, dice.

“Eso la ayuda. Cada vez que tiene un minuto, intenta leer los comentarios a los vídeos. Sonríe, es más feliz”, dice Viktor.

Oksana dice que está decidida a rehacer su vida y continuar la carrera de medicina en el campo de la rehabilitación: “Y mostrar a los demás, a partir de mi propio ejemplo, que no hay que rendirse, que todo es posible y que tenemos que seguir viviendo pase lo que pase”.

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