La ex presidenta demócrata de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, que se considera una de las legisladoras cuya opinión más le importa a Joe Biden, ha concedido esta mañana una entrevista a la cadena MSNBC en la que ha dado a entender que el futuro del presidente aún no está decidido.
Aunque Biden insiste en que no tiene intención de suspender su campaña de reelección a pesar de las preocupaciones por su actuación en el primer debate contra Donald Trump, Pelosi dijo: “Es el presidente quien debe decidir si se presenta”.
Cuando el entrevistador señaló que Biden ya ha tomado esa decisión, Pelosi dijo: “Quiero que haga lo que decida hacer”.
“Le corresponde al presidente decidir si va a postularse. Todos le estamos animando a que tome esa decisión, porque el tiempo apremia”, indicó en declaraciones al programa 'Morning Joe' de la cadena MSNBC.
La legisladora de California, de 84 años, es hasta ahora el cargo de mayor peso del partido que le pide sopesar si sigue en la contienda electoral frente al expresidente republicano Donald Trump (2017-2021), que ha ganado fuerza tras el debate electoral del 27 de junio.
Pelosi destacó que Biden es respetado dentro del partido, pero subrayó que la gente quiere que tome una decisión, un mensaje que contrasta con el apoyo explícito que dio ayer una parte importante del liderazgo demócrata en el Capitolio.
La expresidenta de la Cámara de Representantes pareció obviar que el líder demócrata ha subrayado en los últimos días no solo que no prevé retirar su candidatura, sino que en su opinión es el mejor posicionado para vencer a Trump.
“Quiero que haga lo que él decida hacer. Sea lo que sea lo que decida, vamos con eso”, apuntó Pelosi, dejando caer que se deje primero tiempo a Biden para encargarse de la cumbre de la OTAN, que se celebra desde este martes y hasta el jueves en Washington y en la que el presidente es el anfitrión.
Un senador demócrata ha pronosticado que Donald Trump derrotará a Joe Biden en una “victoria aplastante”, mientras Pelosi ha dicho que corresponde a Biden “decidir si se presenta”, en unas declaraciones que intensificarán la presión sobre el presidente para que reconsidere su determinación de seguir en la carrera.
En una entrevista con la CNN, Michael Bennet, de Colorado, dijo que creía que Biden ya no podía ganar las elecciones de noviembre y afirmó que su campaña necesitaba evaluar la decisión de si da un paso al lado en términos “morales”, basándose en la importancia de salvar al país de la “tragedia estadounidense” de una segunda presidencia de Trump.
“Esta carrera está en una trayectoria que es muy preocupante si te importa el futuro de este país”, dijo Bennet a Kaitlan Collins de CNN. “Donald Trump está en camino, creo, de ganar estas elecciones y tal vez ganarlas por goleada, y llevarse con él el Senado y la Cámara de Representantes. No es una cuestión de política, es una cuestión moral sobre el futuro de nuestro país.”
Los comentarios de Bennet y Pelosi se producen después de un almuerzo de trabajo de la bancada demócrata del Senado en el que Bennet y otros dos senadores, Sherrod Brown, de Ohio, y Jon Tester, de Montana, dijeron al parecer que creían que Biden ya no estaba en condiciones de ganar tras el fracaso del debate del 27 de junio, en el que pareció repetidamente confuso, perdió el hilo y no supo contrarrestar una retahíla de mentiras de Trump.
Aunque ningún senador ha pedido explícitamente a Biden que se aparte -en contraste con siete miembros de la Cámara de Representantes que le han pedido que abandone su candidatura a la reelección-, las consecuencias del debate han sumido a los demócratas en una parálisis cuando la campaña se acerca a una fase clave.
Biden se ha negado rotundamente a ceder a las presiones para que se retire, escribiendo en masa al contingente del partido en el Congreso para insistir en que está ahí para quedarse y lanzando el guante a los escépticos para que le desafíen en la convención del mes que viene en Chicago.
Bennet, aunque no llegó a pedir a Biden que se retirara, dijo que esa postura desafiante era impropia del momento, aunque expresó su empatía por la posición de un presidente que ha servido a su partido y a su país durante más de medio siglo.
“Estoy seguro de que el presidente Biden tiene una visión de sus perspectivas en estas elecciones diferente a la mía, pero deberíamos tener un debate”, dijo. “La Casa Blanca, en el tiempo transcurrido desde aquel desastroso debate, no ha hecho nada para demostrar realmente que tiene un plan para ganar”.
“No he visto nada que se acerque remotamente al tipo de plan que necesitamos ver fuera de la Casa Blanca que pueda demostrar que realmente puede vencer a Donald Trump, que no va a ser sobre los logros que todos tuvimos, ya sabes, hace tres y cuatro años. Esto es algo que el presidente debe considerar”.
Los comentarios de Bennet se produjeron tras una reunión de los demócratas de la Cámara de Representantes celebrada este martes, en la que no se produjo la esperada oleada de peticiones para que Biden se echara a un lado, sino que algunos miembros previamente escépticos se echaron atrás ante su determinación de continuar. Sin embargo, el descontento entre los miembros de la Cámara continúa.
El propio presidente celebró el martes por la noche una reunión virtual desde la Casa Blanca con unos 200 alcaldes demócratas en la que reafirmó su determinación de permanecer y, al parecer, se ganó su apoyo.
La reunión, de 40 minutos de duración, consistió en que Biden hablara durante los primeros 20 minutos y respondiera sólo a tres preguntas -elegidas por una moderadora, Kate Gallego, alcaldesa de Phoenix-, informó el New York Times.
Los participantes no podían ver quién más estaba en la llamada ni añadir comentarios en una pantalla de chat, pero pudieron mostrar sus sentimientos añadiendo emojis, y muchos aportaron caritas sonrientes en respuesta a las palabras de Biden.
Al parecer, el Presidente calificó el debate de “pésima noche”. Prometió dar prioridad a la construcción de viviendas en su segundo mandato y advirtió a los alcaldes sobre las consecuencias de otra presidencia de Trump, centrándose en la promesa del expresidente de ser un dictador “solo el primer día” y haciendo hincapié en el proyecto de gobierno de derechas Project 2025, del que Trump ha renegado recientemente, aunque de forma poco convincente.