Ante las presiones del final de su campaña para conseguir la nominación presidencial demócrata, Bernie Sanders ha intensificado su contienda contra los líderes del Partido Demócrata, apuntando en cada intervención su lucha contra lo que él llama un “favoritismo” hacia Hillary Clinton.
Sanders se enfrentó a nuevas críticas la semana pasada, después de que sus seguidores fueran acusados de amenazar a una alto cargo del partido en la convención demócrata en Nevada durante un bronco enfrentamiento por el proceso de primarias. En una entrevista en State of the Union en la CNN, el senador atacó a su partido con un tono desafiante, asegurando que las reglas para determinar al líder demócrata eran “inaceptables”.
“La situación actual es antidemocrática y esto es insensato”, protestó Sanders, al hablar de la selección de superdelegados –autoridades del partido y militantes– que respaldaban a Clinton incluso antes de que ella tuviera contrincante“. ”Algunos de los 400 superdelegados de Hillary Clinton se sumaron a su campaña antes de que nadie más fuera anunciado“, explicó Sanders. ”Esto es favoritismo y es malo para el proceso“.
Los candidatos demócratas necesitan asegurar un total de 2.383 delegados para cerrar la nominación. Clinton encabeza la carrera con 2.293 frente a los 1.533 de Sanders, según los números que maneja Associated Press. Ella cuenta con el apoyo de 525 superdelegados y Sanders con el de 39.
El desafío matemático al que se enfrenta Sanders ha llevado a algunos demócratas a sugerir que debería retirarse de la carrera por la nominación, en lugar de arriesgarse a dañar las perspectivas de Clinton de llegar a la Casa Blanca cuando se enfrente a Donald Trump en noviembre.
Pero Sanders defiende tanto su presencia como el tono de su campaña, explicando en la entrevista que él y la anterior secretaria de Estado tienen “cuestiones legítimas” que debatir como el cambio climático, el sistema sanitario, el salario mínimo o la intervención militar“. ”Lo que estamos intentando hacer es incluir a más personas dentro del proceso político“, apunta.
Clinton utiliza un tono más conciliador
Clinton, durante un comparecencia en la NBC, optó por utilizar un tono más conciliador. Cuando le preguntaron si creía que Sanders estaba ayudando a Trump a continuar la campaña del multimillonario, contestó sin dudas: “No lo creo”. “Creo que el senador Sanders tiene todo el derecho a terminar su campaña como él quiera”.
Sin embargo, Clinton recordó que ha obtenido tres millones de votos más que Sanders, y apuntó que el senador todavía tenía que exponerse a una prueba a nivel nacional.
“Tengo que decir que no creo que nunca haya habido una publicidad negativa contra él”, dijo Clinton, rebatiendo la mayor confiabilidad que se le atribuye a Sanders en las encuestas de cara a un enfrentamiento contra Trump.
“Sabemos por lo que estamos pasando, y entendemos lo que costará ganar en otoño. Las encuestas todavía no significan nada”, aseguró Clinton. La encuesta publicada el domingo muestra a Clinton y a Trump en un empate técnico. Sanders defendió en la CNN que el magnate había conseguido esos apoyos con campañas “muy desagradables, muy despiadadas”.
“No estoy diciendo que ella no pueda ganarle a Donald Trump... Creo que hay posibilidades de que pueda hacerlo”, aseguró Sanders. “Pero yo soy un candidato más fuerte porque nosotros apelamos a los independientes. A la gente a la que no le gusta ni el Partido Demócrata ni el Republicano, a menudo por muy buenas razones”.
Sanders también respondió a Debbie Wasserman Schultz, la jefa del comité nacional demócrata con la que ha mantenido discusiones a pesar de que ella asegura que se mantiene neutral en el proceso de primarias. A principios de esta semana, Schultz reprendió a Sanders por no condenar lo suficiente el comportamiento de sus seguidores en Nevada. También rechazó las críticas que Sanders hizo a las normas del partido durante el proceso de primarias, recordando que fueron adoptadas durante el congreso nacional de 2014.
Bernie quiere luchar hasta el final
Sanders todavía fue más allá en la entrevista con la CNN, diciendo que si es elegido presidente, no reelegiría a Wasserman Schultz para el cargo. También dio su apoyo a Tim Canova, un profesor de derecho que se enfrenta a Schultz desde la izquierda por su escaño en el sur de Florida. “Claramente, apoyo a su oponente”, dijo Sanders. “Sus enfoques están mucho más cerca de los míos”.
El domingo, su campaña mandó un mail para recaudar fondos a favor de Canova. “La revolución política no solo se basa en elegir a un presidente, hermanas y hermanos. Necesitamos un Congreso compuesto de personas que creen, como Bernie, que no podemos cambiar un sistema corrupto aceptando su dinero”.
Wasserman Schultz decidió no comprometerse, emitiendo un breve comunicado como respuesta. “Aunque el senador Sanders ha respaldado a mi oponente, me mantengo, como siempre he hecho, neutral en el proceso de primarias del partido Demócrata”, aseguró. “Espero trabajar junto a él para conseguir una victoria demócrata en otoño”.
A nadie en el Partido Demócrata le preocupan los efectos de la tenacidad de Sanders. El senador demócrata Dick Durbin dijo esta semana, después de una conversación con Sanders, que estaba convencido de que el senador finalmente uniría sus fuerzas con las del partido para derrotar a Trump. El senador de Ohio Sherrod Brow, al que algunos le ven con bastante potencial para ser el vicepresidente de Clinton, compartió una visión muy parecida durante una comparecencia en su Estado de origen junto al vicepresidente Joe Biden esta semana.
“Bernie hará lo correcto al final y hará una campaña enérgica de cara a la nominación”, comentó a los periodistas. “Para él una presidencia de Trump sería aberrante y no quiere contribuir a que eso suceda”.
Traducido por Cristina Armunia Berges