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The Guardian en español

Los problemas legales de Trump empeoran con la nueva demanda en Nueva York: “Está acabado”

El expresidente estadounidense Donald Trump durante un mitin de Save America en Ohio, Estados Unidos, el pasado sábado.

David Smith

Washington (Estados Unidos) —
22 de septiembre de 2022 18:18 h

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El peligro para Donald Trump por sus problemas legales se ha hecho insuperable y podría acabar con las esperanzas del expresidente de Estados Unidos de volver a ganar las elecciones, según analistas políticos y expertos legales.

Este miércoles, Trump y tres de sus hijos adultos fueron acusados de mentir a los recaudadores de impuestos, a los prestamistas y a las aseguradoras en un supuesto fraude “asombroso” que falseaba el valor de sus propiedades para enriquecerse.

La demanda civil, presentada por la fiscal general de Nueva York, llega al mismo tiempo que la investigación del FBI sobre la posesión por parte de Trump de documentos gubernamentales confidenciales en su mansión de Mar-a-Lago en Florida y mientras un gran jurado especial en Georgia estudia si él y otras personas intentaron influir sobre los trabajadores electorales del estado tras su derrota en ese territorio frente a Joe Biden.

El expresidente de Estados Unidos ha insinuado en repetidas ocasiones que tiene la intención de volver a presentarse a las elecciones presidenciales en 2024. Pero la cascada de investigaciones penales, civiles y del Congreso podría hacer descarrilar su candidatura.

“Está acabado”, dice Allan Lichtman, profesor de historia de la American University, en Washington, y cuyas predicciones electorales a la presidencia no fallan desde 1984. “Tiene demasiados lastres, demasiadas cargas para poder presentarse de nuevo, incluso suponiendo que se libre de la cárcel y de la bancarrota. Aunque no estoy seguro de que se vaya a librar de la cárcel”.

“El arte del robo”

Después de una investigación de tres años, Letitia James, la fiscal general de Nueva York, alega que Trump proporcionó declaraciones fraudulentas de su patrimonio y falsas valoraciones de activos para obtener y satisfacer préstamos, obtener beneficios de seguros y pagar menos impuestos. Sus hijos, Don Jr, Ivanka y Eric también fueron nombrados como acusados en la demanda.

En una rueda de prensa, James se refirió al título del libro publicado por Trump en 1987 sobre sus vivencias y su forma de hacer negocios, The Art of the Deal [El arte de la negociación]. “Esta investigación ha revelado que Donald Trump se involucró durante años en una conducta ilegal para inflar su patrimonio neto, para engañar a los bancos y a la gente del gran estado de Nueva York. Afirmar que se tiene un dinero que no se tiene no es el 'arte de la negociación', es el arte del robo”, dijo.

Su oficina ha solicitado que el expresidente pague al menos 250 millones de dólares en sanciones y que se prohíba a su familia dirigir negocios en el estado. James no puede presentar cargos penales contra Trump en esta investigación civil, pero ha dicho que está remitiendo las acusaciones de fraude criminal a los fiscales federales en Manhattan, así como al Servicio de Impuestos Internos.

Derrumbe del imperio

Trump ha repetido su habitual defensa de que la demanda es “otra caza de brujas” contra él y ha vuelto a referirse a James, que es afroamericana, como racista, a través de su plataforma Truth Social, calificándola de “un fraude que hizo campaña con un programa bajo el lema de 'atrapar a Trump' a pesar de que la ciudad es uno de los núcleos mundiales de crímenes y asesinatos bajo su mirada!”.

Pero los críticos sostienen que la demanda golpea en el corazón de la imagen de Trump como un exitoso promotor inmobiliario que ha ganado miles de millones, que ha sido anfitrión del reality show 'The Apprentice' y que ha prometido aplicar esa visión de negocios a la presidencia.

