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Irán presume de que la victoria en Alepo fue posible gracias a las milicias chiíes

Martin Chulov / Saeed Kamali Dehghan / Patrick Wintour

Los líderes iraníes han reivindicado la victoria militar en Alepo. Según el máximo asesor militar del ayatolá Ali Jamenei, Seyed Yahya Rahim-Safavi, las fuerzas del presidente sirio Bashar al Asad hubiesen sido incapaces de reconquistar la ciudad sitiada sin el apoyo de Teherán.

“Alepo ha sido liberada gracias a la coalición de Irán, Siria, Rusia y Hizbolá”, ha afirmado Yahya Rahim-Safavi. “Irán es parte de esta coalición que se acerca a la victoria y esto ha puesto de manifiesto nuestra fuerza. El nuevo presidente estadounidense debería tener en cuenta la fuerza iraní”.

El ministro iraní de Defensa, Hossein Dehghan, ha llamado a su contraparte sirio para felicitarle y Mohsen Rezaie, excomandante de la Guardia Revolucionaria, ha publicado en la red social Instagram que el objetivo de Irán era eliminar “a los terroristas y takfiris [término despectivo usado en Irán para referirse a los yihadistas suníes]” de Siria e Irak.

El presidente del Parlamento, Ali Larijani, también ha felicitado al gobierno de Asad, afirmando que las políticas de Estados Unidos y Reino Unido han llevado a un callejón sin salida en Siria, Irak, Libia y Yemen.

Estas declaraciones destacan el papel fundamental jugado por las milicias chiíes apoyadas por Irán en la victoria de Alepo. El acuerdo de este martes entre Rusia y Turquía para perdonar la vida a los últimos opositores fue negociado con pocas aportaciones de Siria e Irán, a pesar de que este último ha controlado la batalla desde que Rusia redujo la intensidad y frecuencia de sus bombardeos.

Las fuerzas leales a Asad, que habían arrinconado a la última resistencia de la ciudad, se vieron sorprendidas por el acuerdo de alto el fuego y se mostraron resueltas a transformar el momento en una conquista total de las zonas controladas por los rebeldes.

Hasta hace poco, el fuego ruso había sido decisivo. Sin embargo, después de que la campaña aérea abriese el camino a la ofensiva terrestre a principios de diciembre, los agentes de Irán tomaron el mando, lo que les otorga un papel fundamental en la siguiente fase del conflicto.

Primer desafío de Irán a Siria

De acuerdo con el portavoz de uno de los grupos opositores en Alepo, el alto el fuego se puso inmediatamente en duda después de que Irán impusiese condiciones que, en un principio los rebeldes afirmaron que no podían cumplir. Yaser al Yousef, de la milicia Noureddine al Zinki, afirmó que Irán estaba dispuesto a “desafiar el acuerdo ruso”. Las demandas iraníes incluían el levantamiento del asedio rebelde sobre pueblos chiíes en la provincia de Idlib, así como acuerdos sobre prisioneros y miembros desaparecidos de las milicias apoyadas por Irán.

Los gobiernos de Irán y Siria no han querido hacer concesiones en el campo de batalla o en la mesa de negociaciones, creyendo que la dominación total les daría una posición más fuerte para determinar el resultado de la guerra. Rusia, por el contrario, ha creído que le beneficia pasar de superpotencia al ataque a impulsor de paz.

El choque ha sido la primera diferencia seria entre Teherán y Moscú, cuyas intervenciones decisivas han salvado a Asad pero han reducido notablemente la soberanía de Siria. Ahora, con el desenlace a la vista, la estrategia de “gana primero, busca una solución después” ha llegado a su punto más bajo.

El papel de Irán en Alepo ha llevado a la oposición siria a pedir a Europa que imponga sanciones económicas tanto a Rusia como a Irán. Además, la Unión Europea, que cada vez tiene un papel más marginal en una crisis que está siendo resuelta por Rusia, Irán y Turquía, está decidida a no aportar financiación para la reconstrucción a no ser que haya un acuerdo político negociado y no un final militar impuesto por Irán o Siria.

