El Gobierno iraní planea usar tecnología de reconocimiento facial en el transporte público para identificar a las mujeres que no cumplen con una estricta nueva ley que obliga a usar el hiyab, en un contexto en el que el régimen continúa con sus severas medidas punitivas sobre la vestimenta de las mujeres.
El secretario del Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio de Irán, Mohammad Saleh Hashemi Golpayegani, anunció en una entrevista reciente que el Gobierno planea usar tecnologías de vigilancia contra las mujeres en espacios públicos, en cumplimiento de un nuevo decreto sancionado por el presidente de línea dura Ebrahim Raisi, que restringe la vestimenta de las mujeres.
Arrestos y confesiones forzadas
El decreto se firmó el 15 de agosto, un mes después del día nacional del hiyab y la castidad, celebrado el 12 de julio, y ocasionó protestas en todo el país por parte de mujeres que publicaron vídeos en las calles, autobuses y trenes con la cabeza descubierta. En las últimas semanas, las autoridades iraníes han respondido con un aluvión de arrestos, detenciones y confesiones forzadas en la televisión.
“Hace tiempo que el Gobierno de Irán juega con la idea de usar el reconocimiento facial para identificar a las personas que violan la ley”, dice Azadeh Akbari, investigadora de la Universidad de Twente, en los Países Bajos. “El régimen combina formas violentas y antiguas de control totalitario disfrazadas de nuevas tecnologías”.
El hiyab, un pañuelo para cubrir la cabeza utilizado por muchas mujeres musulmanas, se volvió obligatorio en Irán tras la revolución de 1979. Pero, durante las décadas siguientes, las mujeres han ido más allá de los límites del código de vestimenta estipulado.
Algunas de las mujeres arrestadas por desafiar el nuevo decreto fueron identificadas tras la publicación de vídeos en los que que se ve como son acosadas por otros pasajeros en el transporte público por no llevar el hiyab de manera correcta. Una de ellas es Sepideh Rashno, de 28 años. Según el grupo de derechos humanos Hrana, Rashno fue golpeada después de su arresto. Además, la obligaron a pedir disculpas por televisión al pasajero que la acosó y que entonces fue expulsado del transporte público en defensa de la joven.
Rashno no es la primera persona que sufre una agresión violenta después de haberse difundido un vídeo en Internet. En 2014, seis iraníes (tres hombres y tres mujeres) fueron sentenciados a un año de prisión y 91 latigazos cuando el vídeo en el que bailaban en Teherán la canción de Happy, de Pharrell Williams, superó las 150.000 visitas.
Banco de datos biométricos
Desde 2015, el Gobierno iraní ha introducido gradualmente tarjetas de identificación biométricas que incluyen un chip que almacena información como imágenes del iris, las huellas digitales y el rostro. A los investigadores les preocupa que ahora esta información sea utilizada con tecnología de reconocimiento facial para identificar personas que violan el código de vestimenta obligatorio, tanto en las calles como en el ciberespacio.
“Gran parte de la población de Irán ya está en este banco de datos biométricos nacional, puesto que muchos servicios públicos ahora dependen de las identificaciones biométricas”, dice Akbari. “Así que el Gobierno tiene acceso a todos los rostros; saben de dónde viene la gente, y la pueden encontrar con facilidad. Una persona cuyo video se vitaliza puede ser identificada en segundos”.
“Al hacer eso, el Gobierno deja claro un punto: ‘No creas que algo pequeño que ocurre en un autobús va a ser olvidado. Sabemos quién eres, te encontraremos y sufrirás las consecuencias’”, dice la investigadora.
“Ebrahim Raisi es un verdadero ideólogo”, señala Annabelle Sreberny, profesora emérita del Centro de Estudios Iraníes de la Universidad Soas de Londres. “Irán se enfrenta a enormes problemas económicos y ambientales. La tasa de inflación quizá alcance el 50%, pero el Gobierno elige enfocarse en los derechos de las mujeres”.
“Creo que es una parte integral de un Gobierno debilitado que simplemente no quiere lidiar con enromes problemas económicos, ambientales y de infraestructura. Y las mujeres son consideradas un objetivo fácil”.
Traducción de Patricio Orellana