La salud del preso político más famoso de China, el activista por la democracia y ganador del premio Nobel Liu Xiaobo, ha empeorado, según han informado amigos de la familia y medios locales.
Liu, de 61 años, fue encarcelado en 2009 por supuestamente intentar derrocar el régimen chino de partido único. Tras ser diagnosticado un cáncer de hígado terminal, el mes pasado China le concedió la libertad condicional por razones médicas.
El escritor disidente ha estado recibiendo tratamiento en un hospital en la ciudad de Shenyang, al noreste del país, donde, de acuerdo con una información de The Wall Street Journal, se le ha separado del resto de pacientes y está custodiado por agentes de paisano de la policía paramilitar china.
Ye Du, una poeta disidente amiga de la familia, ha publicado este jueves en Twitter que la enfermedad de Liu ha empeorado y que se ha comunicado a los familiares que al disidente no le queda mucho tiempo de vida.
Citando a personal médico y a otro amigo de la familia, el canal de Hong Kong RTHK ha informado que los doctores han dejado de dar la medicación a Liu porque está demasiado débil para soportar el tratamiento. Tampoco es capaz de comer. Yang Jianli, el amigo citado, ha afirmado a RTHK que Liu ha desarrollado un problema de riñón como resultado de la acumulación de fluidos en su abdomen.
Una fotografía que ha circulado este jueves entre amigos y activistas muestra a un Liu demacrado de pie junto a su esposa, la escritora Liu Xia.
La deteriorada salud de Liu ha angustiado a sus amigos y a sus admiradores. “Como alguien que tuvo la oportunidad de hablar con él en el pasado, realmente me siento desconsolado por cómo se le ha tratado”, ha señalado Patrick Poon, activista de Amnistía Internacional radicado en Hong Kong.
Para el Gobierno chino, este caso, que salió a la luz en la víspera de la cumbre del G20 de Hamburgo, supone un desastre en materia de imagen. El presidente chino, Xi Jinping, esperaba usar los dos días de cumbre para fomentar la estrategia del Estado chino para intentar ser percibido como una potencia responsable y con visión de futuro. El Estado ahora se enfrenta a la vergüenza internacional y a las críticas sobre el trato dado al pemio Nobel de la Paz de 2010.
The Global Times, un periódico oficial que utiliza la descripción de Liu del Partido Comunista como un “criminal sentenciado”, en lugar de prisionero político, ha hecho hincapié en los actuales esfuerzos del Gobierno chino en su tratamiento. “Un equipo de expertos médicos de todas partes de China y presidido por un reconocido cirujano de Pekín ha llegado a Shenyang para ayudar a tratar a Liu Xiaobo”, ha informado el periódico este jueves.
Activistas y críticos con el régimen califican tales informaciones como una cortina de humo que pretende esconder la persecución de Pekín a Liu y a su familia.
Poon, el activista de Amnistía Internacional, afirma que Pekín está intentando cambiar el foco de atención al tratamiento médico que está recibiendo Liu con el objetivo de eludir responsabilidades por el tratamiento a “sangre fría” del activista defensor de la democracia.
Pekín ha rechazado en varias ocasiones las peticiones para tratar a Liu en el extranjero, recuerda Poon. “Simplemente ignoraron la humilde petición de Liu: vivir sus últimos días dignamente”, afirma. “Ahora le perderemos en cualquier momento”.
Traducido por Javier Biosca Azcoiti