El Tribunal Superior británico dictaminó este jueves que la primera ministra, Theresa May, debe recibir autorización del Parlamento antes de activar el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que da inicio al Brexit y al periodo de dos años de negociaciones para salir de la Unión Europea. Se prevé que el Gobierno recurra este dictamen desfavorable ante el Tribunal Supremo, la máxima instancia judicial del Reino Unido. Un panel de expertos de The Guardian analiza la decisión.
Jonathan Freedland
La mayoría de la Cámara de los Comunes lo hace posible
Sin duda alguna, los que más deberían celebrar el dictamen del Tribunal Superior del Reino Unido son los que han defendido a capa y espada la soberanía del Parlamento. Los jueces han escuchado sus súplicas y han otorgado un poder supremo al Parlamento. Michael Gove, lo puedes celebrar: tu insistencia para que Westminster fuera el que tomara la decisión definitiva en torno a nuestros asuntos nacionales ya ha quedado refrendada por un dictamen judicial. Dejemos que todos los que durante toda la primavera propagaron a los cuatro vientos la gloria de Inglaterra y la presentaron como la madre de todos los parlamentos, puedan ahora celebrar su victoria.
Solo que no lo harán. Todos los que hicieron campaña a favor de la salida de la Unión Europea para que Westminster recuperara el poder que le había arrebatado Bruselas desaparecieron de escena cuando afloró la pregunta que ahora ha motivado una decisión judicial: ¿quién tiene competencias para activar el artículo 50 del tratado de la Unión Europea? De repente, decidieron que el Parlamento no era una institución tan sagrada o fundamental y que a veces es mejor que sean los ministros los que decidan. Ahora los jueces han decidido terminar con tanta hipocresía. Han decidido que los partidarios del Brexit tendrán que acatar su propia lógica y reconocer el poder del Parlamento.
¿Esto quiere decir, como Nigel Farage asegura temer, que pronto veremos una traición y que el Parlamento podría optar por un Brexit a medio gas, como lo llama el exlíder de UKIP o que incluso podría revertir la decisión de salir de la UE?
Existe esta posibilidad, ya que los partidarios de permanecer en la UE siguen siendo mayoría en la Cámara de los Comunes, cuando sumas no solo a los miembros del Partido Laborista, el Partido Nacionalista Escocés y los demócratas liberales sino también los 185 miembros del Partido Conservador que querían permanecer en la UE. Si permanecen unidos y vuelven a votar lo mismo que votaron el pasado 23 de junio, pueden acabar con el Brexit mañana mismo.
Lo cierto es que no lo harán. Para muchos, ir en contra de la decisión que los ciudadanos reflejaron en el referéndum sería una ofensa constitucional. Para otros, el miedo es de índole práctica: no quieren ir en contra de la voluntad de sus propios votantes, ya que temen perder sus cargos.
Sus miedos solo se harán realidad si Theresa May les obliga a tomar una decisión y se ven obligados a pronunciarse sobre si activan el artículo 50 del Tratado de Lisboa o no lo hacen. Si la decisión que deben tomar admite más opciones, entonces los parlamentarios que no son partidarios de una salida de la UE tienen más margen de acción. Podrían argumentar que, aunque los ciudadanos votaron a favor de una salida de la UE, no votaron a favor de salir de este modo. Con ello, la mayoría restante del Parlamento podría hacer que la salida de la UE fuera más lenta y menos brusca.
Hay otros dos factores que podrían ser decisivos: la cohesión del Partido Laborista es importante. Si el partido consigue permanecer unido y hablar con una sola voz para pedir que el Reino Unido permanezca en el mercado común, tendrá más fuerza que ahora.
Sus primeras reacciones no fueron en esta dirección. Recordemos que el primer político que pidió que se activara de inmediato el artículo 50 fue Jeremy Corbyn, pocas horas después de conocerse el resultado del referéndum. Sin embargo, Keir Starmer y otros políticos han avanzado en la dirección correcta: el Partido Laborista debe criticar contundentemente y con una sola voz, una salida brusca y precipitada de la UE.
Otro factor a tener en cuenta es que el parlamento no es solo la Cámara de los Comunes. La Cámara de los Lores también deberá pronunciarse. El hecho de que unas personas que no han sido elegidas por el pueblo intentaran revertir una decisión que es fruto de la voluntad del pueblo se vería como un insulto a la democracia. Aunque lo cierto es que Gove, Hannan y todos los demás tendrían poco que decir. Los lores integran el Parlamento desde la antigüedad. Y el parlamento, como ellos han repetido hasta la saciedad, es soberano.
Tim Farron
Los ciudadanos deben opinar sobre cómo se activa la salida de la UE
Habida cuenta del compromiso que siempre ha mostrado el Partido Conservador con el principio de democracia representativa, resulta decepcionante que haya tenido que ser el Tribunal Superior de Reino Unido el que se haya pronunciado a favor de que sea el Parlamento el que active el artículo 50. Irónicamente, el hecho de que los representantes elegidos por el pueblo no puedan opinar sobre la negociación en torno a la salida de la UE va en contra de los principios que David Davis, Boris Johnson y Liam Fox aseguran defender. Con un poco de suerte, la decisión del Tribunal Superior corregirá la actitud caótica que el gobierno ha mostrado hasta la fecha.
Ahora es crucial que el Parlamento trabaje de forma constructiva para negociar las mejores condiciones posibles para una salida de la UE. Teniendo en cuenta que una vez que el artículo 50 sea activado el Reino Unido dispondrá de tan solo dos años para materializar su salida, es fundamental que el Gobierno explique al Parlamento los términos de la salida, antes de que este tenga que votar. Hasta ahora el equipo de May ha divagado y no ha marcado prioridades, y ya viene siendo hora de que se tomen este asunto en serio.
Por último, los ciudadanos votaron a favor de irse pero nunca votaron un destino. Es por este motivo que es imprescindible que cuando se tengan las condiciones de la salida puedan volver a pronunciarse y que tengan la posibilidad de retractarse si una salida precipitada pone en riesgo la economía y sus puestos de trabajo.
David Lammy
Esto es lo que significa recuperar el control del país
La decisión del Tribunal Superior es una victoria para la democracia parlamentaria. Esto es lo que significa recuperar el control y la soberanía de un país. Esta decisión responde a nuestros principios constitucionales y a nuestra soberanía parlamentaria.
No tiene nada que ver con permanecer o salir de la UE. Lo que estamos debatiendo es si el Parlamento es soberano. Y es por esta simple razón que la decisión es la correcta.
En 1689 redactamos la Carta de Derechos, que dio un mayor poder al Parlamento en detrimento del monarca y del poder ejecutivo. Los partidarios de salir de la UE afirmaron que lo hacían para que el Parlamento pudiera recuperar unas competencias que ahora están en manos de Bruselas, así que sería completamente inconcebible que el Poder Ejecutivo se excediera en sus competencias y activara el artículo 50 del Tratado sin que el parlamento pudiera supervisar esta decisión o aprobarla.
El Parlamento autorizó que se pudiera celebrar un referéndum no vinculante, así que ahora es importante que el gobierno mantenga al Parlamento informado sobre la negociación en torno a una posible salida de la UE para que los parlamentarios puedan estudiar los términos y condiciones antes de decidir si activan el artículo 50 y empieza el proceso de salida de Europa.
Traducido por Emma Reverter