El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se está viendo sometido a crecientes presiones para que abandone su candidatura presidencial, en medio de los llamamientos de una sucesión de altos cargos demócratas para que reconsidere la situación.
Estos llamamientos se produjeron en un momento en el que el presidente de EE.UU. se atrincheraba para dificultar que le suplantaran como candidato.
Nancy Pelosi, ex presidenta de la Cámara de Representantes, se ha convertido en el miembro más veterano del partido en plantear la posibilidad de que Biden renuncie a su cargo, aunque sin decirle explícitamente que lo haga.
Los republicanos del Congreso, por su parte, trataron de apretar aún más las tuercas citando a tres asesores de la Casa Blanca para testificar sobre la salud mental de Biden.
La citación llegó en forma de requerimiento de James Comer, presidente republicano del comité de supervisión de la Cámara de Representantes, que exigió el testimonio de Anthony Bernal, el principal asesor de la primera dama, Jill Biden; la subjefa de personal de la Casa Blanca, Annie Tomasini; y la asesora principal del presidente, Ashley Williams, informó Axios.
Pelosi, de 84 años, que fue presidenta de la Cámara de Representantes hasta que los republicanos recuperaron el control del órgano en las elecciones de mitad de mandato de 2022, dijo al programa Morning Joe, de MSNBC, que “depende del presidente decidir si va a presentarse”, y añadió: “Todos le animamos a que tome esa decisión. Porque el tiempo apremia”.
Ese comentario se produjo cuando el presidente parecía decidido a hacer correr el reloj hasta la convención nacional demócrata del mes que viene en Chicago, para hacer prácticamente imposible su sustitución. Pelosi matizó más tarde sus comentarios, alegando que habían sido objeto de “tergiversaciones”, al tiempo que añadía: “El presidente es genial”.
Pero precedieron a nuevas intervenciones críticas de los demócratas del Senado, que siguieron el ejemplo del senador Michael Bennet, de Colorado, al expresar sus dudas sobre si Biden podría vencer a Donald Trump en noviembre.
Bennet dijo el martes por la noche a Kaitlan Collins, de CNN, que era probable que Trump ganara los comicios de noviembre por goleada debido a la preocupación generalizada sobre la edad y la agudeza mental de Biden: “Esta carrera está en una trayectoria que es muy preocupante si te importa el futuro de este país”, dijo en una entrevista. “Donald Trump va camino, creo, de ganar estas elecciones y quizá ganarlas por goleada, y llevarse con él el Senado y la Cámara de Representantes. No es una cuestión de política, es una cuestión moral sobre el futuro de nuestro país.”
Y añadió: “No he visto nada que se acerque remotamente al tipo de plan que necesitamos ver salir de la Casa Blanca que pueda demostrar que realmente puede vencer a Donald Trump, que no va a ser sobre los logros de hace tres y cuatro años. Esto es algo que el presidente debe considerar”.
Los comentarios de Bennet no llegaron a ser un llamamiento en toda regla a la retirada de Biden, en contraste con los demócratas de la Cámara de Representantes, donde siete miembros han hecho explícitamente tales llamamientos tras el debate, en el que el presidente pareció repetidamente confuso y permitió a Trump mentir sin contradicción efectiva.
Poco después, Pete Welch, de Vermont, se convirtió en el primer senador en pedir a Biden que se retirara de la elección. Welch dijo estar preocupado por la carrera porque “lo que está en juego no podría ser mayor”.
“Entiendo por qué el presidente Biden quiere presentarse”, escribió Welch en un artículo de opinión en el Washington Post. “Nos salvó de Donald Trump una vez y quiere volver a hacerlo. Pero necesita reevaluar si es el mejor candidato para hacerlo. En mi opinión, no lo es. Por el bien del país, pido al presidente Biden que se retire de la carrera”.
Richard Blumenthal, senador por Connecticut, también expresó su preocupación. “Me preocupa profundamente que Joe Biden gane este noviembre”, dijo Blumenthal a la prensa, añadiendo que el partido “tenía que llegar a una conclusión lo antes posible” y que Biden aún conservaba su apoyo.
Katie Hobbs es gobernadora demócrata de Arizona, uno de los estados más disputados del país y uno de los seis que, según Cook Political Report, un pronosticador electoral, se inclinan por Trump tras la caída del presidente en las encuestas. “Quiero que el presidente vea las evidencias y tome una decisión difícil”, dijo Hobbs a los periodistas.
