Khodorkovsky, oligarca ruso exiliado, cree que nada le salvaría de un ataque ordenado desde Moscú

Amelia Gentleman

El oligarca ruso en el exilio Mikhail Khodorkovsky ha anunciado que ha tomado la decisión de no contratar un servicio de seguridad en Londres a pesar de la creciente inquietud de la diáspora rusa. Es consciente de que si el presidente de su país lo quiere muerto, “ninguna medida de seguridad podrá evitarlo”.

En su opinión, el ataque contra Sergei Skripal es un ejemplo evidente de represalia de la agencia de seguridad rusa contra un desertor. También ha indicado que no importan las medidas de seguridad que contraten los exiliados económicos y políticos rusos que viven en el Reino Unido. Está convencido de que la muerte del exejecutivo de Aeroflot Nikolai Glushkov no guarda ninguna conexión con el envenenamiento de Salisbury.

“Durante la era soviética desertaron pocos miembros de los servicios de seguridad y más tarde esta cifra empezó a aumentar. Ahora están matando a esos desertores. El mensaje es obvio: no puedes escapar de la agencia de seguridad”, indica.

Khodorkovsky, que era el propietario de la compañía petrolera más importante de Rusia, Yukos, y el hombre más rico del país, pasó diez años en la cárcel por fraude y malversación de fondos; unos cargos que tenían una motivación política, según muchos analistas. En 2013 salió de la prisión después de que Putin firmara un decreto y lo indultara en un gesto que tenía por objetivo mejorar la imagen del país antes de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014.

“Soy un conocido enemigo político de Putin y me detesta profundamente pero mi caso es diferente” [al de Sergei Skripal], indicó durante un almuerzo con la prensa en la sede londinense de la Fundación Open Russia, una organización que promueve la democracia y que fundó tras salir de la cárcel.

Se enteró de forma “semioficial” que su nombre formaba parte de una lista negra del Kremlin, junto al de Boris Nemtsov, el dirigente de la oposición asesinado en 2015. “Cuando Nemtsov fue asesinado me preocupé más que ahora, pero tras su muerte y el escándalo que causó esa lista fue anulada”, explica.

¿Putin o su Gobierno?

Muestra su inquietud por el hecho de que los políticos británicos no estén tratando el ataque contra Skripal como un acto criminal perpetrado por el entorno corrupto de Putin y lo consideren un acto auspiciado por el Gobierno ruso.

“El Gobierno ruso no tiene nada que ver con este ataque. Está integrado por funcionarios, que hacen los típicos trabajos burocráticos, y solo se les puede acusar de aceptar sobornos de vez en cuando”, afirma: “Hay una diferencia evidente entre lo que es el Gobierno y el entorno de Putin. Y este ataque es obra del entorno de Putin. Habida cuenta de que esto no tiene nada que ver con Rusia o el gobierno ruso sino con una organización criminal del círculo del presidente, se debe abordar este ataque con los mismos métodos que se utilizan para luchar contra las bandas criminales”.

Según él, el gobierno de Reino Unido debe asumir que está lidiando con “un grupo criminal organizado” y que lo primero que debe hacer es descubrir quiénes son los integrantes de este grupo e ir contra ellos. “Cuentan con muchos mecanismos a su disposición para luchar contra el dinero negro y los políticos corruptos. Todo esto debe ser investigado. Lo que no debes hacer es acusar a 146 millones de personas” [a Rusia como país], señala.

Cuando los periodistas le han preguntado si cree que el ataque de Salisbury se había programado deliberadamente para influir en la opinión pública rusa antes de las elecciones presidenciales del pasado domingo, que dieron a Putin el 76% de los votos, Khodorkovsky indicó que no está seguro. “No debe magnificarse la importancia que ha tenido este ataque para el electorado ruso. Nadie en Rusia, salvo un reducido círculo de personas de los servicios especiales, tiene ni idea de quién es Skripal. Para la mayoría de los ciudadanos se trata de una situación en la que el Reino Unido está amenazando a Rusia, eso es todo”, puntualiza.

Ha tenido que convertirse en un experto en agentes nerviosos después de que se sospechara en dos ocasiones que su mano derecha en la Fundación Open Russia, Vladimir Kara-Murza, había sido envenenado con sustancias desconocidas: “Hablamos con doctores rusos, británicos, estadounidenses e israelíes y todos coincidieron en afirmar que se trataba de un cóctel de muchas sustancias que solo podrían haber sido detectadas en las primeras horas posteriores al envenenamiento”, explica. Señala que la decisión de utilizar el agente nervioso Novichok contra Skripal, que puede ser detectado durante más tiempo, tiene dos interpretaciones posibles; el deseo de mandar un mensaje claro o simple estupidez.

Traducido por Emma Reverter