En una carta a los líderes europeos, Riyad Hijib, coordinador del Alto Comité Sirio de Negociaciones de la oposición siria, ha pedido “sanciones unilaterales dirigidas contra entidades e individuos rusos e iraníes que están permitiendo directamente la comisión de crímenes de guerra en Siria a través de la entrega de apoyo material”.

El Comité también ha pedido una revisión urgente de las relaciones económicas con Irán, incluidas los vuelos de aerolíneas comerciales utilizados por Irán para enviar armas y combatientes a Siria.

Aun así, muchos países europeos son reacios a volver a imponer las sanciones a Irán poco después de haberlas levantado como parte de un acuerdo más amplio sobre el programa nuclear iraní.

Suleimani, al mando de las milicias chiíes

El renovado énfasis en Irán refleja el papel fundamental jugado por la artillería iraní en la captura del este de Alepo. Las milicias chiíes también han tenido un papel fundamental. Organizadas por la Guardia Revolucionaria de Irán, las milicias han sido mucho más efectivas que las tropas sirias. Además, su fuerza ha aumentado en el este de Alepo desde principios del año pasado hasta alcanzar entre los 6.000 y 8.000 efectivos, muchos de ellos curtidos en batallas de Irak o el sur de Líbano.

Las milicias responden al general iraní Qassem Suleimani, a quien el líder supremo Jamenei encargó hace más de una década exportar los valores de la Revolución Islámica de Irán al mundo árabe. La fuerza Quds de Suleimani es una de las unidades de élite más destacadas de la Guardia Revolucionaria y atrae a combatientes ideológicos que creen en la supremacía chií.

Bajo el control de Suleimani están varias unidades iraquíes, Asa’ib ahl al Haq, Abu al Fadhil al Abbas y el Frente Nujaba, que está relacionado con la milicia Hizbolá de Keta'ib. Todos son participantes poderosos en la esfera político militar de Irak. Hizbolá juega el mismo papel en Beirut y en el sur de Líbano, donde está integrado en el aparato político y de seguridad.

Hizbolá fue uno de los primeros aliados de Irán en unirse a la batalla junto a Asad, y ha pagado un alto precio por ello. Los leales al partido en Beirut aseguran que al menos 1.600 de sus combatientes han muerto en Siria antes de la toma del este de Alepo.

Los cementerios en Nayaf (Irak) también se han ido llenando de muertos, con varios miles de combatientes iraquíes aparentemente muertos en Siria y enterrados en grandes terrenos comprados por las milicias durante los últimos tres años.

La mayoría de las bajas en el lado iraní han sido refugiados afganos reclutados bajo la promesa de que sus familias se ganarían el derecho a residir en Irán. Pero una autoridad iraní ha declarado recientemente que hasta 1.000 iraníes han muerto en Siria desde que comenzó el conflicto.

Irán, en guerra sectaria

La sangre y riqueza empleada por Irán se ha centrado en Alepo y en los distritos occidentales de Damasco, el lugar donde se sitúa la mezquita Zainab, un punto de peregrinaje para los musulmanes chiíes.

Irán ha enmarcado su esfuerzo de guerra en términos sectarios, insistiendo que los hombres que ha enviado a combatir están en Siria para defender la mezquita de los ataques de los extremistas suníes. En discursos pronunciados en Siria, Akram al Ka’abi, líder del Frente Nujaba, ha incitado a sus seguidores a vengarse de las derrotas contra líderes suníes en los primeros años del Islam.

El martes, el presidente Hassan Rouhaní declaró en una reunión en Irán con el líder religioso iraquí Ammar al Hakim que su gobierno no escatimará esfuerzos en apoyar “a las naciones oprimidas de la región, incluidas Siria e Irak”.

Saliéndose de su posición hasta ahora precavida, Rouhaní telefoneó el miércoles a Asad para “felicitarle” por la “liberación de Alepo”, según informó Fars News. “Vemos como nuestro deber el apoyar a aquellos que intentan expulsar de su territorio a los terroristas apóstatas”, señaló a su contraparte sirio.

Traducido por Javier Biosca Azcoiti