Kim Jong-un ha llegado a Rusia para celebrar una rara cumbre con el presidente Vladímir Putin en la que se discutirá un posible acuerdo de suministro de armas norcoreanas para la guerra de Ucrania.
El tren blindado de Kim llegó a la estación de Khasan, la principal puerta ferroviaria de entrada al Lejano Oriente ruso desde Corea del Norte, según ha informado la agencia de noticias japonesa Kyodo citando una fuente oficial rusa no identificada.
Se espera que la reunión se celebre el martes por la tarde al margen del Foro Económico Oriental en la ciudad portuaria rusa de Vladivostok, donde Putin ya ha llegado.
El viaje de Kim a Rusia y su reunión con Putin será una visita a gran escala para estrechar lazos, según ha declarado el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, en un vídeo publicado en Internet.
La reunión se produce en medio de la preocupación en Occidente de que Pyongyang planee proporcionar armas a Moscú para reemplazar las existencias que se han agotado en gran medida durante 18 meses de lucha en Ucrania.
El martes, Peskov desestimó las advertencias de EEUU sobre cualquier acuerdo de armas, citándole las agencias de noticias rusas: “Como saben, al llevar a cabo nuestras relaciones con nuestros vecinos, incluida Corea del Norte, los intereses de nuestros dos países son importantes para nosotros, y no las advertencias de Washington”. “Nos centraremos en los intereses de nuestros dos países”.
Kim va acompañado de altos funcionarios del Gobierno, incluido personal militar, según ha informado la agencia de noticias oficial norcoreana KCNA. Se cree que la delegación incluye a su ministro de Asuntos Exteriores, Choe Sun-hui, y a destacados miembros del partido encargados de la industria de defensa y asuntos militares, entre ellos el director del departamento de industria de municiones, Jo Chun-ryong.
“La presencia de Jo Chun-ryong indica que Corea del Norte y Rusia concluirán algún tipo de acuerdo para la compra de municiones”, señala Michael Madden, experto en liderazgo norcoreano del Centro Stimson, con sede en Washington.
Anteriormente, la KCNA había difundido fotos de la salida de Kim de Pyongyang, con guardias de honor militares y multitud de personas con trajes oscuros y vestidos de colores que agitaban flores y banderas mientras subía al tren verde y amarillo.
El viaje supone la primera visita de Kim al extranjero en más de cuatro años y la primera desde la pandemia COVID.
Funcionarios estadounidenses creen que es probable que Putin se centre en conseguir más suministros de artillería y otras municiones norcoreanas mientras intenta desactivar una contraofensiva ucraniana.
A cambio, Kim podría buscar ayuda energética y alimentaria, así como tecnología avanzada para satélites y submarinos de propulsión nuclear que podrían aumentar la amenaza que suponen los programas de misiles balísticos y armas nucleares de Corea del Norte.
Algunos analistas creen, sin embargo, que Rusia sería reacia a compartir detalles de su tecnología, guardada cuidadosamente, a cambio de suministros limitados de proyectiles de artillería y otras municiones.
“Es poco probable que Putin proporcione a Kim tecnología para miniaturizar artefactos nucleares o propulsar submarinos nucleares porque ni siquiera una máquina de guerra desesperada cambia las joyas de su corona militar por municiones viejas”, afirma el profesor Leif-Eric Easley, especialista en Corea del Norte de la Universidad Ewha de Seúl.
Conseguir cantidades de proyectiles de artillería y misiles antitanque norcoreanos aumentaría la preocupación de Estados Unidos por un conflicto prolongado en Ucrania.
“Se espera que las conversaciones sobre armamento entre Rusia y Corea del Norte continúen durante el viaje de Kim Jong-un a Rusia”, declaró la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Adrienne Watson. “Instamos a la República Popular Democrática de Corea (RPDC) a cumplir los compromisos públicos que Pyongyang ha asumido de no suministrar ni vender armas a Rusia”.
El lunes, el Departamento de Estado estadounidense dijo que Putin estaba desesperado por el conflicto de Ucrania y renovó las advertencias de que cualquier venta de armas podría desencadenar sanciones estadounidenses.
“Tener que viajar a través de la longitud de su propio país para reunirse con un paria internacional para pedir ayuda en una guerra que esperaba ganar en el primer mes, yo lo caracterizaría como él mendigando ayuda”, dijo el portavoz del departamento de Estado Matthew Miller.
“Recordaré a ambos países que cualquier transferencia de armas de Corea del Norte a Rusia supondría una violación de múltiples resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU”, añadió.