La portada de mañana
Acceder
Puigdemont estira la cuerda pero no rompe con Sánchez
El impacto del cambio de régimen en Siria respaldado por EEUU, Israel y Turquía
OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

Hay algo que la amenaza militar de Trump no tiene en cuenta: Kim Jong-un no tiene nada que perder

Tom Phillips / Justin McCurry

Antes de la última prueba de misiles de Corea del Norte, Donald Trump se había esforzado por convencer a Kim Jong-un de que estaba peleando con el tipo equivocado.

El presidente de EEUU atacó Siria con 59 misiles Tomahawk y posteriormente ordenó la incursión naval de una “flota” en aguas cercanas a la península de Corea. Lanzó la “madre de todas las bombas” al este de Afganistán y utilizó Twitter para insistir en casa con su mensaje.

“Corea del Norte está buscando problemas”, tuiteó la semana pasada el presidente estadounidense mientras los técnicos de Kim llevaban a cabo las preparaciones finales para la prueba del domingo, fallida pero desafiante. Además, el vicepresidente Mike Pence declaró este lunes el fin de la “paciencia estratégica” con el país asiático.

Pero los expertos afirman que el último movimiento de Pyongyang ha puesto en evidencia la inutilidad de los esfuerzos del multimillonario para intimidar a Kim Jong-un y presionarle para que abandone sus ambiciones nucleares.

“Hay un problema en jugar con la amenaza militar a Corea del Norte, porque suele obligarte a  demostrar que no es un farol”, explica John Delury, experto en Corea del Norte de la Universidad Yonsei, en Seúl. “No estoy diciendo que hicieron la prueba a causa de las amenazas [de EEUU]. Pero movilizar un grupo naval de combate no ayuda si tu objetivo es disuadir una prueba. Todo lo contrario, estás aumentando las probabilidades”.

Los defensores de Trump afirman que su aparente estrategia de utilizar demostraciones espectaculares de fuerza militar para intimidar al dictador norcoreano y convencer al presidente chino, Xi Jinping, para que aplique mano dura sobre su aliado está teniendo sus resultados.

“Las muestras del poder estadounidense importan, y mucho”, señaló en Twitter Daniel Blumenthal, un especialista en China del American Enterprise Institute, un think tank conservador. Blumenthal describió los ataques en territorio sirio y afgano como “destacados mensajes a Xi y a Kim”.

Algunos analistas señalan un reciente editorial del periódico the Global Times, controlado por el Partido Comunista Chino, como prueba de que Trump ha convencido finalmente a Pekín para controlar a Kim Jong-un mediante el endurecimiento radical de las sanciones.

Sin embargo, Delury señala que no hay indicios para afirmar que Xi está dispuesto a hacer algo más que “aumentar algunas sanciones aquí y allá”. “The Global Times puede escribir todos los editoriales que quiera pero la estrategia de China en este asunto es coherente”. El mensaje de Pekín a Trump está más claro que el agua: “Cálmate”.

De hecho, Delury afirma que la retórica amenazante de Trump y el uso errático de la fuerza simplemente va a fortalecer la determinación de Kim para desarrollar una efectiva disuasión nuclear que pueda salvarle del destino de Sadam Husein y Muamar Gadafi.

“Realmente es seguirle el juego a Pyongyang. Es una pérdida de tiempo y la administración Trump debería avanzar hacia una vía más prometedora para resolver el problema... dado que ellos no tienen nada que perder y nosotros mucho, ellos ganan todos los juegos del gallina”, [un juego en el que los participantes van a chocar frontalmente y el primero en salirse de su trayectoria pierde] señala.

Leonid Petrov, especialista en Corea del Norte en la Universidad Nacional de Australia, señala que, con su último lanzamiento, “el mensaje de Corea del Norte es que, a pesar de la postura estadounidense, no van a abandonar su programa de misiles”.

Petrov afirma que no le sorprende que Kim Jong-un haya preferido no conmemorar el 105 aniversario del nacimiento del fundador de Corea del Norte, su abuelo Kim Il-sung, con una sexta prueba nuclear. “Dado el daño físico que podría causar en los alrededores, hubiese sido extraño que un nieto leal y filial ordenase un test nuclear en un día tan feliz”, explica.

Pero cuando llegue esa prueba será el día del juicio final para la estrategia agresiva de Trump con Corea del Norte. “Si EEUU responde con un ataque, ello confirmaría las afirmaciones de Kim de que está rodeado de fuerzas hostiles que están decididas a llevar a cabo un ataque preventivo”, indica Petrov.

“El momento de la verdad para EEUU será si ataca [como respuesta a una prueba nuclear] y provoca una reactivación de la Guerra de Corea a costa de la seguridad surcoreana o si, por el contrario, se retira y traiciona su debilidad”, explica Petrov. “¿Qué haría Estados Unidos: retirarse, merodear o atacar?”, se pregunta el especialista. “La pelota está en el tejado estadounidense”.

Traducido por Javier Biosca Azcoiti