El presidente de Corea del Sur, el conservador Yoon Suk-yeol, se enfrenta a un clamor para que dimita inmediatamente o pase por proceso de destitución, después de que su breve intento de imponer la ley marcial desencadenara protestas en el país y condenas políticas en todo el mundo.
El Partido Democrático, el principal de la oposición, de tendencia liberal, había pedido este miércoles a Yoon que dimitiera inmediatamente o, de lo contrario, amenazaban con tomar medidas para destituirlo. Posteriormente, todos los partidos de la oposición surcoreana han anunciado que han presentado una moción de forma urgente para destituir al presidente.
Si sale adelante la moción, el primer ministro Han Duck-soo asumiría la jefatura de Estado y Gobierno de manera interina mientras Yoon aguarda a que el Tribunal Constitucional –que tiene un plazo máximo de 180 días tras la destitución parlamentaria para pronunciarse– decida si el mandatario vulneró la Carta Magna al aprobar la ley de emergencia.
La moción ha sido anunciada ante los medios en la Asamblea Nacional por los 192 diputados que suman los seis partidos de la oposición, los cuales tienen mayoría en la cámara de 300 escaños. Sus impulsores han señalado que prevén votar la propuesta el viernes 6 o el sábado 7 de diciembre, dentro del plazo de 72 horas que fija la ley. Para aprobarla serán necesarios los apoyos de al menos 200 de los legisladores.
El Partido Democrático y otras fuerzas sumaron 190 votos este martes para revocar la ley marcial, unas horas después de que fuera decretada por el presidente, con lo que solo necesitarían en torno a una decena de votos más para suspender de sus funciones al mandatario, según la Agencia EFE. Se necesitan dos terceras partes de los 300 escaños de la Asamblea para expulsar al presidente.
“La declaración de ley marcial del presidente Yoon Suk-yeol fue una clara violación de la Constitución. No cumplió ningún requisito para declararla”, ha denunciado el Partido Democrático en un comunicado: “Su declaración de la ley marcial fue originalmente inválida y una grave violación de la Constitución. Supuso un grave acto de rebelión y da motivos para su destitución”.
Los diputados del principal partido opositor saltaron vallas y se enfrentaron a las fuerzas de seguridad para poder votar a favor de la derogación de la ley en la Asamblea Popular.
Yoon dio marcha atrás en la ley marcial a primera hora del miércoles, después de que los diputados votaran en contra de la declaración que había hecho el martes por la noche con la excusa de la amenaza de “fuerzas norcoreanas” y “antiestatales”.
“Hace un momento, la Asamblea Nacional ha pedido que se levante el estado de emergencia y hemos retirado a los militares desplegados para la aplicación de la ley marcial”, ha anunciado Yoon en un discurso televisado sobre las 4:30 de la madrugada, hora local (20:30 hora peninsular española del martes). Desde entonces, no ha vuelto a aparecer en público.
Su Gobierno ha aceptado la petición de la Asamblea Nacional y ha dado instrucciones para levantar la orden. El giro de 180 grados ha provocado el júbilo de los manifestantes que, a pesar de las gélidas temperaturas, habían permanecido en vigilia durante toda la noche desafiando la orden de Yoon. Los manifestantes que ondeaban banderas surcoreanas y coreaban “cárcel para Yoon Suk Yeol” frente a la Asamblea Nacional han estallado en vítores, según relata EFE.
Este miércoles, el ministro de Defensa surcoreano, Kim Yong-hyun ha presentado su dimisión tras la debacle de Yoon y la presión para que su Gobierno también caiga junto a él. Kim se ha mostrado dispuesto a “asumir la responsabilidad por todos los asuntos relacionados con la ley marcial”, a través de un comunicado publicado por el Estado Mayor Conjunto (JCS) surcoreano y citado por EFE. El asesor de Seguridad Nacional de Yoon (y extitular de Defensa), Shin Won-sik, que también ha puesto su cargo a disposición del presidente junto a otra media docena de consejeros.
La mayor crisis política en medio siglo
La sorprendente decisión de Yoon de imponer la primera ley marcial de Corea del Sur en más de cuatro décadas sumió al país en la mayor agitación de su historia democrática moderna y cogió desprevenidos a sus aliados más cercanos en todo el mundo.
Estados Unidos, que tiene casi 30.000 soldados en Corea del Sur a raíz del enfrentamiento con Corea del Norte, expresó inicialmente su profunda preocupación por la declaración y luego su alivio por el levantamiento de la ley marcial.
Los acontecimientos han puesto en serio peligro el futuro de Yoon, un político conservador y exfiscal estrella que fue elegido presidente en 2022.