Y el miércoles por la noche, el representante Earl Blumenauer, el demócrata más antiguo de la delegación de Oregón en la Cámara de Representantes, lo dijo sin rodeos: “El presidente Biden no debería ser el candidato presidencial demócrata”.
“La cuestión que se plantea al país es si el presidente debe continuar su candidatura a la reelección. No se trata sólo de prolongar su presidencia, sino de proteger la democracia”, dijo en un comunicado enviado por correo electrónico: “Es una conclusión dolorosa y difícil, pero no me cabe duda de que todos estaremos mejor servidos si el presidente se hace a un lado como candidato demócrata y gestiona una transición”.
Incluso hubo indicios de desviación en el seno de la incondicionalmente leal Bancada Negra del Congreso, que había prometido su apoyo el lunes por la noche. El miércoles, uno de sus miembros, Marc Veasey, de Texas, fue el primero en romper filas al declarar a la CNN que los demócratas que se presentaban a unas elecciones muy reñidas debían “distanciarse” de Biden en un esfuerzo por “hacer lo que sea necesario” para ganar.
La agonía pública ilustró cómo el fracaso de Biden en el debate ha sumido a los demócratas en la parálisis cuando la campaña se acerca a una fase clave.
Sin embargo, no parece que Biden –que ya ha escrito al grupo de congresistas del partido pidiendo a los escépticos que le desafíen en la convención– ceda a las presiones para retirarse.
Conserva el apoyo –al menos en público– de figuras clave del partido como el líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer; el líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries; y Gavin Newsom, el gobernador de California, que se ha barajado como posible candidato sustituto.
Lejos de retirarse, Biden ha anunciado una segunda entrevista televisiva en horario de máxima audiencia, esta vez con Lester Holt, de la NBC, el próximo lunes en el simbólico escenario de la Biblioteca LBJ de Austin (Texas), que seguirá a la del viernes pasado con George Stephanopoulos, de la ABC.
La última entrevista, que se produce poco después de que Biden organizara esta semana en Washington la cumbre del 75 aniversario de la OTAN –donde se reúne con una sucesión de líderes mundiales–, parece diseñada para reforzar el mensaje de que pretende mantener el rumbo.
George Clooney implora a Biden
El actor George Clooney, uno de los mayores recaudadores de fondos del partido demócrata, ha pedido a Joe Biden que se haga a un lado para salvar la democracia de Donald Trump.
En un artículo de opinión en el New York Times, Clooney expresó su profundo afecto por el presidente estadounidense, pero dijo que el encuentro en un reciente evento de recaudación de fondos en Los Ángeles –el más exitoso de la historia del partido demócrata, con una recaudación de más de 30 millones de dólares– sugería que la actuación a trompicones en el debate del mes pasado en Atlanta no era un caso aislado.
“Es desolador decirlo, pero el Joe Biden con el que estuve hace tres semanas en el acto de recaudación de fondos no era el Joe 'big Fucking deal' Biden de 2010”, escribió el actor: “Ni siquiera era el Joe Biden de 2020. Era el mismo hombre que todos vimos en el debate. ¿Estaba cansado? Sí. ¿Resfriado? Tal vez. Pero los líderes de nuestro partido tienen que dejar de decirnos que 51 millones de personas no vieron lo que acabamos de ver”, dijo en referencia a las explicaciones de la Casa Blanca y del propio Biden por su mala actuación en el debate.
Más tajante, dijo explícitamente que Biden no podría imponerse en una revancha electoral con Trump: “No vamos a ganar con este presidente. Pero la única batalla que no puede ganar es la lucha contra el tiempo. Ninguno de nosotros puede”.
El actor hizo un llamamiento a las principales figuras del partido para que den la cara, al tiempo que tachó de “falso” el argumento del presidente –expuesto en una carta dirigida a los demócratas en el Congreso esta semana– de que los miembros del partido ya habían elegido al candidato en las primarias.
“La mayoría de nuestros congresistas optan por esperar a ver si se rompe el dique”, escribió: “Pero el dique ya se ha roto. Podemos meter la cabeza en la arena y rezar por un milagro en noviembre, o podemos decir la verdad. Joe Biden es un héroe; salvó la democracia en 2020. Necesitamos que lo haga de nuevo en 2024”.