En un movimiento dirigido a poner freno a las políticas que afectan a la población afroamericana, la ciudad de Nueva York ha aprobado una nueva normativa que centra sus esfuerzos en detener la discriminación en base a los peinados utilizados.
La comisión de Derechos Humanos del Ayuntamiento de Nueva York publicó la nueva reglamentación el pasado lunes. Supuestamente, es la primera ciudad que toma una medida de este tipo en Estados Unidos, donde, a partir de ahora, los afroamericanos neoyorquinos estarán amparados legalmente para llevar peinado afro, trenzas africanas, rastas, trenzas twist, nudos Bantu y otros estilos.
El objetivo es impedir que las empresas y escuelas puedan prohibir peinados como estos. En diciembre, Andrew Johnson, un luchador de una liga estudiantil de Nueva Jersey se vio obligado a cortarse el cabello antes de participar en una competición, un incidente que desató la polémica en el país. “O un corte in situ o la penalización. Johnson eligió el corte, y aun así ganó la competición”, describe en Twitter un reportero de deportes de la cadena estadounidense SNJ Today.
“Las prohibiciones y restricciones de peinados asociados con la población afroamericana a menudo se basan en patrones de apariencia blancos y perpetúan el estereotipo racista de que los peinados afros son poco profesionales”, asevera la comisión en las nuevas directrices.
“Existe una noción muy expandida y fundamentalmente racista de que los peinados asociados con la población negra no son adecuados para entornos formales, que pueden ser poco higiénicos, desarreglados, alborotadores o descuidados”, añade. En 2016, un tribunal federal emitió un dictamen a favor de una empresa de Alabama para que le retirara la oferta de trabajo a una mujer que se negó a cortarse las rastas.
En 2017, en una línea similar, las Fuerzas Armadas estadounidenses derogaron una normativa que prohibía que las mujeres en servicio llevaran trenzas.
Por su parte, la comisión de Nueva York adopta medidas contra la discriminación a toda la ciudad e incluye multas para las empresas o propietarios que se nieguen a referirse a una persona transgénero según el género de su elección, por ejemplo.
La normativa en cuestión se dirige a todos los peinados asociados con la identidad racial, étnica o cultural de una persona, pero aclara explícitamente que se protege el derecho de la población afroamericana de mantener su cabello natural. Las violaciones a la nueva ley se considerarán actos de discriminación racial y las empresas se enfrentarán a multas de hasta 222.000 euros por las infracciones que se consideren maliciosas.
También establece que no se podrá exigir a los empleados que se alisen el cabello ni se podrá prohibir que alguien lleve el cabello más largo que un número determinado de centímetros, ya que eso permitiría penalizar los peinados afros. Además, las empresas no podrán discriminar a potenciales clientes. Por ejemplo, un club nocturno no podrá imponer un código de vestimenta que excluya ciertos peinados.
La nueva ley de Nueva York no afecta a las normativas que obligan a los trabajadores a llevar una redecilla o recogerse el cabello por razones de sanidad o seguridad.
La presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, Carmelyn Malalis, publicó en Twitter una foto de Barack Obama agachándose para que un niño negro le toque el pelo. “El pelo es parte de ti”, escribió. “La discriminación racial basada en el cabello ya es ilegal en Nueva York”.