El mayor sindicato del país también ha convocado una “huelga general indefinida” hasta que Yoon dimita. Por su parte, el líder del partido gobernante, Poder Popular, Han Dong-hoon, ha calificado de “trágico” el intento de Yoon y ha pedido responsabilidades a los implicados.
Si la Asamblea Nacional vota a favor de la destitución de Yoon, la decisión deberá ser respaldada por al menos seis de los nueve jueces del Tribunal Constitucional. Si es destituido, Yoon se convertiría en el segundo presidente surcoreano que corre esa suerte desde que el país es una democracia.
La anterior fue Park Geun-hye, también conservadora y destituida en 2017. Durante su mandato, algunos sectores militares conservadores mostraron su tendencia de hacer uso de las leyes de emergencia nacional o planificar su posible implementación. Irónicamente, Yoon, entonces fiscal general, dirigió el caso de corrupción que precipitó la caída de Park.
En las calles de Seúl el miércoles por la mañana se respiraba desconcierto, mientras periódicos de todo el espectro político publicaban mordaces editoriales sobre las acciones de Yoon.
El periódico conservador e influyente Chosun Ilbo publica un mordaz editorial en el que afirma que la declaración de ley marcial de Yoon “cruzó gravemente la línea” de los límites políticos aceptables y le exige responsabilidades. El editorial afirma que no se había cumplido los requisitos legales y lo califica de “vergüenza nacional”.
Por su parte, el editorial del progresista Hankyoreh considera que la declaración de la ley marcial fue una “traición al pueblo”, expresando su incredulidad ante el hecho de que en la Corea del Sur del siglo XXI un presidente electo pudiera utilizar la misma justificación (“fuerzas antiestatales que planean una insurrección”) que la Junta Militar de hace 45 años. Yoon ha “perdido el mínimo juicio y racionalidad exigibles a un jefe de Estado”, agrega el medio.
Yoon intentó dar una serie de razones para justificar la ley marcial, la primera de Corea del Sur en más de 40 años. “Para salvaguardar una Corea del Sur liberal de las amenazas de las fuerzas comunistas norcoreanas y eliminar los elementos antiestatales que saquean la libertad y la felicidad del pueblo, declaro la ley marcial de emergencia”, dijo anoche en un discurso televisado.
Yoon no dio más detalles sobre las amenazas del Norte, pero el Sur sigue técnicamente en guerra con Piongyang, que posee armas nucleares. “Nuestra Asamblea Nacional se ha convertido en un refugio para criminales, una guarida de la dictadura legislativa que pretende paralizar los sistemas judicial y administrativo y anular nuestro orden democrático liberal”.
El presidente calificó al principal partido de la oposición de “fuerzas antiestatales que pretenden derrocar el régimen”. Yoon y su partido, Poder Popular, también están enfrentados con la oposición por los Presupuestos para el año que viene. La semana pasada, los diputados de la oposición aprobaron en una comisión parlamentaria un plan presupuestario considerablemente reducido.
Además, el lunes, el Partido Democrático también había logrado presentar mociones para destituir a miembros de la Fiscalía General surcoreana por no enjuiciar a la primera dama, Kim Keon-hee, pese a las sospechas de que manipuló activos bursátiles hace más de diez años, así como al máximo responsable del órgano auditor de las cuentas estatales, Choe Jae-hae, por su negativa a facilitar documentos sobre el polémico y millonario traslado de la Oficina Presidencial en 2022.
Yoon decretó la ley marcial de emergencia después de que su índice de aprobación cayera al 19% en la última encuesta de Gallup de la semana pasada, con muchos ciudadanos expresando su descontento por su gestión de la economía y las controversias que implican a su esposa.
Corea del Sur es un importante aliado de Estados Unidos en Asia, pero Washington ha asegurado que no había sido advertido con antelación del plan de Yoon de imponer la ley marcial. “Nos alivia que el presidente Yoon haya dado marcha atrás en su preocupante declaración de ley marcial y haya respetado el voto de la Asamblea Nacional”, ha declarado en un comunicado un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
Por su parte, la Unión Europea ha celebrado “con satisfacción el levantamiento de la ley marcial de emergencia tras la votación de la Asamblea Nacional para rechazarla”, según un comunicado el Servicio de Acción Exterior de la UE citado por EFE. La diplomacia comunitaria ha señalado también la “estrecha asociación estratégica” de la UE “con la República de Corea, basada en intereses comunes y en los valores compartidos de democracia, derechos humanos y el estado de derecho”.
También desde la OTAN, su secretario general, Mark Rutte, ha dicho que el levantamiento de la ley marcial muestra “el compromiso actual de Corea del Sur con el Estado de derecho”. Ha querido destacar que Seúl es “un importante socio” de la Alianza.