Laurence Tribe, profesor de derecho constitucional de la Universidad de Harvard, dice que el componente civil “implica cosas de especial importancia para Trump, su familia y su organización, principalmente su capacidad para defraudar a los ciudadanos, para defraudar a los bancos, para defraudar a las compañías de seguros y para seguir subsistiendo mediante la corrupción. Sin toda esa corrupción, todo el imperio de Trump está envuelto en algo parecido a un derrumbe”.

“A Trump probablemente le preocupan más las cosas de este tipo que tener que ponerse un mono naranja y tal vez responder a una acusación penal... Como cuestión práctica, esto probablemente le va a causar más noches de insomnio al señor Trump que casi cualquier otra cosa”, añade.

Más investigaciones

Ningún expresidente anterior se ha enfrentado a tantas y tan graves investigaciones. El mes pasado, agentes del FBI registraron Mar-a-Lago e incautaron documentos oficiales marcados como alto secreto, secreto y confidencial. Trump se enfrenta a una posible acusación por violar la Ley de Espionaje, por obstruir una investigación federal y por manejar indebidamente registros gubernamentales sensibles.

Como tantas veces a lo largo de su carrera empresarial, Trump ha tratado de obstaculizar el engranaje legal. Ganó tiempo convenciendo a un tribunal para que nombrara a un juez, Raymond Dearie, como perito independiente para revisar los documentos. Pero hasta ahora Dearie parece estar lejos de ser un hombre que diga a todo que sí.

El expresidente también se enfrenta a una investigación de un gran jurado estatal en Georgia sobre los intentos de revertir el resultado electoral de ese estado en 2020.

El Departamento de Justicia está investigando su papel en el asalto al Capitolio de Estados Unidos por parte de una turba de sus partidarios que pretendían impedir la certificación de la victoria electoral de Biden. Su labor se ha visto impulsada por la investigación paralela de un comité de la Cámara de Representantes cuyas audiencias se reanudarán la próxima semana.

Además, la Organización Trump –que gestiona hoteles, campos de golf y otras propiedades en todo el mundo– va a ser juzgada el próximo mes en un caso penal en el que se alega que tramó la concesión de beneficios no tributados a altos cargos, incluido su antiguo jefe de finanzas Allen Weisselberg, que se llevó él solo más de 1,7 millones de dólares en bonus.

Trump, desenmascarado

Este miércoles, en un nuevo revés, posiblemente el peor día de derrotas legales de Trump, un tribunal federal de apelaciones permitió al Departamento de Justicia reanudar su revisión de los registros clasificados incautados en Mar-a-Lago como parte de su investigación criminal.

Por su parte, el expresidente insistió en que no hizo nada malo al retener los documentos. “No tiene que haber un proceso, tal y como yo lo entiendo”, dijo al presentador de Fox News Sean Hannity. “Si eres el presidente de Estados Unidos, puedes desclasificar simplemente diciendo: 'Está desclasificado'”. “Incluso pensándolo, porque lo envías a Mar-a-Lago o a donde sea que lo envíes [...] Puede haber un proceso, pero no tiene por qué haberlo”.

A pesar de todo, Trump ha estado sentando las bases para una posible campaña de regreso y ha acusado a la Administración Biden de tenerlo como objetivo para socavar sus perspectivas políticas.

A la pregunta de un locutor de radio conservador sobre qué pasaría si fuera acusado por los documentos clasificados en Mar-a-Lago, Trump respondió: “Creo que tendríamos problemas en este país como quizá nunca hemos visto antes. No creo que el pueblo de Estados Unidos lo soportara”.

Kurt Bardella, asesor del Comité Nacional Demócrata, dijo: “Si la mejor defensa que tiene para su conducta es: si me hacen responsable, habrá violencia, eso suena a alguien que no tiene nada que hacer ni en el servicio público ni fuera de la cárcel”.

Bardella expresó su esperanza de que, por fin, Trump rinda cuentas. “Todo lo relacionado con Donald Trump siempre ha tenido que ver con la estafa. Siempre ha sido sobre la estafa. Y ahora se acerca su desenmascaramiento”.

Traducido por Lara Lema

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